De villano a héroe: el gobernador de Florida capitaliza su estrategia contra la pandemia
La gestión de Ron DeSantis fue muy criticada desde el inicio de la crisis por el coronavirus, pero luego fortaleció su imagen con el programa de vacunación
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WASHINGTON.- Durante varios años hubo básicamente una sola forma de alcanzar un perfil a nivel nacional dentro del Partido Republicano: la adhesión a Donald Trump. El expresidente hizo de la persecución —real o imaginaria— una moneda corriente de la política, arrastrando a sus partidarios y aliados con cargos electorales a batallas culturales donde el contragolpe feroz tenía premio. Y los dirigentes republicanos con ambiciones muchas veces tenían razón en engancharse al vagón de Trump, admitiendo que tenía cautiva a la base electoral republicana.
Pero hay un republicano que logró hacer su propio camino en ese frente, con gran ayuda de sus detractores: se trata de Ron DeSantis, gobernador del estado de Florida.
Durante el último año, DeSantis ha sido repetidamente el blanco de críticas, a veces muy rebuscadas, por la respuesta de su gobierno a la pandemia. El punto culminante fue el informe emitido el domingo en el programa “60 Minutos” sobre la decisión de DeSantis de ampliar el programa de vacunación de Florida a través de los locales de la cadena de almacenes Publix, que en las semanas previas había donado 100.000 dólares a su campaña electoral.
Las reacciones negativas ante el informe —apenas uno de varios con cuestionamientos similares, en los que se acusó a DeSantis de un supuesto mecanismo de “pagar para participar”— no se hicieron esperar. Hasta los funcionarios de Florida vinculados al Partido Demócrata defendieron la decisión de usar los locales de Publix, la cadena de almacenes más popular del estado, que también ha donado dinero a los demócratas y para diversas causas progresistas.
CBS and 60 Minutes have a playbook: lie with impunity, smear their political opponents and deceptively edit out facts that eviscerate their bogus, partisan narratives.
— Ron DeSantis (@GovRonDeSantis) April 7, 2021
CBS and 60 Minutes are dedicated to leaving the truth on the cutting room floor. https://t.co/uuadVOXFVE
El alcalde del condado de Palm Beach, el demócrata Dave Kerner, a cuya ciudad hacía referencia puntual el informe de “60 Minutos”, dijo sin pelos en la lengua que el informe era “deliberadamente falso” y que “60 Minutos” le había negado el derecho a réplica. “Deberían avergonzarse”, remarcó.
Una reacción similar tuvo el coordinador de respuestas de emergencia de Florida, el demócrata Jared Moskowitz, quien dijo que Publix era el único minorista que podía distribuir rápida y extensamente la vacuna.
“Desde Publix nos informaron que podían estar listos en 72 horas”, le dijo Moskowitz el lunes al National Review, un medio conservador. “Elegí Publix, y al día siguiente entré en la oficina del gobernador, le mostré el plan y le expliqué por qué teníamos que habilitar más lugares de vacunación, especialmente en zonas rurales y en áreas de bajos ingresos”.
El efecto rebote llegó poco después de otra controversia que, si se lo piensa, tenía una explicación más lógica. Los informes periodísticos y la oposición demócrata de Florida dieron a entender que había un subregistro del número de muertos en el estado. Pero como informó el periodista Philip Bump en The Washington Post, son muchos los estados que tuvieron desfasajes similares entre su aumento de fallecimientos en comparación con los últimos años y su conteo oficial de muertos por coronavirus. Es muy probable que los estados y hasta el gobierno federal estén rebajando el número real de muertes, pero el desfasaje en Florida es acorde al resto del país y no llama la atención dentro de ese contexto.
También hay discusiones sobre la respuesta general de DeSantis a la pandemia y sobre las críticas que recibió. DeSantis ha sido uno de los gobernadores republicanos que defendió con más firmeza la apertura de la economía de su estado. Durante los picos de contagios, lo atribuyeron a sus políticas; cuando los contagios disminuyeron, las críticas se apagaban o los defensores de DeSantis se las enrostraban a los opositores.
En líneas generales, el número de casos de coronavirus en Florida y el número oficial de muertos están a mitad de camino. Su recuento de casos y su número de muertos se ajustan al promedio nacional. En este tipo de cosas siempre intervienen muchos factores, incluido el clima y la densidad poblacional. La comparación entre Florida y los estados del nordeste más afectados, como Nueva York, también es comparar peras con manzanas, porque esos estados sufrieron la peor parte de la primera ola de la pandemia, cuando se sabía menos sobre la propagación del virus y la forma de evitarla.
Pero en comparación con otros estados —particularmente los estados de mayoría republicana y tomando en cuenta que el “estado del sol” tiene una proporción de adultos mayores vulnerables mucho más alta—, Florida no es ni de lejos el desastre que muchos han querido pintar.
Equilibrio del impacto
Los argumentos a favor de DeSantis en este tema son significativamente más sólidos que los de otro ambicioso gobernador republicano que ha tratado de convertir su respuesta al coronavirus en una medalla de honor. La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi L. Noem, tomó la decisión de dejar abierto su estado y resistir la obligatoriedad del barbijo como un punto focal de su esfuerzo por alcanzar proyección nacional, pero su estado figura entre los peores del país en número de casos y muertos per cápita.
Mantener todo abierto crea más riesgo, de eso no hay duda, pero a DeSantis le ha ido mejor en el manejo de ese riesgo y en equilibrar el impacto del virus en la salud con sus efectos económicos.
Pero lo más importante que tiene de DeSantis es un argumento sólido para presentarle a los republicanos de que está siendo blanco político de la malicia de los demócratas y medios de comunicación. DeSantis también se ha abrazado a Donald Trump (el respaldo de Trump fue crucial para la llegada de DeSantis a la gobernación, hace dos años), pero construirse una imagen nacional propia mientras juguetea con los tópicos trumpianos probablemente lo termine fortaleciendo.
DeSantis es el gobernador de un estado importante, y eso conlleva estar sujeto a un escrutinio constante, y también exponerse a que ese escrutinio se extralimite. Pero si hablamos de republicanos que puedan usar ese escrutinio público para construir una marca personal y disputar la carrera presidencial de 2024 con un perfil distinto al de Donald Trump, el gobernador DeSantis lleva las de ganar.
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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