De la alta expectativa a un liderazgo en caída libre: los chilenos ven cada vez menos a Boric como un presidente cercano y empático
El presidente chileno llegó al 57% de desaprobación, la cifra más alta desde que asumió el cargo el 11 de marzo pasado
- 6 minutos de lectura'
SANTIAGO, Chile.- Pasó con Sebastián Piñera en su primer gobierno y con Michelle Bachelet en su segundo periodo. Pasó con Iván Duque en Colombia, con Pedro Castillo en Perú, y con Alberto Fernández en la Argentina. Pasa en América Latina y seguirá pasando. Ahora es el turno de Gabriel Boric en Chile y la historia se repite: un presidente que inicia su mandato con positivos niveles de aprobación, pero cuya imagen se derrumba al no poder cumplir con las altas expectativas.
Aquella suerte de arma de doble filo para los líderes de la región y que se traduce en un exceso de confianza -como quedó en evidencia en el exiguo triunfo que consiguió Gustavo Petro en Colombia-, también golpea a Chile. Pese a que aún no completa los tres meses como gobernante, Gabriel Boric continúa experimentando una baja en su popularidad y esta semana alcanzó un 57% de desaprobación, la cifra más alta desde que llegó a La Moneda. El resultado marcó un aumento en 7% porcentuales de rechazo a su gestión en comparación con el último sondeo realizado por la encuestadora Cadem el pasado 22 de mayo.
Según el estudio, el líder de Frente Amplio también sufrió una caída en su aprobación de 2 puntos y marcó un 36%, mientras que el nivel de confianza hacia su gestión se desplomó en 10 puntos y descendió al 41%, la más baja en lo que va de mandato.
“En las encuestas los atributos del presidente Boric como liderazgo, empatía y cercanía también han ido bajando, y pueden verse aún más dañados en la medida que las personas no perciban una resolución de los temas que hoy le preocupan: el control de la delincuencia y las medidas de rescate económico, en un contexto de alta inflación que existe en el país, que obviamente es un fenómeno global, pero que sí golpea a fuertemente a las familias chilenas”, dijo Claudio Elórtegui, investigador en comunicación política de la Universidad Católica de Valparaíso.
“El presidente Boric está dejando atrás la instalación, que ha sido un proceso que no ha sido fácil por lo que significa la llegada de un nuevo gobierno y las altas expectativas que se generaron. Está en un pie de reacomodo, de reordenamiento interno, y eso se ha reflejado en el arribo de Ana Lía Uriarte, la exjefa de gabinete de Michelle Bachelet, al Ministerio de Interior. Ella aterriza para reforzar con mayor expertise política los temas que preocupan a la ciudadanía y que han evidenciado la baja en el apoyo inicial al presidente Boric”, añadió el académico.
Precisamente, los atributos del primer mandatario cayeron en picada en comparación con el 7 de abril, la última vez que dicho sondeo midió este tipo de características. Su carisma bajó al 67% (-9 puntos), su cercanía al 58% (-10), su capacidad para solucionar problemas al 40% (-8) y su autoridad y liderazgo al 38% (-13).
Partimos el sábado con recorrido por nuestra Casa de Gobierno junto a niños y niñas por el #DíaDeLosPatrimonios pic.twitter.com/SHR719mmb7
— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) May 28, 2022
“El gobierno se encuentra en una situación compleja porque ha habido casi una pérdida total del control de la agenda durante estos casi tres meses. Se ha visto a un gobierno lento y reaccionando al día a día. Esto ocurre por varios elementos y uno de ellos tiene que ver con graves descoordinaciones internas que han provocado inestabilidad”, señaló Juan Pablo Araya, analista político y profesor de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH).
“A esto se le deben sumar los graves problemas de comunicación y coordinación. El gobierno llegó con una agenda ecologista, de identidad de género y nueva Constitución, pero no ha habido sincronización entre lo que la agenda planteaba y en el cambio de las demandas de la ciudadanía”, agregó Araya, quien también responsabilizó a las fracturas internas que se manifiestan en el oficialismo.
“La coalición de gobierno está formada por dos bloques: Apruebo Dignidad, el bloque del presidente, y en el cual el Partido Comunista ha tomado un rol protagónico y, por otro lado, está la coalición llamada Socialismo Democrático que es la que representa a las fuerzas de centroizquierda que gobernaron Chile durante más de 30 años. Ambos bloques ya han tenido confrontaciones en temas como el quinto retiro de los fondos previsionales y el tema de la violencia en la macrozona sur”, dijo el analista.
Factor Constitución
Para Jorge Saavedra, académico de la Escuela de Periodismo UDP e investigador del Centro de Investigación en Comunicación, Literatura y Observación Social (CICLOS), las expectativas hacia el gobierno de Boric también se vinculan con el proceso constitucional que atraviesa el país.
“El gobierno entrante no se caracterizó ni por prometer la revolución, sino que tuvo una aproximación más bien reformista, con la idea de modificar ciertos aspectos de la sociedad chilena que la misma sociedad -de manera multitudinaria y evidente por décadas-, ha estado solicitando, como es lo relacionado a la salud, pensiones o educación. Esto, no obstante, y más allá de lo operativo del poder ejecutivo y de cierto trabajo legislativo, está en manos de la Convención Constituyente y su propuesta de Constitución que se vota el 4 de septiembre. Todo cambio se va a ceñir, por razones obvias, a ese orden constitucional”, analizó Saavedra sobre el texto de la nueva ley fundamental que se encuentra en su fase final de elaboración.
“Ahora donde sí generó expectativas Boric fue en sus formas, en la cercanía, en proponer un gobierno que escuche y sea efectivo, y creo que ahí hay un trabajo que está por verse, y que va a ser efectivo en tanto la ciudadanía sienta que el gobierno le escucha, que se despliega en el territorio y que responde a problemas tan cotidianos como complejos, incluyendo delincuencia y seguridad social”, dijo el experto.
De hecho, y frente a esa discusión, la propia encuesta Cadem también abordó las expectativas ante la nueva Carta Magna y mientras a un 56% le produce “temor/incertidumbre”, el 40% se inclinó por la opción “esperanza”.
En tanto, la semana pasada se dio a conocer la encuesta “Pulso ciudadano” y en ella la aprobación de Boric subió 3,3 puntos y llegó a 27,3%, mientras su desaprobación llegó a 56,8%, cifras complejas para un gobierno cuya “luna de miel” duró apenas un par de días.
“Las expectativas son altas sobre todo para las figuras que vienen representando el cambio. La ciudadanía chilena espera que ese cambio sea rápido y que tenga una implementación efectiva, porque está cansada, decepcionada e impaciente luego de lo que significó un estallido social que desde la indignación se ha pasado a la impaciencia”, puntualizó el académico Claudio Elórtegui.