Denuncian 250 posibles casos de víctimas de los enfermeros
Una asociación de consumidores recopiló las denuncias de familiares con sospechas
MONTEVIDEO.- El gobierno de Uruguay admite que el trato a los pacientes en los centros de salud "es muy preocupante". El representante de los consumidores denuncia que "la situación se ha ido agravando", tanto que ya recibió 250 denuncias de sospechas de homicidio. Y hasta hubo pacientes que dijeron haberse "salvado de la muerte".
Los maltratos, la desidia y el acecho criminal, antes un secreto bajo siete llaves, salen a la luz con una claridad que hace daño a la vista, como efecto colateral del escándalo de los enfermeros asesinos, los dos sujetos que dejaron un tendal de víctimas en el Hospital Maciel y la Asociación Española, auxiliados por una colega cuya sola mención evoca la imagen de Annie Wilkes, la aterradora enfermera de Misery , de Stephen King.
El juez de la causa que estremece a Uruguay, Rolando Vomero, dictaminó hacer una pericia psicológica a los dos asesinos, según el auto de procesamiento distribuido ayer a las partes del proceso. Fuentes judiciales indicaron que el enfermero Marcelo Pereira fue procesado por homicidio especialmente agravado en cinco casos y su colega Ariel Acevedo por el mismo delito en otros diez casos.
El Movimiento Salud para Todos, una asociación de usuarios de centros médicos, se dispone a presentar una denuncia ante la justicia. Y va a ser un escrito de muchas fojas, sin duda, pues allí figuran 250 denuncias de sospechas de homicidios a manos de enfermeros en hospitales de Montevideo y otras ciudades del interior del país.
Todo puede pasar en materia de cifras. Los homicidas confesaron 15 casos, pero los números finales serían mucho más altos. Por ahora, esos dos dígitos -corregido de 16 a 15 por el juez- ya pusieron a Uruguay en el libro de los récords de asesinatos seriales en América latina.
"Venimos planteando esta situación de la salud del Uruguay desde hace cinco años y se ha ido agravando, no solo en el sector público, en el privado también", declaró Rubén Bouvier. Para este activista, las muertes son la consecuencia natural de la falta de controles.
Una paciente que sufrió esa falta de controles fue Alicia Blanco. Según relató el diario El País, Blanco fue internada en el Maciel por complicaciones de la diabetes que padecía, y sufrió una descompensación por recibir dosis de insulina innecesarias y no autorizadas de su enfermero. "Tengo la duda de si el enfermero me quiso matar o no. Pero siento que me salvé de la muerte", dijo la paciente.
Dolor
El ministro de Salud, Jorge Venegas, acusó recibo del descontrol luego de una visita a la familia de una de las víctimas, Santa Gladys Lemos, de 74 años, la punta del ovillo que condujo a la detención el domingo de los asesinos. "Tuve un muy cálido recibimiento, pude escuchar no solamente el dolor, sino también algunas expresiones vividas en las instituciones, y en este caso en la institución hospitalaria Maciel, muy preocupantes", dijo Venegas. "Salí muy preocupado. Aparte de acompañar la congoja, voy a tomar todas las decisiones que correspondan, desde la más sencilla a la más compleja."
¿Y qué le contaron en lo de Lemos? Por ejemplo: "Cuando mi mamá se estaba muriendo, mi papá fue a buscar a la enfermera y esta señora estaba a los besos, abrazada, donde están las camillas, con un camillero o no sé con quién. Mi papá le dijo: «Con permiso, ¿interrumpo?» La enfermera desapareció". En otra ocasión, a las hijas de Santa una enfermera las "perseguía como perros", por haber ido a ver a su madre fuera del horario de visitas. "Ella nos perseguía", insistieron.
La atención hacia su madre en la terapia intensiva del Maciel, admitieron, fue "extraordinaria". Pero luego en la sala de internación "la tocaban con asco". Días después, el asco se convirtió en muerte.
"Tomaré la decisión de ampliar la investigación administrativa. Significa buscar aquellos elementos que perturban nuestros objetivos como política sanitaria en la atención a nuestros usuarios, nuestros ciudadanos, que acuden en este caso al Hospital Maciel", dijo Venegas.
El ministro reveló así una situación en la que los pacientes han pasado a ser meros objetos, y cuyo testimonio más brutal fue la muerte serial que tiene en vilo a la población uruguaya.
Nadie quiere atenderse por estos días, y en caso de que deban hacerlo, concurren a la consulta con supersticioso temor. Para contrarrestar el estrés, el humor negro salió a suavizar las tensiones. Como dice uno de los tantos chistes que circulan por las calles: "Si te portás mal, te hago atender en la Española".
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