Se cree que los escombros del edificio histórico quedaron sumergidos en el río Isar desde que se utilizó para reconstruir una presa 11 años después de la Segunda Guerra Mundial
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85 años después de que Adolf Hitler ordenara la destrucción de la sinagoga principal de Munich, unos trabajadores de la construcción encontraron restos de este edificio en un río cercano.
En concreto, encontraron unas columnas de la sinagoga y una placa de piedra con los 10 Mandamientos. La comunidad judía y las autoridades locales están encantadas con el descubrimiento.
“Nunca pensamos que podríamos encontrar algo de esto”, contó Bernhard Purin, director del Museo Judío de Munich.
Después de que Hitler exigiera la eliminación de esta sinagoga por considerarla una “monstruosidad” y de que finalmente se derribara en junio de 1938, no se habían encontrado señales ni restos de ella.
Cinco meses después de esa demolición, judíos, sinagogas y negocios dirigidos por miembros de esta comunidad en toda Alemania nazi sufrieron ataques en masa en la mortífera Kistrallnacht, la Noche de los Cristales Rotos.
“Ayer vi (los restos) por primera vez y fue uno de los momentos más conmovedores que he tenido en 30 años de trabajo en museos judíos, especialmente ver la placa de los 10 Mandamientos que no se veía desde 1938″, dijo Purin a la BBC.
Se cree que los escombros del edificio histórico quedaron sumergidos en el río Isar desde que se utilizó para reconstruir una presa 11 años después de la Segunda Guerra Mundial.
La tablilla de piedra con los mandamientos procedía originalmente de la parte de arriba del Arca (que contiene la Torá) en el muro este de la sinagoga.
La antigua sinagoga principal de Munich era uno de los monumentos más famosos de la ciudad antes de la guerra. El sitio donde estaba ubicada ahora lo ocupa un centro comercial.
Purin explicó que faltaba poco menos de una cuarta parte de la tablilla y que era el hallazgo más importante hasta el momento.
La empresa de construcción Leonhard Moll, que en su día destruyó la sinagoga, al parecer almacenó los escombros en su sede, al oeste de Munich, hasta 1956.
Tiempo después, para renovar la gran presa de Grosshesseloher se vertieron unas 150 toneladas de escombros, buena parte de ellos procedentes de la sinagoga, pero también de edificios bombardeados durante la guerra.
La jefa de la comunidad judía de Munich, Charlotte Knobloch, está encantada con el descubrimiento. Ella, de 90 años, recuerda haber rezado en la antigua sinagoga cuando era niña y antes de que la demolieran.
“Estas piedras son parte de la historia judía de Munich.”, contó la nonagenaria al diario Münchner Merkur. “Realmente no esperaba que hubieran sobrevivido fragmentos y mucho menos que los viéramos”.
El alcalde de Munich, Dieter Reiter, dijo a la emisora pública BR que encontrar los restos de un edificio tan magnífico fue un “golpe de suerte”.
Su adjunta Katrin Habenschaden añadió que era el deber histórico de la ciudad proteger el descubrimiento y devolverlo a la comunidad judía.
BBC Mundo- 1
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