Las cinco claves que dejó la primera reunión entre Biden y Putin
Los líderes de Estados Unidos y Rusia dieron inicio a una nueva fase de la relación
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WASHINGTON.- La cumbre entre Joe Biden y Vladimir Putin generó una enorme expectativa durante varias semanas de anticipación, capturó la atención global, y dejó las típicas imágenes calibradas –Biden y Putin sentados lado a lado, con las banderas de cada país y un globo terráqueo a sus espaldas– y frases que se desgranan hasta el más mínimo detalle de análisis cada vez que dos líderes de las dos potencias archirrivales se reúnen. Pero, con toda su pompa a cuestas, el encuentro en Ginebra dejó un desenlace menos grandilocuente: el retorno de la relación bilateral más seguida del planeta a los carriles por los que ha transitado desde el final de la Guerra Fría, con diálogo, tensión, diferencias marcadas, algunos objetivos comunes, y un espíritu compartido de evitar grandes escaladas.
1. Previsibilidad estratégica
Biden y Putin enmarcaron la nueva etapa de la relación en una oración en el comunicado posterior a la cumbre: ambos países, dijeron, han demostrado, incluso en períodos de tensión, que pueden trabajar con el objetivo común de asegurar una “previsibilidad estratégica”, reduciendo el riesgo de conflictos armados y la amenaza de una guerra nuclear.
2. Distancia de Trump, pero también de Obama
Biden marcó, como ya se sabía, un giro respecto de su caótico antecesor, Donald Trump, pero también de su antiguo jefe, Barack Obama. Biden ha dejado en claro que los años de Trump, durante los cuales el vínculo quedó enturbiado por el aún difícil de entender bromance del magnate y Putin, fueron una anomalía. Pero la Casa Blanca tampoco tiene intenciones de buscar un nuevo “reseteo” en la relación con Moscú, como ensayó Hillary Clinton al inicio del gobierno de Obama. No hay confianza.
“Esto no se trata de confianza”, dijo Biden cuando le preguntaron si podía confiar en Putin, en su conferencia de prensa posterior a la cumbre, que brindó en soledad, al igual que Putin, quien compareció primero. “Esto se trata de interés propio, y verificación”, remarcó
3. Objetivos modestos
Los objetivos de Biden son mucho más modestos. El gobierno norteamericano apenas aspira a evitar más problemas con Rusia, y a tener una relación predecible, estable, con algunas áreas de cooperación y sin agresiones –ciberataques, interferencias en las elecciones–, o al menos con menos hostilidades que en los últimos años. Rusia tampoco es lo que era. Para Washington, el principal desafío geopolítico global ahora es Pekín, no Moscú.
“Es el regreso de las relaciones ‘normales’ entre Estados Unidos y Rusia: diferencias marcadas, intereses compartidos y diálogo sobre ellos. Biden expondrá nuestras quejas. Putin lo negará todo, pero al menos sabrá que lo sabemos. Es un progreso”, resumió en Twitter John McLaughlin, que fue subdirector de la CIA durante el gobierno de George W. Bush.
4. Un mensaje claro de Biden
Ya antes de la reunión, tanto Biden como su asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, habían repetido un mantra acuñado por la Casa Blanca para hablar de la relación con Rusia: que Estados Unidos buscará áreas en las que ambos países puedan trabajar juntos, pero a la vez querían enviar un “mensaje claro” de que Estados Unidos no tolerará agresiones. Con todo, Biden, que carga con décadas de experiencia en relaciones internacionales y conoce bien a Putin, se preocupó por remarcar que sus expectativas eran muy frugales, y que no había garantía alguna de avances con Putin o Rusia.
5. Espíritu constructivo
Putin tampoco está particularmente interesado en un quiebre. Su apuesta siempre ha sido mantener un statu quo tenso que le permita preservar los intereses vitales de Moscú, sin escaladas dramáticas, pero tampoco sin grandes avances.
“No hubo hostilidad”, resumió Putin. “Al contrario, nuestra reunión tuvo un espíritu constructivo”, remarcó.
El líder del Kremlin también dedicó frases elogiosas a Biden: dijo que era un “un hombre muy profesional y equilibrado”, “muy experimentado”, y que hablaron el mismo lenguaje y sus conversaciones fueron pragmáticas, pero que ciertamente eso no implicaba que se habían jurado “eterna amistad”.
La respuesta más reveladora de Putin durante toda su conferencia de prensa fue cuando le preguntaron si había llegado a un nuevo nivel de confianza con Biden, y si se podía hablar de una nueva etapa en el vínculo bilateral. Putin dejó en claro que tampoco confía en Biden, y resumió la relación con una respuesta filosófica: “No hay felicidad en la vida, sólo un espejismo en el horizonte, así que aprecien eso”.
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