Cuestionamientos y polémicas: la Convención Constitucional chilena sufre una fuerte caída en su credibilidad
Varias encuestas dan cuenta de una disminución del apoyo al órgano que deberá redactar una nueva Carta Magna; cuáles son las razones del desplome.
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SANTIAGO, Chile.- Fueron semanas intensas para la Convención Constitucional, el órgano que nació para redactar una nueva Constitución en Chile. Su mesa directiva ya confirmó que el próximo 4 de septiembre se realizará el plebiscito con voto obligatorio, en el que se aprobará o rechazará la propuesta del texto que busca sepultar la Carta Magna surgida bajo la dictadura de Augusto Pinochet.
En medio del anuncio, la entidad experimenta una notoria disminución en su adhesión y recibe cuestionamientos tras sonoras polémicas y la discusión sobre algunos artículos. Esta semana, tres sondeos de distintas empresas encuestadoras confirmaron proyecciones poco favorables y dieron cuenta de un empate técnico y hasta de un triunfo por leve margen del rechazo a la nueva ley fundamental.
La encuesta Plaza Pública Cadem reveló que la opción del Rechazo experimentó una suba de diez puntos porcentuales y llegó al 46%, versus el Apruebo que registró una caída de seis puntos y alcanzó el 40%. La confianza en la Convención Constitucional también sufrió una brusca caída de siete puntos y llegó al 44%, mientras que la desconfianza en el organismo aumentó a 55%.
La encuestadora Feedback Research también dio cuenta de la tendencia y estableció el apoyo al Rechazo en un 44% por sobre un 41% del Apruebo. El sondeo Data Influye, en tanto, reveló un empate técnico respecto al plebiscito de salida por una nueva Constitución: un 39% de los encuestados dijo querer aprobar el escrito, mientras que un 38% se inclina por rechazarlo.
Esa dinámica significa un vuelco total en la disposición de la ciudadanía frente al órgano, sobre todo considerando que en el plebiscito de 2020, cuando se inició el proceso constitucional, la opción de aprobar una nueva carta fundamental se impuso casi con un 80% de los votos.
“Esa votación del 80-20 tiene demasiados matices. Dentro de ese porcentaje mayoritario habían muchos tipos de Apruebo. Desde un Apruebo bien moderado y que era de la derecha, que buscaba relegitimar otra Constitución pero que no fuera muy distinta a la que estaba; hasta un Apruebo casi anarquista y disolutorio del Estado, como fue el que propuso la convencional María Rivera. Entonces ese arco tan amplio te sirve para ganar un plebiscito, pero no para escribir una nueva Constitución”, dijo a LA NACION Axel Callín, sociólogo y analista político.
Alertado por esta situación a la baja de la Convención, el propio presidente Gabriel Boric expresó su inquietud cuando aún restan poco menos de tres meses para el 5 de julio, fecha en la que concluirá el trabajo del cuerpo colegiado y deberá entregar el texto definitivo que se votará en el plebiscito de salida.
“Por supuesto que me preocupa”, manifestó el mandatario, uno de los principales precursores de las iniciativa que nació para encauzar institucionalmente la crisis política que se generó a partir del estallido social de octubre de 2019. “Mi llamado es a buscar la mayor transversalidad y amplitud posible para construir una Constitución que sea un punto de encuentro. Eso implica que hay que darse espacio para reflexionar, para que los acuerdos sean más amplios de lo que han sido hasta ahora”, agregó el jefe de Estado durante su visita de Estado a la Argentina.
Desde la propia Convención, en todo caso, algunos de los 155 miembros de la asamblea y representantes de izquierda (que cuenta con mayoría en el órgano) han minimizado los sondeos y apuntaron sus dardos principalmente a los medios de comunicación, pese a las críticas por la imagen de desorden del órgano y la falta de coordinación política. “Hay una ofensiva sistemática de los grupos de derecha, de los grandes empresarios, que buscan de alguna manera situar un énfasis de la Convención que no es el énfasis que tiene”, señaló Marcos Barraza, constitucional del Partido Comunista.
En contraparte, Pedro Muñoz del también izquierdista Colectivo Socialista, reconoció intranquilidad por los resultados. “No hay peor ciego que el que no quiere ver, la Convención está atravesando un momento difícil”.
Razones del descrédito
Dentro de las principales causas que han originado la caída del apoyo ciudadano se apunta a un déficit comunicacional, la escasez de acuerdos más amplios, falta de liderazgo, y a las variadas polémicas que han protagonizado los convencionales, como el engaño del representante de la Lista del Pueblo, Rodrigo Rojas Vade, quien falseó su información médica y mintió sobre su diagnóstico de cáncer. Otras propuestas como la que buscó eliminar los tres poderes del Estado -y que fue rechazada- o la de la nacionalización de la empresas mineras, también generaron ruido, al igual que las normas relacionadas con el sistema político, como la de la plurinacionalidad y los territorios autónomos.
“La elección de los constituyentes permitió la llegada de más de 105 independientes, muchos de ellos representantes de territorios y con agendas bastantes singulares, específicas o de nicho, sobre todo en temas ambientales, pueblos originarios, minorías sexuales. Temas que tienen que ver más con grupos pequeños que grandes”, señaló Axel Callís, director en TuInfluyes.Com.
“Es una campaña que ha ido tomando aprendizajes de lo que fue el Brexit o lo que fue el suceso de Colombia y ha logrado establecer una estrategia interesante: generar una colección de aspectos negativos, algunos de los cuales son verdaderos, falso, o exacerbaciones y van construyendo una negatividad en torno a varios aspectos de la Convención. El Apruebo no aparece porque aquellos aspectos como los derechos sociales aún no están inscritos y la misma mesa ha confesado en que hubo un error dejarlos para el final”, añadió Callís.
Precisamente, durante estos días dichos temas relacionados con vivienda, salud y jubilaciones son los que se están discutiendo en la Comisión de Derechos Fundamentales y que pronto se votarán en el pleno, y cuyo debate podría mejorar la imagen de la Convención.
“El aumento del rechazo está directamente relacionado con el manejo comunicacional de la Convención y, difícilmente, el texto constituyente por sí mismo podrá revertir esta alza. Esto trae dos consecuencias. Por un lado, un costo político para el gobierno de Boric, toda vez que ha apoyado el proceso constituyente desde su origen -incluso antes de ser presidente-. Y, por otro lado, la legitimidad que le entreguen los ciudadanos al texto, incluso si es aprobado por estrecho margen. Con la conformación futura de las instituciones políticas chilenas, es probable que después sufra modificaciones”, señaló Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca.
Con todo, el órgano continúa trabajando contra el tiempo y las comisiones temáticas continúan presentando sus propuestas para que el Pleno de la Convención las someta a votación y luego las incorpore al texto final. “La campaña aún no arranca porque para ello tiene que estar escrita la nueva Constitución. Nadie en Chile tiene experiencia en esto, pero si sabemos que en general la gente no va a leer una nueva Constitución, sino que va a votar por una idea que se haga de ella”, cerró en analista Axel Callís.
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