Elecciones en Venezuela: los 10 trucos del chavismo para tener servido y mostrar un triunfo electoral en las legislativas
CARACAS.- Venezuela regresa a unas urnas rellenas de trampas en las "elecciones más democráticas de la Historia", como asegura la propaganda del chavismo. Pero son los comicios parlamentarios que, en realidad, menos condiciones democráticas reúnen en 22 años de revolución, concluyen los expertos, la oposición, la sociedad civil y gran parte de la comunidad internacional.
"Hemos observado una sistemática acumulación de acciones inconstitucionales e ilegales, que violentan los derechos a elegir y ser elegido, y a ejercer el sufragio en votaciones libres, universales, directas y secretas", resume la organización Súmate.
En este decálogo LA NACION detalla cuáles son las claves del montaje preparado por el chavismo, la tormenta perfecta diseñada para ganar sin apuros a pesar de contar solo con el 14% del apoyo popular.
1. Partidos intervenidos
Los principales partidos de la oposición real apuestan por la abstención, pero si quisieran competir no podrían hacerlo. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) intervino boletas electorales y siglas e impuso juntas directivas al servicio del Palacio de Miraflores. La mayoría de los diputados encaramados a la dirección de Acción Democrática, Voluntad Popular, Copei o la marxista Bandera Roja forman parte del grupo conformado por el millonario colombiano Alex Saab, testaferro del presidente Nicolás Maduro y principal blanqueador de las finanzas chavistas, según el gobierno de Bogotá.
Partidos domesticados o secuestrados y no sólo de la oposición. El chavismo también arremetió contra antiguos aliados, que orquestaron una alianza de extrema izquierda en torno al Partido Comunista. Al frente de Tupamaros, Patria Para Todos y Compromiso País (Compa) fueron situados marionetas del gobierno.
2. Dirigentes inhabilitados y presos políticos
Juan Guaidó, Leopoldo López e, incluso, el propio Henrique Capriles, quien amagó con presentar una lista satélite, no pueden ser candidatos en las elecciones chavistas porque están inhabilitados por la revolución. Todo ello en un país con 359 presos políticos, según las estadísticas del Foro Penal, reconocidas por la Organización de los Estados Americanos (OEA). Entre ellos, 24 mujeres y dos adolescentes. Más de 9000 personas sufren a su vez medidas restrictivas arbitrarias contra su libertad, como el diputado Juan Requesens, uno de los valores jóvenes más importantes de la oposición. La mayoría de los presos políticos es víctima de las detenciones arbitrarias, que junto a las torturas, las ejecuciones extrasumariales, las violaciones sexuales y las desapariciones forzosas conforman las acusaciones de la ONU contra Maduro por crímenes de lesa humanidad.
3. El árbitro que no lo es
Los abusos y ventajismos oficialistas ocurren ante los ojos de los cinco nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), impuestos por el chavismo pese a ser minoría en el Parlamento, donde según la Constitución se deben nombrar. El chavismo se autoconcedió tres de los cincos puestos, otorgados a tres militantes fieles a Maduro. Otro rector pertenece al sector de los famosos "alacranes" del empresario Saab y el último se concedió a los grupúsculos colaboracionistas que se han movido al son marcado por el gobierno en la llamada Mesa del Diálogo Nacional. Ni un solo puesto para la oposición real, pese a ser amplia mayoría en el Parlamento. Todos ellos son especialistas en mirar a otro lado: 92 delegados de la Constituyente son candidatos revolucionarios sin haberse separado de sus cargos, como obliga la ley. Y al frente, como presidenta, la exmagistrada Indira Alfonzo, la misma que en 2015 anuló la trascendental mayoría de 2/3 obtenida por la oposición en las elecciones al Parlamento.
4. Sin observación creíble
Ni la Unión Europea, ni Naciones Unidas, ni la OEA enviaron representantes a Venezuela para observar las múltiples irregularidades del proceso. Bruselas lo intentó, incluso propuso retrasar las elecciones, pero no entraba en los planes del régimen. En su lugar regresaron los acompañantes de los últimos años, amigos de la revolución que se pasean por los colegios electorales para dar su visto bueno pase lo que pase.
5. Cambio de la ley electoral
Hasta las reglas del juego se han trastocado a última hora con la reforma de la ley electoral para sumar un centenar de diputados más: de 167 a 277. De esta forma se mejoran aún más las cifras para los bolivarianos y además hay más reparto de escaños, incluidos la veintena de militares inscritos en sus listas. Los falsos opositores obtienen así algunos escaños de "ñapa" (regalo), como se dice en Venezuela.
6. Registro electoral manipulado
El oficialismo impidió que dos grupos mayoritariamente antichavistas, los jóvenes que han adquirido mayoría de edad y los emigrantes, se inscribieran en el censo electoral gracias a un proceso muy corto de tiempo y parcializado. Los más de cinco millones que hoy residen en el exterior no podrán votar porque el gobierno no quiere que lo hagan. En cuanto a los jóvenes, se cree que cerca de dos millones tampoco dispusieron del tiempo necesario para hacerlo. Las dudas también recaen sobre los "muertos que votan", todo un clásico en anteriores elecciones venezolanas.
7. Mecanismos de control social y político
El carnet de la patria, desarrollado con tecnología china, se convirtió en el principal medio para hostigar a los ciudadanos y "comprar" así su voto: quien no cumpla y "traiciona" a la revolución perderá sus supuestos beneficios.
La mitad de los votantes teme que el gobierno sepa cuál es el sentido de su voto con el actual sistema. Maduro incluso amagó con mandar a los militares a recoger a los votantes a sus casas.
8. Hegemonía comunicacional
Todos los medios estatales, más los comprados por sus testaferros o los que se desenvuelven bajo coacción, disparan desde hace semanas la enorme propaganda chavista sin ningún límite, incluyendo los logros de una gestión que nadie ve. Tan abrumadora es la estrategia que candidatos del Partido Comunista han protestado en las calle ante semejante abuso. Maduro encabeza, sin pudor, las emisiones revolucionarias.
9. Ventajismo "grotesco" antes, durante y después del voto
Toda la maquinaria del Estado venezolano se dispone sin límites al servicio de los candidatos chavistas durante la campaña, tal y como denuncia Súmate. El reparto de mortadelas y pollos está de moda, así como las garrafas de gas desaparecidas en medio país. Llegada el domingo electoral, la maquinaría está engrasada tras 22 años de chavismo.
Ya en la noche, la falta de testigos de la oposición en las mesas durante el recuento también facilita que se lleven a cabo fraudes electorales, como el millón de votos introducido en las urnas de la Asamblea Constituyente o el trastoque de resultados durante las últimas elecciones a gobernador.
10. Las nuevas máquinas de votación
El sospechoso incendio que en marzo se llevó por delante casi 50.000 máquinas de votación y otros tantos sistemas biométricos de identificación incrementó las dudas sobre un sistema totalmente automatizado y carente de transparencia en su reemplazo, que además tampoco tuvo las auditorías que marca la ley. Además, las boletas electorales manejan una confusión medida, porque los falsos opositores imitan a la Mesa de la Unidad Democrática. Casi la mitad del país duda de que su voto sea secreto
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