Denuncian la peor masacre en Damasco
La oposición dijo que el régimen mató a más de 300 personas en el suburbio de Daraya; Al-Assad prometió ganar a "cualquier precio"
BEIRUT.– Daraya, en las afueras de Damasco, es hoy un gran cementerio a cielo abierto cuyos pobladores no dan abasto identificando y enterrando los cadáveres de hombres, mujeres y chicos.
Según activistas locales, en la madrugada de ayer se encontraron los cadáveres de más de 300 personas en esta ciudad, 156 con signos de haber sido ejecutadas en la mezquita de Abu Auleiman al-Darani. Se trata de la mayor matanza desde que empezaron las revueltas en Siria, en marzo de 2011, aún peor que la de Houla y la de Tremseh.
La masacre forma parte del brutal contraataque lanzado por el ejército de Bashar al-Assad en las últimas semanas, que busca limpiar la capital y sus alrededores de supuestos terroristas buscándolos casa por casa y bombardeando barrios rebeldes de la ciudad y la periferia. Ayer, en un mensaje a los rebeldes, el presidente no se dejó conmover por la masacre y advirtió que está decidido a aplastarlos "a cualquier precio".
Tras varios días de asedio y bombardeos, el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) tuvo que retirarse el viernes pasado por falta de municiones y de armas. Las tropas del régimen entraron entonces con decenas de tanques y helicópteros, y lo que sucedió allí adentro se conoció sólo a través de las denuncias y videos difundidos por la oposición.
En uno se ven enormes fosas comunes donde entierran a los shaheed (mártires) en filas de tres, sin tiempo para los rezos musulmanes tradicionales. Incluso hay bebes. Otro muestra cuerpos ensangrentados y ejecutados en el interior de sus casas, hasta seis en una misma vivienda, mientras se oye la voz del camarógrafo rezando, entre sollozos.
La mayoría murieron bajo las explosiones, o bien por disparos de francotiradores, o ejecutados a corta distancia con balas en la cabeza y en el cuello, según activistas. El ELS contaba en Daraya con un importante mando de operaciones y desde allí coordinaba las incursiones militares para la toma de Damasco.
Los Comités de Coordinación Local de la oposición siria afirmaron que sólo anteayer murieron 440 personas en todo el país, 80 de ellas identificadas con nombres y apellidos en Daraya, aunque estas cifras son difíciles de contrastar debido a la nula presencia de periodistas extranjeros en el sudeste del país y las duras restricciones impuestas por el régimen a la prensa independiente.
Sin embargo, un periodista de The New York Times que logró entrar en la zona de la masacre constató la presencia de fosas comunes.
"El régimen mató familias enteras, los padres, las madres y sus hijos. Simplemente los mataron sin ningún pretexto", dijo al cronista de The New York Times Abu Ahmad, un residente de la zona.
La fuerte ofensiva lanzada en las últimas semanas en el sudeste por las tropas del régimen, que ha reforzado su presencia militar en toda la zona, demuestra que Al-Assad no va a dejar caer la capital en manos rebeldes, cueste lo que cueste.
Ayer, en sus primeras palabras después de que se revelara la nueva masacre, el presidente sirio volvió a dejar en claro que está decidido a aplastar la revuelta contra su régimen a "cualquier precio".
"El pueblo sirio no permitirá que el complot triunfe y logre sus objetivos", dijo Al-Assad, tras una reunión en Damasco con Alaedín Borujedi, un enviado de Irán, el mayor aliado que tiene el régimen.
"Las fuerzas extranjeras colocan en la mira a Siria para llevar el éxito del complot a toda la región, pero Siria continuará en su estrategia de resistencia pese a la colaboración de los países occidentales y de algunos Estados de la región para que cambie de posición", añadió Al-Assad, en alusión a algunas monarquías del Golfo Pérsico, como Arabia Saudita, que reclaman su caída.
El presidente está determinado a retomar el control con toda la fuerza de la que es capaz su ejército, el mejor equipado de Medio Oriente, con la ayuda de sus sanguinarias shabiha (milicias del régimen) haciendo el trabajo sucio.
Así lo demuestra el hallazgo, la semana pasada en Al-Muadamija, cerca de Daraya, de 40 cadáveres con signos de haber sido asesinados. Otras noticias similares llegaron la semana pasada de otras zonas de la capital, como el distrito de Qabu, donde murieron por lo menos 46 personas, o Jdeideh (en el Oeste) y Nahr Eisha (Sur).
Mientras en el Norte los bombardeos y combates continúan en Aleppo, la segunda ciudad del país, esta nueva matanza hasta ahora no ha provocado una gran indignación de la comunidad internacional, como lo hicieron las de Houla y Tremseh.
La reacción más enérgica fue la de Gran Bretaña, que declaró que, de confirmarse la masacre, se trataría de "una atrocidad a gran escala" y requeriría una condena inequívoca por parte de toda la comunidad internacional.
Algunas voces reclaman ya la puesta en marcha de todas las medidas necesarias para una intervención militar en Siria, como se pidió a la ONU en 1990 para liberar Kuwait o en 2011 para proteger a la población de Benghazi en Libia, aunque Estados Unidos sólo ha evocado esa posibilidad en el caso de que Al-Assad use su arsenal de armas químicas, sin mencionar el asesinato masivo de civiles.
Situación
En la provincia de Homs, al norte de Damasco, símbolo de la lucha contra el régimen, la situación no es mucho mejor.
Los bombardeos contra los pocos bolsones de territorio que quedan sublevados, pequeñas localidades o barrios con mayorías musulmanas sunnitas, son constantes. La población civil sigue muriendo allí y engrosando la lista de bajas en esta revolución, 25.000 hasta el momento, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las rutas principales del Sudeste están tomadas por el régimen, y el ELS, que cuenta únicamente con ametralladoras Kalashnikov y lanzacohetes RPG, está acorralado y sólo puede moverse y actuar en unos pocos kilómetros del territorio sirio comprendido entre Damasco y la frontera con el Líbano, reforzada a su vez con centenares de tanques y soldados, helicópteros y aviones que sobrevuelan la zona.
Antecedentes
- JABAL AL-ZAWIYA
19/12/2011
70 Muertos
En varias aldeas cercanas a Jabal al-Zawiya, en la provincia de Idlib, fueron masacrados tras abandonar sus posiciones cerca de 70 soldados desertores de las fuerzas del régimen. - HOMS
3/2/2012
55 Muertos
En un bombardeo indiscriminado sobre esa ciudad que se extendió durante un mes, los primeros reportes denunciaban la muerte de 200 personas. Finalmente, la oposición registró 55 bajas. - HOMS
12/3/2012
45 Muertos
Fueron encontrados en el barrio de Karm el-Zeytoun 45 cuerpos, la mayoría de chicos y mujeres que murieron apuñalados o degollados. Algunos fueron quemados vivos. - HOULA
25/5/2012
108 Muertos
En la aldea de Taldou fueron masacrados 108 civiles, más de la mitad eran chicos y mujeres. Pocos murieron a causa del fuego de artillería. La mayoría fue ejecutada o apuñalada - HAMA
6/6/2012
78 Muertos
Los activistas atribuyen a las milicias paramilitares shabiha la muerte de 78 civiles en Al-Qusayr, en la provincia de Hama. La mayoría fue ejecutada de un tiro o apuñalada. - TREMESH
12/7/2012
220 Muertos
La oposición siria denunció la matanza de por lo menos 220 personas, entre ellos combatientes rebeldes, tras varias horas de bombardeos de tanques y la irrupción final de los shabiha.
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