Cumbre climática: Jair Bolsonaro pedirá al mundo 1000 millones de dólares para salvar el Amazonas
El presidente de Brasil participará de la cumbre climática encabezada por EE.UU. e intentará mostrar otra cara, tras las denuncias de deforestación extrema en la selva
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, encabeza hoy una cumbre de líderes mundiales sobre el clima en la que uno de los participantes, su par de Brasil, el derechista Jair Bolsonaro, pedirá 1000 millones de dólares por año a las potencias para controlar la deforestación en el Amazonas.
De este modo, y en un intento por alejarse del discurso antiambientalista instalado en su gestión y que el año pasado lo instaló en el centro de una polémica por la gran deforestación registrada en la zona (en 2019, la tala de árboles tuvo un aumento anual de 85,3% y llegó a la cifra récord de 10.123 km2), el mandatario brasileño intentará mostrar otra cara, pese a haber achicado durante su mandato las agencias fiscalizadoras como el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) y el Instituto Chico Mendes.
De acuerdo con lo publicado por el diario El País, este cambio de rumbo del ultraderechista se da luego de la tensión instalada entre Biden y él en el pasado, cuando el demócrata era candidato a la presidencia y había propuesto reunir 20.000 millones de dólares para preservar la Amazona, algo que había molestado al brasileño. Sin embargo ahora buscará recoger el guante para recaudar dinero y encabezar esta lucha para cuidar del pulmón verde del mundo, como identifican a la zona.
De hecho, la semana pasada desde el gobierno de Brasil difundieron una misiva dirigida a la Casa Blanca en la que se asumía la promesa de eliminar la desforestación ilegal para 2030 (ya hecha en 2016) y de adelantar una década el plazo para alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono (de 2060 a 2050).
President @jairbolsonaro’s recommitment to eliminating illegal deforestation is important. We look forward to immediate actions and engagement with indigenous populations and civil society so this announcement can deliver tangible results.
— Special Presidential Envoy John Kerry (@ClimateEnvoy) April 16, 2021
Aliado del expresidente Donald Trump y electo con un discurso contra las entidades ambientalistas y las reservas indígenas amazónicas y a favor de la minería en la selva sudamericana, Bolsonaro ahora corre el riesgo de convertirse en una molestia si no se adapta a la agenda ambiental del cambio climático.
Brasil es dueño del 60% de la selva amazónica pero en los últimos años no cuidó del área según lo pautado. La tendencia actual muestra, de acuerdo con lo publicado por la agencia Télam, que recoge data del Instituto Nacional de Pesquisa Espacial, que 11.088 kilómetros cuadrados de bosques fueron talados en 2020, el mayor nivel en 12 años, un salto de 9,5% frente a 2019.
Un ministro polémico
La aparición de Bolsonaro en la cumbre climática se dará en medio de reclamos y presiones tanto nacionales como extranjeras para que el presidente cambie a su ministro de Medio Ambiente, el ultraliberal Ricardo Salles, quien además reclama un cheque en blanco de 10.000 millones de dólares anuales para eliminar los gases de efecto invernadero en 2050. De ellos, dedicaría mil millones a la desforestación ilegal.
Salles se hizo famoso por haber dicho en una reunión de gabinete que había que aprovechar la pandemia de coronavirus y la distracción mediática para ablandar la legislación ambiental y permitir el avance del agronegocio y la minería. La semana pasada fue denunciado por un comisario de la Policía Federal de Amazonas, ahora despedido, por colaborar con la deforestación.
En este contexto la puja desarrollo-ambiente es una constante en los estados amazónicos, donde viven casi 25 millones de personas y cuya mayor ciudad es Manaos, urbe que tiene la mayor tasa de fallecimientos por Covid-19 y un delicado equilibrio social. Y Brasil, que se había convertido desde la conferencia internacional Eco 1992 -durante la Presidencia de Collor de Mello- en un actor relevante frente al cambio climático e incluso prohibió la deforestación en la selva amazónica como una de sus metas, ahora ve caos frente a la agenda que promueve Biden.
En 2019, al llegar al poder, el gobierno repudió al Fondo Amazónico abastecido con dinero compensatorio de emisiones de carbono de Noruega y Alemania, porque no quería que entidades ambientalistas e indígenas participaran de la toma de decisiones sobre esos fondos. En febrero de 2020, Bolsonaro presentó un proyecto de ley para habilitar proyectos de exploración de minería en las reservas indígenas amazónicas.
La posición antiambientalista de Bolsonaro hizo que Brasil postergara sus metas que habían sido fijadas en el Acuerdo de París y todavía la comunidad internacional acusa al actual mandatario de haber negado la gravedad de los incendios de 2019. Este fue un momento de pico de tensión en el que Bolsonaro se enfrentó públicamente con su par francés, Emmanuel Macron, insultó a la primera dama francesa y puso en riesgo la posibilidad de sellar definitivamente un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur.
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