De pandemia a endemia, el plan de Singapur para convivir con el Covid-19
A medida que avanza la vacunación, la ciudad-Estado de Singapur busca avanzar hacia una nueva fase en la que el virus ya no paralice la vida cotidiana.
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SINGAPUR.- Hace meses que la ciudad-Estado de Singapur aplica estrictas medidas y restricciones para mantener al mínimo los contagios por coronavirus. Para empezar, las fronteras están básicamente cerradas. En las últimas dos semanas, se registraron entre 4 y 20 nuevos contagios locales por día, un número elevado para el bajo riesgo que se permite el país, donde los habitantes ni siquiera tienen permitido comer en restaurantes en grupos de más de dos personas.
Ahora, con casi el 40% de su población vacunada con ambas dosis, Singapur ya está planeando pasar a una nueva fase, en la que ya no intentará rastrear todos los casos ni cortar todas las cadenas de contagios que detecte. En esa nueva etapa, el Covid-19 es considerada una enfermedad menos mortal, como la gripe, que ya no paraliza la vida cotidiana. En otras palabras, se convierte en una endemia, como lo anticiparon hace tiempo muchos sanitaristas.
Un grupo de ministros del gobierno se Singapur escribió hace unos días un editorial en el diario Straits Times donde dicen que la gente está agotada de la batalla contra el virus. “Todo el mundo se pregunta cuándo y cómo termina esta pandemia”, admitían en ese editorial.
“La mala noticia es que probablemente el Covid-19 no se vaya nunca”, escribieron en respuesta. “Pero la buena notica es que será posible convivir normalmente con el virus entre nosotros.”
Para potenciar la recuperación económica, Estados Unidos y muchos otros países están levantando y flexibilizando las restricciones mucho más rápidamente que Singapur. Los cambios que tiene planeados la ciudad-Estado llegan como consecuencia de una realidad: cada vez son más los gobiernos que reconocen que la erradicación del coronavirus no llegará en lo inmediato, si es que llega. El virus original ha creado numerosas variantes, algunas de las cuales parecen más difíciles de contrarrestar que sus versiones anteriores, y la lenta vacunación de los países en desarrollo le sigue regalando al patógeno mucho espacio para proliferar y evolucionar.
Pero los planificadores de políticas públicas también observan que gracias a las vacunas, la enfermedad se convierte en una presencia menos amenazante, reduciendo drásticamente los casos graves, las internaciones y los fallecimientos.
En Estados Unidos, donde está vacunado con ambas dosis el 46% de la población, las muertes diarias por Covid-19 bajaron a menos de 300 por día, la cifra más baja desde marzo de 2020, según el sitio de relevamiento de datos Our World in Data. En el Reino Unido, a pesar de la reciente crisis de infecciones fogoneada por la supercontagiosa variante delta, las cifras de muertos se mantienen relativamente bajas. Nadhim Zahawi, el funcionario encargado de supervisar la vacunación en el Reino Unido, dijo el mes pasado que los planes del gobierno británico a futuro eran “tratar el Covid como se trata la gripe, con una campaña de vacunación anual.”
Los planes de transición de pandemia a endemia de Singapur son así: cuando la mayoría de los 5.7 millones de habitantes de la ciudad-Estado haya sido vacunados -planea tener inmunizada completamente al 66% de su población para principios de agosto-, al virus le será más difícil encontrar nuevos huéspedes, y lo que es más importante aún, enfermarlos gravemente o cobrarse sus vidas. Algunos se seguirán contagiando y enfermando de Covid-19, pero la mayoría se recuperará en su casa. Las autoridades tendrán que rastrear menos, los aislamientos serán más escasos y terminará el penoso recuento de nuevos contagios diarios, y solo se seguirán tabulando las internaciones en terapia intensiva.
La Singapur postpandémica no será exactamente como un regreso a 2019. Viajar, por ejemplo, seguirá siendo complicado, aunque podría ser más fácil para quienes cuenten con certificado de vacunación. Los testeos seguirán siendo omnipresente aeropuertos, edificios de oficinas, centros comerciales y universidades, pero en vez de hisopos, vendrán en un formato más rápido y cómodo, como los alcoholímetros.
La cepa de Covid-19 conocida como delta ya circula en al menos 60 países, incluido Estados Unidos, y es probable que se propague por todo el mundo, según la doctora Sharon Peacock, presidenta del consorcio Covid-19 Genomics UK.
Para planificar la transición, Singapur está analizando datos del mundo real de países altamente vacunados como Israel, dice Yik-Ying Teo, decano de la Escuela de Salud Pública Saw Swee Hock, Singapur. Teo dice que están particularmente interesados en los datos sobre la proporción de personas vacunadas que se infectaban con Covid-19 y desarrollaban un cuando leve o asintomático, en relación con el número de quienes enfrentaban una enfermedad grave o la muerte. Hasta ahora, por ejemplo, el reciente aumento de casos en Israel no se tradujo en un aumento del número de fallecidos.
“Lo que el mundo necesita saber para salir de la situación general de la pandemia es si la vacunación funciona, porque eso les permitirá desacoplar las cifras de contagio de las cifras de hospitalización”, dice Teo.
De todos modos, se trata de un camino largo y empinado. Aunque algunas naciones ricas están empezando a dejar atrás lo peor de la pandemia, en la mayor parte del mundo el virus no ha sido controlado. Hay países superpoblados y escasamente vacunados, como Indonesia y Bangladesh, que actualmente enfrentan un nuevo aumento repentino de contagios. La India ya advierte que es posible la llegada de una nueva ola, y en muchas partes del continente africano las infecciones y las muertes van en aumento. Alrededor de 8000 personas siguen muriendo diariamente de Covid-19 a nivel mundial.
Eso significa que la prevalencia y el número de fallecimientos por Covid-19 variarán de un país a otro durante mucho tiempo más.
“Los países que logren una alta aceptación de la vacuna estarán en mejores condiciones para salir de esta pandemia”, dice Teo. “Algunos países de ingresos bajos y medios tal vez se vean obligados a seguir encarando la situación como una pandemia durante mucho tiempo más, simplemente por no haber podido acceder a vacunas seguras y eficaces para la mayor parte de su población.”
Catherine Bennett, jefa de epidemiología de la Universidad Deakin, Australia, dice que hace falta un esfuerzo global para lograr altos niveles de vacunación en todos los países. “Sería una locura dar de baja una pandemia simplemente porque en nuestro rincón del mundo está bajo control”, dice Bennett, y agrega que permitir una transmisión desenfrenada del virus aumenta el riesgo de aparición de nuevas variantes.
“El peor de los escenarios posibles para esta época del próximo año es que hayamos contribuido a la aparición de una variante que eluda la inmunidad de las vacunas y que tengamos que volver al casillero de largada”, dice la experta.
Traducción de Jaime Arrambide
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