Desmond Tutu: un luchador contra la discriminación
1984
En 1978, a los 47 años, Desmond Tutu, que en ese entonces era obispo anglicano de Lesoto, fue nombrado secretario general del Concilio de Iglesias de Sudáfrica. Desde esa posición, obtuvo el apoyo de todas las iglesias sudafricanas y se convirtió en uno de los abanderados de la lucha contra el apartheid, el polémico régimen de segregación racial.
No era la primera vez que levantaba la voz contra el racismo: en 1957 había renunciado a su cargo de maestro, en protesta por la aprobación de la ley educativa bantú, por la cual se planeaba compartimentar la educación y lograr que los negros no ocuparan posiciones sociales más altas que las que el gobierno blanco estuviese dispuesto a tolerar.
En 1966, Tutu regresó a Sudáfrica, luego de cuatro años de estudios en Gran Bretaña, donde se había graduado en teología, y comenzó a recorrer su país para denunciar la situación de opresión de los negros sudafricanos. Incluso escribió una carta al entonces primer ministro sudafricano, Balthazar Johannes Vorster, advirtiéndole que la situación del país era la de "un barril de pólvora". La carta nunca fue respondida.
Su advertencia demostró tener visos muy concretos de realidad. En 1976, en Soweto -un arrabal pobre cerca de Johannesburgo- hubo una protesta estudiantil contra el uso oficial del afrikaans (idioma de la minoría blanca del país) en las escuelas. La movilización terminó transformándose en un gran levantamiento contra el apartheid y dejó 200 manifestantes muertos.
Tutu siguió impulsando con su prédica un implacable rechazo al racismo, pero también la reconciliación entre las organizaciones políticas negras y los partidos blancos. Por esa tarea, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz en 1984. Dos años después fue elegido arzobispo de Ciudad del Cabo y en 1989 recibía con alegría las reformas que llevaron al político negro Nelson Mandela a la presidencia en 1994.
2005
En 1995, por pedido de Mandela, encabezó la Comisión de Reconciliación y Verdad, encargada de investigar lo sucedido durante el apartheid.
Su trabajo en la comisión duró hasta 1999 y le dejó secuelas físicas (se le diagnosticó un cáncer de próstata durante los interrogatorios). Sin embargo, el obispo anglicano, que es padre de cuatro hijos y está casado desde 1955, siguió con su militancia y mostró una gran preocupación por los problemas internacionales.
En 2002, tras una visita a Tierra Santa, acusó a Israel de practicar el apartheid en sus políticas hacia los palestinos y se declaró muy consternado por lo que había visto. Ese mismo año advirtió que Zimbabwe se estaba transformando en una dictadura durante el gobierno de Robert Mugabe, a quien denominó "una caricatura de un dictador africano". También criticó la política de bajo perfil del gobierno sudafricano de Thabo Mbeki respecto de los sucesos de Zimbabwe.
Pese a que la homosexualidad es objeto de una fuerte polémica en la Iglesia Anglicana -existen autoridades africanas que rechazan la incorporación de sacerdotes gays a la Iglesia-, Tutu declaró en 2004 que la discriminación contra los homosexuales es un "crimen contra la humanidad" y "tan injusta" como el apartheid.
El religioso había participado en la elaboración de la actual Constitución sudafricana, que garantiza la igualdad de derechos de todas las parejas, independientemente de la orientación sexual.
Respecto de la elección del papa Benedicto XVI en abril de este año, Tutu dijo que hubiese preferido un papa africano porque podría haber asegurado una mayor comprensión de la pobreza, de la inequidad mundial y de la devastación que causa el sida todo el mundo, especialmente en países como Sudáfrica, donde más de 5 millones de personas están infectadas.