Derrumbe en Miami: hallan los primeros restos y se desvanecen las esperanzas de dar con sobrevivientes
Se lo confirmaron las autoridades a las familias en las sesiones informativas; el número de víctimas fatales se elevó a 9, y se sumó un equipo de élite de Israel para reforzar las tareas de rescate
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MIAMI.- La angustia y la frustración de las familias de las víctimas del colapso de un edificio en Surfside, Florida, se asentó el domingo con el correr de las horas a medida que las esperanzas de hallar sobrevivientes comenzaron a desvanecerse ante las dificultades que enfrentaba las tareas de rescate, la confirmación del hallazgo de los primeros restos, y la ausencia de indicios de que pudiera haber alguien con vida bajo los escombros.
Las autoridades reconocían que eran horas críticas, y le aseguraron a las familias que hacían todo lo posible para hallar sobrevivientes y trabajaban las 24 horas del día –con perros, sonares, micrófonos y cámaras– en los escombros del complejo de condominios Champlain Towers South, que colapsó el jueves, y solo se detenían ante el riesgo de rayos por las tormentas tropicales, que azotaron el esfuerzo de bomberos y rescatistas durante todo el fin de semana. Israel y México enviaron equipos de élite para reforzar la búsqueda. Pero, a pesar de esa incansable cruzada, las autoridades también reconocían una dolorosa realidad: todo ese esfuerzo, hasta ahora, sólo había resultado en el hallazgo de restos humanos, y víctimas. El número de muertos subió a nueve, y aún quedan 152 personas desaparecidas.
“Ahora, la pregunta es, y sé que la próxima pregunta es ‘¿cuántas víctimas encontraron hoy?’ Sean pacientes con lo que voy a decir, porque entiendo que es muy sensible. No es necesariamente que estemos encontrando víctimas, ¿de acuerdo? Estamos encontrando restos humanos”, reconoció el jefe Asistente de Operaciones de Bomberos de Miami-Dade, Raide Jadallah, el sábado, en una reunión informativa con las familias, según un video publicado en Instagram. Un llanto se escuchó en la sala luego de la frase.
El domingo, Jadallah volvió sobre el mismo panorama al preparar a las familias para la primera visita al lugar del desastre con una advertencia: “Pueden ver una víctima, pueden ver restos humanos”, les dijo. A la tarde, dijo que aún mantenía la esperanza de encontrar sobrevivientes.
La desesperación de los familiares fue más evidente en las sesiones cuando se pasaba a hablar de los análisis de ADN de rigor para identificar los restos, y no del avance de las tareas de rescate. Las autoridades de la policía y los bomberos buscaron una y otra vez calmar a los familiares y amigos –”Somos una familia”, les dijo en un momento Alfredo “Freddy” Ramirez, del departamento de policía–, mientras algunas preguntas colgaban del aire, como, por ejemplo, por qué no había más rescatistas trabajando en los escombros, o más máquinas. La respuesta era la misma: los rescatistas buscaban evitar nuevos derrumbes.
“Yo se que hemos explicado varias veces que en los escombros estamos buscando espacios, que sea posible que alguien esté sobreviviendo en ese espacio. Si ponemos demasiadas personas encima de ese escombro, es posible que esos espacios los colapsemos y se derrumben”, explicó Maggie Castro, del departamento de Bomberos de Miami-Dade. “Nosotros quisiéramos tener mil personas sobre esos escombros, pero eso no es lo que va a salvar vidas”, insistió.
Castro reconoció, en otra sesión, un silencio punzante: “Los sonidos que hemos escuchado son sonidos de los escombros, no hemos escuchado sonidos de voces. No hemos oído voces, no hemos oído personas gritando”, informó a las familias.
El domingo, las familias pudieron ver por primera vez el lugar del desastre donde quedaron sus seres queridos. Los familiares y amigos de las víctimas del colapso del complejo de condominios partieron, en grupos, y por turnos, en dos autobuses y bajo una fuerte custodia policial, desde el Grand Beach Hotel hasta otro hotel, al norte de los escombros. Desde una terraza en ese hotel, las familias vieron lo que quedó del edificio de 12 pisos, y la imparable búsqueda de los rescatistas. Al regreso, bajaron de los autobuses, en silencio, algunos abrazados unos a otros, y volvieron a su búnker en el segundo piso del Grand Beach.
A pesar de la falta de buenas noticias, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, todavía se daba espacio para mantener viva la esperanza.
“Todos los que se necesitan están en el sitio, y están haciendo el trabajo, y continuamos nuestros esfuerzos para encontrar personas con vida”, dijo la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava. Las autoridades, dijo, están teniendo conversaciones “muy francas” con los familiares de las víctimas.
Por la mañana, Levine Cava confirmó que el número de muertes confirmadas subió a nueve, aunque se esperan más. “Los números van a cambiar”, dijo la alcaldesa el domingo por la tarde. Anoche se hallaron a cinco nuevas víctimas fatales, y las autoridades dieron a conocer los nombres de otras tres víctimas: Anthony Lozano, de 83 años, y Gladys Lozano, de 79, que vivían en el apartamento 903, y Manuel LaFont, de 54.
El clima continuaba entorpeciendo los esfuerzos de unos 300 rescatistas al inicio del cuarto día de frenética búsqueda por sobrevivientes: las lluvias intermitentes, tradicionales de esta época del año en Miami, forzaban a los equipos que trabajan en la pila de escombros a frenar su trabajo si había riesgo de un rayo, y luego a retomarlo donde lo habían dejado. El tiempo mejoró el domingo por la tarde, aunque estaban pronosticadas más tormentas.
En medio del operativo de rescate y la investigación para dilucidar las causas del colapso, las autoridades de la ciudad brindaron el viernes un primer indicio: revelaron un informe, de hace tres años, elaborado por un ingeniero, Frank Morabito, que encontró evidencias de que el edificio tenía “daños estructurales importantes” en la losa de concreto debajo de la plataforma de la piscina y “abundantes grietas” y desmoronamientos de las columnas de concreto, las vigas y paredes del estacionamiento debajo del edificio de 12 pisos.
“Es importante que tengamos una explicación definitiva”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Tras el colapso, los gobiernos locales preparan investigación a los edificios. El condado de Miami-Dade decidió que realizará una auditoría de todos los edificios que tengan más de 40 años. La mayoría de las torres residenciales en Miami-Dade, el 70,2% del total de 1.016.653 casas unifamiliares, condominios y edificios de apartamentos del condado, se construyeron antes de 1990, dos años antes del huracán Andrew, que provocó un endurecimiento del código de construcción del sur de Florida.
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