Daniel Scioli, antes del ballottage en Brasil: “Es obvio que Lula tiene un mayor compromiso con la integración latinoamericana y una gran relación con Cristina”
En una entrevista con LA NACION, el embajador argentino en Brasilia habla sobre cómo mantuvo el vínculo diplomático con el gobierno de Bolsonaro y su relación personal con el líder del PT durante la campaña
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SAN PABLO.- Cuando falta menos de un día para el ballottage entre Luiz Inacio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, hace permanente equilibrio entre los dos candidatos. Se jacta de su buen vínculo con el presidente y resalta los avances en materia comercial, pero reconoce que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) tiene “un mayor compromiso con la integración latinoamericana, con el Mercosur y una gran relación personal con Cristina Kirchner” al ser consultado sobre sus preferencias.
En una entrevista con LA NACION en el consulado argentino en San Pablo, Scioli se refirió a por qué Alberto Fernández y Bolsonaro nunca pudieron concretar una reunión bilateral (“no era necesario forzarla”), habló sobre la dura campaña electoral en Brasil, que incluyó fuertes críticas del bolsonarismo hacia el Gobierno, y sobre una posible visita del Presidente a Brasil ante un eventual triunfo de Lula en la segunda vuelta.
-¿Cómo cree que impactó en el vínculo entre la Brasil y Argentina la presidencia de Bolsonaro?
-La relación se pudo encauzar. Cuando Alberto Fernández me confía la misión de asumir la embajada acá fue con un objetivo, y me dijo “hacé lo que tengas que hacer, pero pensando lo mejor para la Argentina, tenemos que reconstruir la relación con Brasil”. Y cuando vamos objetivamente a los avances son muy claros y contundentes. Ejercí un poco la diplomacia emocional. Y en esta segunda etapa el gran objetivo mío es el gran acuerdo binacional de integración. Lo hablé con el gobierno y también con Lula. A él le dije “mirá, de verdad hubo una gran integración política e ideológica en tu gobierno, pero cuando vamos a lo comercial tenemos ahí un déficit”, y la solución de fondo ahí pasará en gran parte cuando empecemos a exportar energía en el momento que se finalice el gasoducto.
-Y a pesar de esa integración comercial, ¿por qué Alberto Fernández y Bolsonaro nunca pudieron concretar una reunión bilateral?
-Tuvieron encuentros en el marco del Mercosur, pero no era necesario forzarla. En definitiva mi rol acá es una embajada ejecutiva, comercial y él me empoderó. Un día el Presidente le dijo a Bolsonaro, “cuando hablás con Daniel hacé de cuenta que hablás conmigo, son mis ojos, mis oídos”, una cosa así. Y Bolsonaro siente que hablando conmigo también tiene una interlocución directa. Y la verdad que cada vez que lo he querido ver, me ha recibido. Estuve 14 veces en el Planalto.
-¿Y a usted le afecta todas las duras críticas que en esta campaña han hecho Bolsonaro y su entorno al Gobierno y a Fernández?
-No salgo de mi eje, que es pensar lo mejor para la Argentina. Y lo mejor no es entrar en una escalada verbal, que no me va a generar ni más inversión ni más trabajo, y al contrario complicará las cosas. Yo soy muy pragmático. Entiendo que eso tiene que ver con estrategia de campaña de Bolsonaro, hablar a su núcleo duro, hacer comparaciones. Algunas vez le he dicho, medio en broma medio en serio, “déjate de hinchar ya con eso de que la Argentina es comunismo o socialismo”. Yo he logrado entrarle a veces desde otro lugar, con un lenguaje más llano.
-Se habla acá en Brasil y en Buenos Aires de que Alberto Fernández podría venir a San Pablo en caso de un eventual triunfo de Lula. ¿Se está planificando?
-No lo sé, eso lo decidirán allá.
-¿Y cree que de concretarse sería bien visto por el gobierno de Bolsonaro?
