Desmayos, alerta sanitaria, récord de demanda de energía e incendios forestales: el calor extremo sofoca a Brasil
La ola de calor que azota a gran parte del país sorprende a los propios residentes, acostumbrados a temperaturas altas; las playas de Río de Janeiro, inundadas de bañistas en el feriado nacional; alarma por los focos activos en el Pantanal
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RÍO DE JANEIRO.- Todavía es primavera en Brasil, pero una peligrosa ola de calor está azotando amplias zonas del país, obligando a los vendedores de Río de Janeiro a salir de la calle por la alerta sanitaria y disparando la demanda de energía en medio de informes sobre cortes de electricidad.
La mayoría de los estados brasileños se enfrentan a un “gran peligro” por el calor, según el Instituto Nacional de Meteorología. La institución emitió una alerta roja para el centro-oeste, sudeste y partes del norte advirtiendo de “una alta probabilidad de grandes daños y accidentes, con riesgos para la integridad física o incluso para la vida humana”.
El índice de sensación térmica -una combinación de temperatura y humedad- alcanzó los 58,5°C el martes por la mañana en Guaratiba, en la Zona Oeste de Río, el índice más alto jamás registrado allí. Las temperaturas reales descendieron ligeramente el miércoles, pero se preveía que volvieran a subir hasta los 40°C el jueves.
Los cariocas -como se conoce a los habitantes de Río de Janeiro- siempre han considerado el sol, el calor y la playa parte de su identidad, afirma Núbia Beray, coordinadora del laboratorio GeoClima de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Pero esto es demasiado, incluso para muchos de ellos, afirmó.
“Los cariocas vuelven a casa del trabajo en ómnibus sin aire acondicionado. Los vendedores ambulantes no pueden trabajar porque a veces se desmayan. El calor mata”, afirma Beray.
El calor extremo puede afectar a la respiración, los riñones y el corazón, con especial riesgo para los más jóvenes y los ancianos.
People in Rio de Janeiro flocked to the sea to cool down as the Brazilian meteorology institute issued a ‘high danger’ alert from a heat wave baking the country pic.twitter.com/K0fxT94TTL
— Reuters (@Reuters) November 14, 2023
“Máxima de 39°C y aún no es verano”, dijo el martes el ayuntamiento de Río en X, antes Twitter. La alcaldía recomendó comer fruta y verdura y tener a mano un paraguas para la sombra. Incluso el video de un carioca haciendo un huevo frito con una sartén sobre el asfalto se volvió viral.
🇧🇷🌡 Río de Janeiro bate otro récord de temperatura
— 🇪🇨Xavier Donoso ✝️ (@MeminDonoso) November 15, 2023
En las redes sociales se vuelve viral el video que muestra que una persona aprovecha el calor para freír huevos en el asfalto en el municipio de Duque de Caxias en Río de Janeiro. pic.twitter.com/FmSSxZ7CKw
En San Pablo, las temperaturas alcanzaron los 37,7°C, a punto de batir un récord, según la empresa de meteorología MetSul. El estado de Mato Grosso do Sul registró 43°C la semana pasada, el récord de temperatura real durante esta ola de calor, según el instituto de meteorología del país, conocido por las siglas portuguesas Inmet.
Los brasileños recurrieron a ventiladores, aires acondicionados y deshumidificadores para refrescarse, y las compañías eléctricas informaron de una demanda récord de energía. Se registraron apagones en San Pablo y Río de Janeiro.
Incendios forestales
En medio del fuerte calor, los incendios forestales se extienden por el bioma del Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo, que abarca partes de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Según el Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales de la Universidad Federal de Río de Janeiro, los incendios han arrasado una zona del tamaño de Chipre, es decir, más de 947.000 hectáreas.
Las temperaturas en toda América del Sur se ven afectadas por el fenómeno climático El Niño, un acontecimiento periódico de origen natural que calienta las aguas superficiales en la región del Pacífico ecuatorial. Pero este año, la temperatura del océano aumentó con extrema rapidez, en un par de meses, dijo Danielle Ferreira, climatóloga del Inmet.
“Esto indica que los impactos se están acelerando”, dijo Ferreira.
En Brasil, El Niño ha causado históricamente sequías en el norte y lluvias intensas en el sur, dijo Ferreira. Este año, los efectos del fenómeno climático han sido especialmente dramáticos.
En la selva amazónica, la sequía ha sido tan grave que las comunidades que dependen de los cursos de agua desecados se han quedado sin suministro de combustible, alimentos o agua filtrada. Y en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, las devastadoras inundaciones han causado decenas de muertos.
Los científicos afirman que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes debido al cambio climático provocado por el hombre.
Las olas de calor se han multiplicado por siete en las últimas siete décadas, según un estudio publicado esta semana por el Instituto Nacional de Investigación Espacial, una agencia federal. La actual es la octava que azota Brasil este año.
Por primera vez en la historia, el país cuenta con una región con las características de un desierto, en el estado nororiental de Bahía, según mostró este mes un estudio de la agencia federal.
A medida que aumenta la temperatura global, el agua se evapora más rápidamente. La desertificación, como se conoce a este fenómeno, también avanza en otras regiones, dijo uno de los autores del estudio, el hidrólogo Javier Tomasella.
“Nunca habíamos visto nada igual”, afirmó Tomasella.
Eléonore Hughes y Diane Jeantet
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