Desde Alemania, recuerdos de Bergoglio, el estudiante sencillo, atento y alegre
Quienes lo conocieron en su paso por varias ciudades alemanas relatan sus anécdotas
BERLÍN.- El Papa llamó ayer a no ignorar a los jóvenes ni a sus aspiraciones ni a su educación. También él fue un estudiante, no sólo en la Argentina, sino también en Alemania, en donde cursó clases de alemán y alquiló habitaciones en departamentos y en donde dejó muchos recuerdos.
Ocurrió a mediados de los años 80, cuando Jorge Mario Bergoglio , entonces de 48 años, estuvo estudiando teología en la Universidad de Sankt Georg, en Fráncfort, y alemán en el Instituto Goethe, en dos ciudades diferentes.
Tres meses pasó Bergoglio en el estado de Renania-Palatinato, mientras que otros tantos estuvo en Rothemburg, en Baviera: en ambos casos alquiló habitaciones baratas en casas de familias. Durante un tiempo, después de abandonar Alemania, incluso mantuvo contactos epistolares con quienes lo tuvieron como inquilino.
Helma S., que prefiere no dar su apellido porque ya no quiere más periodistas en su puerta, vive ahora sola en su casa en Boppard. Su marido murió el año pasado, pero tuvo tiempo de enterarse de que "su Bergoglio" había sido elegido papa durante el cónclave.
Para esta pareja de alemanes, de hecho, Bergoglio fue una figura mucho más cercana que el papa alemán, Joseph Ratzinger. Esto es porque unos 30 años antes, el Pontífice vivió en su casa, compartió con ellos comidas, charló sobre religión y política, rezó en el patio de su acogedora casa y escuchó a su casero mientras tocaba el piano en el living.
Uno no sospecha, al hablar con ella por teléfono, que Helma tiene 95 años. Contesta con voz brillante y pide algunos segundos antes de la entrevista: estaba planchando ropa.
"[Entonces] nuestros hijos habían salido de casa y teníamos habitaciones vacías, por lo tanto, decidimos alquilar una con acceso al baño", recuerda la señora S.
La noticia de que Bergoglio había vivido en Boppard causó mucha atención en la comunidad local. La prensa empezó a atormentar a la pareja y sus hijos, quienes ya viven lejos, hasta llegaron a pedir protección para los padres ancianos, según relató a LA NACION un periodista local. Por esa razón, pese a que su historia haya sido contada ya por la prensa alemana, Helma pide ahora que no se publique su nombre.
"Era una persona fantástica, muy sencilla, siempre de buen humor. Se despertaba temprano por la mañana y a veces cenaba con nosotros", asegura.
"Ni nosotros ni él nunca pensamos que sería papa en ningún momento -agrega-. Durante muchos años nos siguió escribiendo, en Navidad y para los cumpleaños."
Helma S. guardó todas las cartas y las postales. Ellas llevan la dirección del emisario: "Jorge M. Bergoglio SJ, Colegio del Salvador 542, Buenos Aires, República Argentina".
Cuando Bergoglio fue nombrado papa, Helma le escribió para felicitarle. ¿Le contestó? "Claro. No personalmente, sino que contestó como les contestó a todos los fieles", asegura.
El paso de Bergoglio por Alemania fue fugaz, pero dejó una gran huella en quienes lo conocieron, y a la inversa.
Cuando hace algunos meses un párroco de una delegación alemana, el padre Jürgen Vordran, le enseño un artículo de un diario local, el Main Post, Bergoglio reconoció enseguida a la mujer en la fotografía. "Aber das ist Frau Pester!" ("Ésta es la señora Pester!"), exclamó, en alemán, según recuerda Vordran.
El párroco describió a Bergoglio como una persona que "impresiona por su modestia y su espontaneidad".
En 1986, Bergoglio alquiló, durante algunos meses, una habitación de nueve metros cuadrados en la casa de la familia Pester. Frieda Pester -quien ahora tiene 94 años y vive en una residencia para ancianos- se convirtió en una entrevistada muy requerida por la prensa local después del nombramiento del Papa.
Para la familia, recibir estudiantes de países lejanos era una costumbre que tenían desde hacía años, por la presencia del Instituto Goethe en Rothemburg.
"Su habitación era limpia y ordenada", recuerda Pester a sus entrevistadores.
Cuando su marido, Erwin Pester, enseñó a Bergoglio su habitación, se disculpó por el tamaño escueto. Bergoglio contestó entonces: "El espacio está en las cosas pequeñas".
Con los Pester también se escribió durante un tiempo. Los hijos de la familia encontraron en una estantería una Biblia en la que los padres habían guardado una postal de quien más tarde sería el Papa.
En alemán, Bergoglio escribió: "Me acuerdo de los días que pasé con vosotros. Les deseo una feliz Pascua. Rezaré por ustedes; ustedes recen por mí".
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