Denuncian que los nuevos requisitos de ingreso a Gran Bretaña son discriminatorios para América Latina y otras regiones
Las restricciones sanitarias para entrar al país incluyen la negativa a reconocer las vacunas administradas en países de América Latina, África y del sur de Asia; tanto políticos como críticos denuncian que la medida es ilógica y discriminatoria
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NUEVA DELHI.- La actualización de los requisitos sanitarios de ingreso a Reino Unido que dispuso, la semana pasada, el gabinete de Boris Johnson no dejan de despertar polémica entre los países que fueron excluidos de las medidas de flexibilidad, como India, lugares del sur de Asia, y la totalidad de África y de América Latina.
Según las nuevas reglas, los pasajeros que hayan completado el esquema de vacunación con Oxford/AstraZeneca, Pfizer/BioNTech, Moderna o Janssen en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur o un país de la Unión Europea serán considerados “completamente vacunados” y estarán exentos de hacer cuarentena tras desembarcar en Reino Unido.
Por el contrario, quienes hayan completado su esquema de vacunación con esos mismas fármacos, pero en África o América Latina, o países del sur asiático, como India, serán considerados “no completamente vacunados” y deberán someterse a una cuarentena de diez días.
También, según informó The Guardian, ha sido foco de críticas alrededor de Europa la decisión de Johnson de no aceptar como “completamente vacunadas” a las personas que hayan tenido coronavirus y se encuentren vacunadas con una única dosis de vacuna, en tanto en varios países de la Unión Europea, como España, se considera que aquellos pasajeros pueden viajar libremente dentro del bloque con el certificado único de Covid-19 (Certificado Covid Digital).
El gobierno británico exige que los inmunizados con fármacos que implican una doble dosis hayan completado la pauta “incluso si se han recuperado recientemente de Covid-19 y tienen inmunidad natural”; en caso de no ser así, solicita que se realice una cuarentena de diez días.
Las disposiciones, que entrarán en vigencia a partir del 4 de octubre, han provocado el creciente enojo entre los países cuya campaña de vacunación no es validada por Reino Unido. El secretario Exterior de India, Harsh Vardhan Shringla, amenazó con que, de no modificarse, las reglas podrían resultar en la imposición de “medidas recíprocas”.
Paradójicamente, la administración de Johnson no admite el ingreso de indios inmunizados con la vacuna inglesa AstraZeneca, la cual se produce justamente en aquel país asiático, por el Serum Institute.
“Se trata de una vacuna, Covishield, que es un producto licenciado de una compañía británica, del que hemos suministrado cinco millones de dosis a pedido del gobierno británico. Entendemos que ha sido usada en el sistema nacional de salud y, por lo tanto, no reconocer la Covishield es una política discriminatoria”, les dijo Shringla a reporteros.
En la misma línea, el político opositor indio Shashi Tharoor anunció la cancelación de una gira por Reino Unido para promover un libro, como protesta contra la “ofensiva” decisión de exigir a los pasajeros indios completamente vacunados que realicen cuarentena.
Repudio internacional
“No hay una sola persona con la que haya hablado que no esté enojada por esto. La gente está perpleja”, agregaron fuentes diplomáticas de América Latina a The Guardian. “¿Cómo puede ser que la vacuna de Pfizer o AstraZeneca administrada [en América Latina] no sea suficiente para que alguien tenga permitido entrar? No comprendo cómo esto resulta aceptable. Simplemente no puedo entenderlo”, continuó la fuente.
En África, John Nkengasong, director de los Centros de África para el Control y la Prevención de Enfermedades –similares a los CDC estadounidenses–, dijo a la BBC que la postura de Reino Unido es “confusa” y “poco solidaria”.
“Este mensaje realmente no habla de solidaridad y cooperación que todos creemos que son la piedra angular y las claves para que salgamos juntos de esta pandemia”, indicó el titular de la agencia gubernamental africana. “No entendemos por qué el Reino Unido ha adoptado esta posición”, agregó, en una rueda de prensa.
