Demorar el rescate, una estrategia de alto riesgo para España
MADRID.- La versión española de Esperando a Godot ahora parece llamarse "esperando a Rajoy".
Por diversas razones, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha evitado solicitar la ayuda del programa de asistencia financiera que la Unión Europea (UE) confeccionó a la medida de las necesidades de España. Pero hay muchos economistas y analistas que están cada vez más preocupados por los costos de seguir demorando esa decisión.
Ellos advierten que postergar el pedido de ayuda, con la incertidumbre que la demora genera, amenaza con hundir a España en una recesión aún más profunda. Y eso a su vez terminaría incrementando el costo final, tanto para España como para Europa, si la ayuda finalmente debe ser dada en medio de una situación de crisis.
Mientras el costo del financiamiento para España no supere el 6% podría parecer que Rajoy no tiene motivos para apurarse. Pero la rebaja de calificación de la deuda española por parte de Standard & Poor's, la semana pasada, que la colocó apenas por encima de los bonos basura, pone de manifiesto la enorme fragilidad de las finanzas públicas españolas.
"La economía está parada", dijo Ángel Berges, director ejecutivo de AFI, una consultora económica con sede en Madrid. Los indicadores económicos son por cierto muy sombríos: la producción de cemento alcanzó su nivel más bajo desde la década del 60, las ventas de autos cayeron un 37%, y los días de semana las plazas se llenan de desempleados.
La resistencia de Rajoy a dar la voz de alarma tiene su propia lógica. Para empezar, Alemania le reclamó que espere, ya que lo menos que quiere es tener que anunciarles a sus hastiados votantes un nuevo paquete de rescate en la eurozona.
Pero el impasible y cauteloso Rajoy también tiene múltiples razones internas. Desde su llegada al poder, a fines de 2011, vio hundirse su popularidad tras aplicar durísimos planes de austeridad. Y ahora, con las elecciones en su tierra natal, Galicia, el próximo domingo, donde se pondrá a prueba la fortaleza de su partido conservador, Rajoy tiene el mejor de los motivos para demorar más el pedido de ayuda a Europa.
Pero los analistas creen que si espera varios meses más, tal como predicen muchos aquí en Madrid, Rajoy estaría jugando con fuego. No sólo la economía seguirá sufriendo por la incertidumbre, sino que Rajoy también corre el riesgo de verse obligado a pedir el rescate bajo la coacción de un pánico en los mercados, si los inversores vuelven a apostar contra España. De tener que intervenir en esas circunstancias, la UE podría exigir políticas de austeridad más duras, como el recorte de jubilaciones que Rajoy hasta ahora evitó.
En términos de deuda pública, España no está en absoluto tan cerca de la bancarrota como Grecia, donde el peso de la deuda araña el 200% del PBI. En el caso de España, la cifra es hoy de alrededor del 90%.
Uno de los motivos que llevaron a Standard & Poor's a la rebaja de la semana pasada es que las medidas de austeridad ya adoptadas por España están coartando cualquier posibilidad de recuperación económica.
La industria automotriz, por ejemplo, tan golpeada por la recesión, vende casi el mismo número de autos que en la década de 1990: para este año, la proyección de ventas es de 700.000 unidades. En 2006, los españoles compraron 1,6 millones de autos.
Mientras el crédito bancario está virtualmente cortado, hay otro problema en ciernes, con potenciales costos para Rajoy. A pesar de las medidas de austeridad, es casi seguro que el gobierno no logre alcanzar sus metas de rebaja del déficit para este año y el próximo. Por consiguiente, es cada vez más probable que Madrid deba someterse a un escrutinio muchos más duro de su presupuesto por parte de la UE, sobre todo si decide esperar más para solicitar la compra de bonos por parte del BCE.
"Madrid tendrá que tomar medidas adicionales para alcanzar la meta del 6,3% del PBI", su objetivo para 2012, dijo Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano. "Tendrá que congelar las jubilaciones, o incluso rebajarlas." Las jubilaciones se llevan cerca de 100.000 de los 350.000 millones de dólares del gasto público, señala Steinberg. Y hasta el momento fue el único ítem que, por su sensibilidad política, escapó al cuchillo presupuestario. Como muchos jubilados son ahora el único ingreso de los hogares donde todos están desempleados, cualquier rebaja tendría efectos sociales devastadores.
Hay un chiste muy popular hoy en Madrid, y a expensas de Rajoy: si te cruzas con un gallego en la escalera y te pones a charlar, el encuentro será tan ambiguo que no vas a saber si iba para arriba o para abajo.
La ambigüedad de Rajoy sobre el pedido de ayuda a Europa tal vez pueda atribuirse en parte a sus raíces gallegas, según dicen quienes le hacen esa broma. Pero el chiste no les causa ninguna risa: la que no se sabe si va para arriba o para abajo es España.
Traducción de Jaime Arrambide
The New York Times