"Deberían quejarse ante su Congreso"
Lo dijo Marco Aurelio García, asesor de Dilma
RIO DE JANEIRO.– El gobierno brasileño rechazó ayer de plano las críticas del vicepresidente y del canciller uruguayos, que acusaron a Brasil de presionar a Uruguay a aceptar el ingreso de Venezuela en el Mercosur durante la cumbre de Mendoza, luego de que Paraguay fue suspendido del bloque, lo que calificaron de una "agresión institucional".
"Me sorprende que vengan a decir estas cosas ahora, porque quien aprobó primero esa supuesta agresión institucional fue el Congreso uruguayo. Deberían ir a quejarse ante su Congreso", dijo a LA NACION Marco Aurelio García, asesor especial sobre asuntos internacionales de la presidenta Dilma Rousseff.
Preocupado por saber si había ocurrido un cambio de orientación de Uruguay, García se comunicó con el presidente uruguayo, José Mujica, que le confirmó que no había alteraciones y le reiteró su apoyo al ingreso de Venezuela.
Efectivamente, el Congreso uruguayo fue el primero de los Parlamentos de los cuatro países miembros del Mercosur que aprobó, en noviembre de 2006, la eventual entrada de Venezuela en el bloque. Le siguió luego el de la Argentina, y más tarde el de Brasil. Después, el proceso quedó estancado en el Congreso de Paraguay, que nunca votó.
Luego de la suspensión de Paraguay del Mercosur en la cumbre de Mendoza, la semana pasada, como castigo por el expeditivo juicio político al presidente Fernando Lugo, Cristina Kirchner, Rousseff y Mujica aprobaron la incorporación de Venezuela, que se hará efectiva el 31 de julio, en Río de Janeiro. Sin embargo, el canciller uruguayo, Luis Almagro, acusó anteayer a Brasil de haber presionado a Uruguay para tomar este camino, mientras que el vicepresidente Danilo Astori opinó que el hecho es una "agresión institucional" al Mercosur.
"No hubo ningún tipo de presión y en la reunión de los presidentes no hubo divergencias. Dilma, y creo que también la presidenta Kirchner, tenían una claridad muy grande sobre la parte jurídica. Nosotros verificamos que no hubiese escollos jurídicos. Y, a la vez, Dilma fue muy enfática en que la decisión de hacer entrar a Venezuela debía ser unánime", aseguró García.
Desde la cancillería brasileña, en tanto, la oficina de prensa resaltó a LA NACION que no existe registro de las divergencias que ahora se revelan dentro del gobierno uruguayo. "Las decisiones en el Mercosur se toman por consenso y para el ingreso de Venezuela todos los Estados miembros presentes dieron su aprobación", subrayaron.
García incluso reveló que en diciembre de 2011, cuando Cristina Kirchner asumió su segundo mandato, en la Casa Rosada se discutió la idea de que, teniendo en cuenta la lentitud del Congreso paraguayo, la presidenta argentina, Rousseff, Mujica y Lugo aprobaran ad referéndum del Congreso paraguayo el ingreso de Venezuela.
"Al final se decidió no hacerlo para no crearle problemas internos a Lugo, pero había un claro acuerdo entre los presidentes sobre la entrada de Venezuela", dijo García, que recordó que en Mendoza fue Mujica quien propuso el 31 de julio para la incorporación de Venezuela al bloque, para que el presidente Hugo Chávez pueda estar presente en el acto formal.
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