De los desaparecidos a los gays, el Papa habló de todo en una entrevista
ROMA.- "Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos. Los muertos son para ser enterrados, son para ser individualizados en los cementerios, pero no para ser escondidos. Nunca vas a tener paz con un muerto escondido. Nunca". El Papa habló de los desaparecidos argentinos en una entrevista que le concedió al periodista español Jordi Évole para el programa "Salvados", de la cadena La Sexta, que se emitió anoche en España, en la que habló de todos los temas, desde los derechos de los gays hasta quienes terminan prisioneros de los muros que levantan.
Évole, que entrevistó a Francisco en el Vaticano el 22 de marzo pasado, le preguntó qué pensaba del hecho de que en España todavía hay víctimas de la Guerra civil "sepultadas en cunetas’. "Hablando de desaparecidos, tengo una historia fuerte", contestó Francisco. "En Argentina fueron más de 30.000, en la época de la dictadura, y me tocó de cerca eso. Siempre he defendido el derecho a la verdad sobre lo que pasó. El derecho a una sepultura digna. A encontrar los cadáveres. En Argentina se sigue haciendo eso, lentamente... Es un derecho. No sólo un derecho de la familia, de la sociedad", aseguró.
La entrevista al Papa de Évole -que recientemente también entrevistó a Nicolás Maduro-, fue emitida en España justo cuando Francisco acababa de aterrizar en Roma después de su viaje de dos días a Marruecos. En este país de mayoría musulmana, el Papa volvió a destacar la importancia del diálogo interreligioso, reiteró su respaldo a los migrantes y alentó a la pequeña minoría católica ante la que celebró una histórica misa.
Así como hizo en la entrevista que concedió en el avión que lo trajo de regreso a Roma desde Rabat, ante Évole el Papa habló de la necesidad de construir puentes, en lugar de muros. "El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó. Y eso es ley universal. Y eso se da en el orden social y en el personal. Si vos levantas un muro entre personas, terminas prisionero de ese muro que levantaste. Sí, defiendo mi autonomía, sí; pero te quedas solo como un hongo", aseguró, tras una pregunta acerca de la propuesta de algunos gobernantes, como Donald Trump, de levantar muros y vallas en las fronteras para frenar la inmigración.
Preguntado sobre la reciente cumbre sobre abusos que hubo en el Vaticano, que decepcionó a los grupos de víctimas, Francisco explicó que "las cosas concretas de la cumbre fueron iniciar procesos". "Y eso lleva su tiempo", dijo. "De todas maneras, comprendo la gente que haya quedado insatisfecha, porque cuando hay un dolor de por medio, vos tenés que callar, rezar, llorar, acompañar, y punto", sostuvol
El aborto
Reafirmó, por otro lado, su rechazo al aborto, aunque se mostró comprensivo con quienes lo cometen.
"Si alguna de las mujeres víctimas de trata le explicase que se ha quedado embarazada tras una violación, ¿entendería que quisiera abortar?", preguntó el periodista.
"Yo la entendería a ella en su desesperación, pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema", respondió el Papa.
Como en otras oportunidades, al margen de lamentar que "la madre Europa se volvió demasiado abuela, envejeció", reconoció que en el Vaticano no todo es color de rosa. "El Estado de la Ciudad del Vaticano no se salva de los límites y de los pecados y las vergüenzas de otras sociedades. Acá somos hombres y tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas. Hay que ir limpiando. El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando", dijo, al admitir que allí "hay hipócritas".
Cuando Évole le recordó su famosa frase sobre "quién soy yo para juzgar a un gay", Francisco confirmó "que las tendencias no son pecado". Explicó, por otro lado, que cuando hubo revuelo porque dijo que los hijos de homosexuales deberían ir al psiquiatra, fue un malentendido porque estaba hablando en italiano y lo que quiso decir era un profesional. "Una vez que la actitud homosexual está fijada, ese hombre o esa mujer homosexual, tienen derecho a una familia. Ese papá y esa mamá tienen derecho a un hijo, venga como venga y no se puede echar del hogar a ningún hijo o hija homosexual".
Durante el pingo-pong, el Papa ostentó su humor porteño. Admitió "vivir en un museo", refiriéndose al Vaticano y, preguntado si era "papa las las 24 horas", contestó: "Sí, pero a veces le paso el volante al Espíritu Santo: que guié él y yo descanso un poco". Aunque Évole le aseguró que para él Messi "es Dios", el Papa no estuvo de acuerdo: "en teoría es un sacrilegio, yo no creo eso".
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