Según sostuvo Nkengasong, “el mensaje [de Boris Johnson] crea confusión, más reticencia y renuencia a que la gente reciba vacunas”.
Frente a las acusaciones, el secretario de Estado para el Transporte británico, Grant Shapps, defendió la reglamentación para la circulación internacional y dijo que se trata de un “nuevo sistema simplificado para los viajes”, que tiene como objetivo “hacer que viajar sea más fácil”.
“Las medidas están hechas para simplificar los viajes internacionales a fin de reducir costos, aprovechar los niveles más altos de vacunación y mantenernos a todos a salvo”, escribió el funcionario en su cuenta de Twitter.
Otro portavoz del gobierno aseguró, con vaga especificidad, que “la prioridad principal sigue siendo proteger la salud pública y reabrir los viajes de forma segura y sostenible, por lo que los certificados de vacunación de todos los países deben cumplir con los requerimientos mínimos”.
I'll set out measures to simplify international travel later today in order to reduce costs, take advantage of higher levels of vaccination, and keep us all safe. ✈️🚢🚆
— Rt Hon Grant Shapps MP (@grantshapps) September 17, 2021
Aún así, el gobierno de Reino Unido reaccionó ante algunas de las críticas y se ha comprometido a trabajar junto con ciertos países para reconocer sus pasaportes sanitarios y poner paños fríos al descontento generalizado. El miércoles pasado, el Alto Comisionado de Reino Unido en Kenia afirmó, en una declaración conjunta con el Ministerio de Sanidad keniano, que se reconocerán las vacunas administradas en el aquel país del este africano.
El anuncio reconoce que ha habido una “significativa inquietud pública alrededor de los certificados de vacunación”, y justifica que “establecer un sistema para reconocer mutuamente los programas de pasaportes sanitarios lleva tiempo, en especial durante una pandemia sin precedentes”.
Críticos externos
Médicos y especialistas de todo el mundo que participan de mesas de discusión y tomas de decisión vinculadas a la gestión de la pandemia también han apuntado contra el protocolo británico.
Ifeyani Nsofor, médico y jefe ejecutivo de una consultora de salud pública en Nigeria, dijo a The Guardian: “Reino Unido es uno de los mayores financiadores del programa Covax y ahora dice que las mismas vacunas que han enviado no serán consideradas. Es triste, es erróneo, es discriminatorio”.
Maiara Folly, académica brasileña residente en Reino Unido, añadió que también se encuentra sorprendida por las nuevas reglas. “No considero que haya criterio sanitario alguno que justifique esto”, dijo la directora del thinktank Plataforma Cipó.
“No veo razón alguna más que una cuestión racial, una cuestión de xenofobia”, agregó la mujer, que teme que sus colegas brasileños no puedan asistir el próximo noviembre a la cumbre climática Cop26 en Glasgow.
En sintonía, Helen Rees, investigadora médica y directora del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización para la Región de África (RITAG) de la Organización Mundial de la Salud, calificó de “desafortunada” la falta de explicaciones oficiales sobre los nuevos requerimientos sanitarios de Reino Unido.
“¿Hace esto el mundo con otras vacunas? ¿Dice Reino Unido que no reconocerán las vacunas contra la polio provenientes de Pakistán? No. Aceptamos que las vacunas son administradas de forma segura. Sí, lo que preocupa, es que haya nuevas variantes resistentes a las vacunas, eso sucede en todo el mundo. Pero la variante delta está presente en 100 países del mundo y las vacunas funcionan contra la delta”, afirmó.
Rees dice que espera que esta decisión sea reconsiderada. “Creo que es algo que debe discutirse. Si el mundo comienza a cerrar sus fronteras a los que parecen ser los países más pobres, ¿qué implica eso para la desigualdad? ¿Para los refugiados? No podemos cerrar nuestras fronteras, debemos confiar en las vacunas y debemos confiar en los gobiernos que están administrando las vacunas”, concluyó.
Agencias AP y Europa Press
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