-Por ley acá está reglamentada la transición si hay cambio de presidente. Entonces es lógico eventualmente que en una transición también se empiece a hablar de agendas bilaterales, y también hay que humanizar un poco más la política y pensar el vínculo personal que tiene Alberto, la gratitud de Lula que cuando estuvo en prisión Alberto lo vino a visitar en la campaña, y aparte Alberto es el presidente de la Celac. Si lo visitó en aquella circunstancia por qué no encontrarán ahora la forma de verse. Pero primero esperemos el resultado de la elección y las horas posteriores.
-¿Y si fuera a la inversa, con un eventual triunfo de Bolsonaro? En la Argentina el kirchnerismo hizo mucha campaña por Lula. ¿Podría afectar la relación entre los países?
-Lo he demostrado que no, que encontrando los puntos en común, avanzamos. Sería una continuidad e intensificar lo que está en marcha.
-¿Podría afectar su posición ese buen vínculo con Bolsonaro en un eventual gobierno de Lula?
-Para nada, todo lo contrario. Cuando he visto a Lula en su casa antes de que decidera ser candidato, y varias veces más, se lo comenté a Bolsonaro. Y ahí Lula me dijo una cosa maravillosa. Se tienen que dar tres condiciones para que yo sea candidato: primero, sé que voy a un esfuerzo físico tremendo. Segundo, no quiero ser candidato si no estoy seguro de que puedo ganar, y tercero, que pueda hacer un buen gobierno. Y evidentemente está convencido y si se nota su actitud, se lo ve bien. Son cosas que he hablado con Lula, que entiende que yo como embajador defendiendo a la Argentina tengo que tener la mejor relación posible con el gobierno actual.
-¿Y usted tiene alguna preferencia por algunos de los dos candidatos para que gane el domingo?
-Es obvio que Lula tiene un mayor compromiso con la integración latinoamericana, con el Mercosur y una gran relación personal con Cristina y también conmigo, soy una persona agradecida y nunca me voy a olvidar que en 2015 fue a hacer campaña por mí. Y con todo el entorno de él hablo directamente, como con Celso Amorim. Mantengo un muy buen vínculo.
-¿Cree que Alberto Fernández tiene que ser candidato a la reelección en 2023 y que debería competir en una interna?
-Tiene todas las facultades institucionales y constitucionales, y llegará con toda su experiencia, con su inteligencia, con la capacidad que ha demostrado. Quizás las cosas se entienden en el tiempo, la gente lee los silencios. Alberto es una persona profundamente democrática, paciente, tolerante y con alto sentido la responsabilidad. Busca preservar la unidad en una diversidad de sectores tan grande como como tiene el Frente de Todos… y ahora está mucho en discusión el tema de las PASO, de las que yo estoy a favor.
-¿Y por qué cree que aumentó la grieta durante este mandato?
-Las cosas fueron tomando una dinámica en la que también la pandemia ha dejado muy sensibilizada a la sociedad frente a su propia vida personal y la política. Fijate una anécdota: cuando visito a Lula en la casa en San Pablo en un momento me dice “¿me podés explicar esto de Milei?”. Me llamó la atención. Y me pidió que le mandara un discurso de él en portugués porque estaba analizando este tipo de fenómenos en otras partes del mundo. Si en la Argentina hablamos de grieta, acá hay una súper grieta, porque los términos del debate de ayer, enemistad personal, agresiones, acusaciones, las palabras que han usado.
-Mencionó a Milei, ¿cree que podría ser un fenómeno como el de Bolsonaro en Brasil?
-Veo que han interpretado a un sector muy importante de la población con el concepto de la libertad, no solo económica, y los captan, los atraen, los movilizan. Y la democracia se fortalece cuanto más expresiones hay. Y vemos otros fenómenos en el mundo que se dan en esa dirección. En lugar de combatirlos y renegar con eso, hay que interpretar, como hizo Lula, y autoexigirse para poder llegar a ese electorado.
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