“Cuando la gente sufre, es duro entender que el Papa mantenga relaciones con el lado ruso”, dijo el embajador ucraniano en la Santa Sede
En una entrevista con LA NACION en Roma, Andrii Yurash aseguró que las tropas del Kremlin preparan una ofensiva amplia, pero que Ucrania se propone recuperar incluso Crimea
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ROMA.- Hay un enorme oso de peluche en el salón principal de la legación de Ucrania ante la Santa Sede, que se levanta a metros del Vaticano. “Es un oso de peluche recuperado del condominio de Dnipro bombardeado por los rusos salvajemente a mediados de enero, en un ataque en el que murieron más de 44 civiles... Está roto, pero no lo vamos a arreglar, la idea es regalárselo así como está al Santo Padre, como testimonio de guerra”, dice Andrii Yurash, embajador de Ucrania ante la Santa Sede, en una entrevista con LA NACION.
De 54 años, profesor universitario de materias vinculadas a religión, historia y sociología, Yurash, que es cristiano ortodoxo, trabajó en la cancillería de su país al frente del departamento de Asuntos Religiosos. Yurash fue designado embajador ante la Santa Sede en diciembre de 2021, poco antes de que comenzara la invasión de su país por parte de Rusia, una guerra que para él se remonta al siglo XVII y que espera que este año entre en una fase decisiva.
-¿Cómo cree que puede evolucionar la guerra? Hay quien dice que, para el primer aniversario, el 24 de febrero, Putin hará algo y se espera una escalada...
-Creo que Putin intentará intensificar la guerra para tener alguna satisfacción en su ofensiva rápidamente. No estoy seguro, no sé cuándo ocurrirá, si justo ahora o un poco más tarde porque ellos están tratando de movilizar la mayor cantidad de gente posible, incluso medio millón de personas. Lamentablemente los recursos humanos rusos son mucho mayores que los ucranianos. Pero como Ucrania ahora está recibiendo muchísima ayuda de parte de diversos países, con armas verdaderamente modernas, equipamiento militar verdaderamente moderno, yo realmente espero que Ucrania no sólo pueda defenderse, sino que pueda liberar los territorios que están temporalmente ocupados por los rusos y que pueda expresarles a los rusos que cualquier nuevo intento de ataque a los ucranianos será un fracaso total. Espero eso. Y yo realmente creo y espero creer que este año será el último año de una guerra intensiva, porque es muy extenuante para Ucrania, seguramente para la gente de Ucrania y para el resto del mundo. Y esto podrá ocurrir cuando Ucrania pueda recuperar los territorios que están ahora ocupados por los rusos.
-¿Usted también habla de la península de Crimea?
-Por supuesto. Crimea es territorio de Ucrania y Ucrania ya pudo atacar algunos sitios de Crimea y muy pronto podrá provocar aún más daños en Crimea y entonces les quedará muy claro a los rusos que es imposible para ellos quedarse con territorio que han robado en 2014, hace 9 años. Y eso va a ser una señal fuerte.
-Entonces usted parece optimista porque hay analistas que dicen que esta guerra podría durar muchos años...
-Mire, cuando pensamos en esta guerra, no podemos hacerlo con la medida del año pasado o incluso de décadas, sino que tenemos que hablar en términos de al menos tres o cuatro siglos. ¿Por qué? Porque esta guerra es el reflejo de las relaciones que hay entre Ucrania y Rusia desde al menos el siglo XVII... Y esto tiene que ver con la opinión que usted mencionaba de algunos expertos que predicen un largo período de guerra... De hecho, las primeras partes de Ucrania, no todas, que estaban incluidas en Rusia, a mediados del siglo XVII comenzaron una guerra con Rusia. Entonces, nuestra guerra con Rusia está ocurriendo desde hace más de cuatro siglos y medio. Los rusos siempre intentaron conquistar completamente nuestro territorio y los ucranianos siempre intentaron defenderse. Los rusos siempre dijeron ‘ustedes no existen, ustedes no son visibles, ustedes no tienen ningún derecho a ser independientes’. Y los ucranianos siempre dijeron: ‘no, nosotros somos diferentes, nosotros tenemos nuestra identidad, nosotros no les debemos nada y nosotros queremos construir nuestro propio Estado’.
