Danza de millones y una tormenta de acusaciones antes de la entrevista de Meghan y Harry
La emisión de mañana de la cadena CBS en Estados Unidos desató un negocio por los derechos de transmisión televisiva, en paralelo con la carrera de denuncias de las dos partes
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NUEVA YORK.- Se trata de una de las entrevistas más esperadas de los últimos tiempos. Pero cuando el príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, presenten en televisión su versión de la ruptura con la familia real, habrá mucho más en juego que los entretelones de un desencuentro familiar.
El diálogo de los duques de Sussex con la presentadora estrella Oprah Winfrey, que se emitirá mañana a la noche en Estados Unidos (22 de la Argentina), será no solo el eje central de una guerra de acusaciones entre la pareja exiliada y la Corona británica. Será también un negocio de millones de dólares en derechos de transmisión.
En los anticipos que la CBS viene ofreciendo a cuentagotas antes de su programa en horario estelar de dos horas, y en las candentes acusaciones sobre Meghan filtradas a un diario británico, la familia real británica y el matrimonio están maniobrando frenéticamente para tratar de dar forma a la narrativa antes de la emisión.
Al mismo tiempo, en una carrera en paralelo, la danza de millones se encamina a sus últimos ajustes antes de una emisión televisiva que se espera brinde enormes rendimientos como un evento de showbusiness, íntimo, sutil y emotivo, nada fácil de superar.
La cadena CBS pagará entre siete y nueve millones de dólares por los derechos de transmisión de la entrevista, que se emitirá a las ocho de la noche en Estados Unidos y venderá los segundos de publicidad al doble de lo usual.
Como parte del acuerdo entre la CBS y la empresa de Winfrey, Harpo Productions, la red también podrá otorgar el especial en los mercados internacionales. Por ejemplo, en Gran Bretaña, la entrevista se transmitirá el lunes en ITV.
La CBS, según los anunciantes, está buscando vender comerciales de 30 segundos a 325.000 dólares, el doble del precio habitual en una franja horaria normal. Harry y Meghan, en tanto, no recibirán ninguna remuneración.
Todo eso en el marco de lo que se espera serán declaraciones verdaderamente explosivas, y que ya pusieron en guardia al Palacio de Buckingham con sus propias denuncias, ventiladas por los medios británicos.
¿Fue Meghan víctima de una familia fría y poco acogedora que la aisló cruelmente después de casarse con Harry y que ahora la está difamando? ¿O era una diva de Hollywood que maltrataba a su personal, sumiendo a la Casa de Windsor en la confusión y desencadenando una brecha entre la familia y uno de sus jóvenes príncipes más queridos?
Como telón de fondo hay un patriarca enfermo, el príncipe Felipe; una reina Isabel II venerada pero envejecida, y una familia que sale de un año de reclusión durante la pandemia para encontrar aún frescas las heridas de la abrupta partida de Meghan y Harry hacia California.
El último disparo en esta batalla de relaciones públicas se lanzó el jueves, cuando la CBS publicó un video de 30 segundos de la entrevista donde Meghan dice que “la firma”, refiriéndose a la familia real por un apodo que se utiliza para evocar las cualidades menos nobles de la monarquía, “juega a perpetuar falsedades sobre nosotros”.
El video promocional parecía calculado para responder al explosivo informe publicado por el Times de Londres el martes, según el cual una exayudante real de Meghan presentó una queja ante el palacio en octubre de 2018, acusándola de intimidar a su personal, hacer llorar a algunos colaboradores subalternos a y expulsar a dos asistentes personales de la casa real.
El Palacio de Buckingham dijo que estaba “muy preocupado” por las acusaciones, que las estudiaría e invitó a antiguos miembros del personal de la pareja a participar en la investigación “para ver qué lecciones pueden extraerse”.
El espectáculo de que la familia real lleve a cabo una investigación de recursos humanos sobre una de sus parientes políticas más famosas dejó a los observadores de la monarquía con la boca abierta. “Abrieron una increíble caja de Pandora”, dijo Peter Hunt, antiguo corresponsal real de la BBC. “¿De verdad van a declararla culpable de acoso? ¿Será en forma de investigación #MeToo? Realmente parece que los anarquistas se apoderaron de la institución”, añadió.
Las acusaciones cruzadas representan un choque de culturas: las filtraciones de prensa a la antigua usanza a los medios de comunicación británicos -utilizadas durante mucho tiempo por los miembros de la familia real para ajustar cuentas- frente a la maquinaria publicitaria de una cadena de televisión norteamericana y una de las personalidades mediáticas más poderosas del país.
La CBS y la compañía de Winfrey alimentaron las expectativas con los dramáticos fragmentos difundidos. “¿Se quedaron callados o fueron silenciados?”, pregunta Winfrey en un momento, mientras Meghan la mira sin decir nada. “Has dicho aquí cosas muy impactantes”, dice en otro momento en el que surge una música dramática.
Sin embargo, Winfrey promete algo más que una mera recitación de las conocidas quejas de la pareja a la prensa. Ella promete trapos sucios. “Solo quiero dejar claro a todo el mundo que no hay ningún tema que esté prohibido”, declaró entre los anticipos de la charla .
George F. Schweitzer, antiguo jefe de marketing de la CBS, dijo que esperaba que la cadena no escatimara en la promoción de la entrevista, dada su combinación de “tres palabras mágicas: ‘Oprah. Harry. Meghan’”.
El momento de la entrevista, después del programa estrella de CBS News, 60 Minutes, aumentaría sus índices de audiencia, dijo Schweitzer, al igual que el tema, que atraerá a los espectadores que anhelan un escape después de un año de vivir con el coronavirus.
The New York Times y Agencia ANSA