-Es una guerra que viene de muy lejos...
-Totalmente, esta guerra no comenzó en 2014 (cuando Rusia anexó ilegalmente Crimea), sino que es una guerra que comenzó en el siglo XVII. Lamentablemente nuestras relaciones en perspectiva estratégica no pueden ser muy brillantes, pero pienso que soy optimista cuando pienso que se puede terminar esta fase terrible de la relación, esta fase de la guerra, incluyendo la liberación de los territorios ocupados. Pero para el futuro no podremos estar en una posición segura si siempre vamos a vernos obligados a pensar en posibles consecuencias de las posesiones y políticas de países vecinos, como Rusia.
-¿Se puede prever para Ucrania un futuro parecido al de Israel, un Estado militarizado que debe defenderse porque se siente amenazado por sus vecinos?
-Lamentablemente, probablemente, sí, porque la situación solo cambiará en un caso: solo si Rusia se convierte en un estado normal democrático y liberal. Pero lamentablemente no vemos señales que indiquen que la sociedad rusa pueda convertirse y pueda elegir a esos líderes, a ese presidente, que pueda implementar todas estas realidades.
- ¿Cómo describiría la posición del Vaticano en esta guerra?
-El Vaticano está del lado de Ucrania, pero al mismo tiempo está intentando mantener los canales y puentes abiertos con el lado ruso. Es muy difícil no encontrar un discurso del Papa en el que no mencione a Ucrania, no exprese su cercanía o no utilice este conmovedor término de ' martirizada’ Ucrania. Es muy obvio. Pero, por otro lado, en Ucrania no todos pueden aceptar que el Papa siga manteniendo relaciones con el lado ruso. Porque cuando la gente sufre, cuando llora, cuando la gente todos los días pierde parientes, amigos, vecinos, masacrados por los rusos, es duro entender que alguien que comprende muy bien la situación y los motivos, que está bien informado, aún puede seguir teniendo relaciones con este otro lado, que representa la presencia del mal.
-El papa Francisco, al volver el domingo pasado de África, dijo que está dispuesto a reunirse con los dos presidentes, Zelensky y Putin.
-Lo que dijo no es algo nuevo. El Santo Padre dijo varias veces que tiene la voluntad de comunicarse con los dos líderes. Pero ¿cuál es la diferencia? Ucrania siempre expresó su deseo de que la Santa Sede tenga un rol muy especial, incluso de mediación, en este proceso. Pero el líder ruso, Putin, siempre estuvo en contra. La única vez que Zelensky viajó a Roma y se reunió con el papa Francisco, en febrero de 2020, él lo invitó a Ucrania. Más tarde el primer ministro en 2021 reiteró oficialmente esa invitación presidencial. Así que el Papa siempre ha sido invitado y es una persona que realmente es deseada en nuestro país y que sería inmensamente apreciada en Ucrania. Al mismo tiempo, Rusia expresa algo totalmente distinto. Ellos solo quieren usar su relación con la Santa Sede con objetivos pragmáticos y de propaganda rusa, para legitimar al Estado ruso. No veo ninguna señal de que Rusia pueda cambiar su postura e invitar al Santo Padre a Rusia.
-El Papa también dijo que si no había ido hasta ahora a Kiev era porque había sido imposible ir a Moscú…
-Sí, fue imposible ir a Moscú y el Papa en una entrevista del 3 de mayo contó que muchas veces le pidió al cardenal Pietro Parolin que organizara al menos un llamado telefónico con Putin y recibió respuestas negativas. Putin sigue hablando por teléfono con Macron y algunos otros líderes. Pero él rechaza cualquier intento de parte de la Santa Sede, del Vaticano.
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