Cuando el atacante es apresado, Estado Islámico se queda mudo
NUEVA YORK.- En las horas que precedieron a los atentados coordinados de París hace dos años, una célula de diez militantes de Estado Islámico (EI) llegó en auto a la ciudad, donde compartieron habitaciones de hotel y se calzaron los cinturones suicidas.
Semanas después, EI difundió un video donde los ensalzaba como "leones", compartió clips en los que podía verse a cada uno de los combatientes jurando lealtad al grupo terrorista. La excepción fue Salah Abdeslam, el único que no murió en los atentados y que estuvo prófugo un mes, hasta que fue capturado en Bélgica. Según los analistas, hasta el momento Abdeslam brindó poca información a los investigadores, que lo presionan para que revele detalles sobre la planificación del peor atentado en la historia de Francia.
Su ausencia en los numerosos videos distribuidos por la agrupación fue un indicio temprano de lo que posteriormente se convirtió en una tendencia. Esa tendencia podría explicar por qué, al menos hasta el momento, EI no se ha adjudicado la carrera mortal protagonizada el martes en Manhattan por un conductor, que tras arrestado dijo ser discípulo de la agrupación terrorista.
Salvo contadas excepciones, EI nunca se adjudica los atentados cuando el recluta sobreviviente cae en manos de las autoridades.
"Es como si esa persona ni existiera", dice Jean-Charles Brisard, director del Centro para el Análisis del Terrorismo de París, en referencia a la ausencia del décimo atacante de París en el material de propaganda difundido por el grupo. Y EI ha seguido esa línea en otros atentados sin importar si el atacante en cuestión era un combatiente enviado directamente o si se había convertido a distancia a través de los tutoriales del grupo en Internet. Por eso, aunque pasaron dos días desde la detención del conductor homicida de Manhattan, no sorprende que el brazo mediático de EI esté en silencio.
Ese silencio se vuelve aún más conspicuo si se piensa que en los últimos meses el grupo perdió la mayor parte del territorio que ocupaba en Siria e Irak. Se supone que adjudicarse la responsabilidad por el atentado de Manhattan, el peor que sufre la ciudad desde el 11 de Septiembre, proyectaría una imagen de fortaleza que el grupo necesita con desesperación.
Es posible que el grupo simplemente se esté tomando su tiempo, pero entre los argumentos que podrían explicar esa reticencia de EI hay uno de corte pragmático. "El punto esencial es la lealtad. Nadie se sentiría motivado a ejecutar un atentado si pensara que cuando los atrapen, alguien los dejará expuestos", dice Raphael Gluck, un investigador independiente. "Eso iría en contra de toda su campaña de reclutamiento online y desalentaría un próximo ataque."
Amarnath Amarasingam, investigador del Instituto para el Diálogo Estratégico, que como parte de su trabajo ha entrevistado vía internet a seguidores de EI, dice que los miembros del grupo le explicaron que no adjudicarse los atentados es una forma de proteger a los combatientes. "Es un modo de transmitirles a sus seguidores que si son capturados, el grupo no los delatará", explica.
Para otros, la razón es de tipo teológico: EI alienta a sus reclutas a morir enfrentándose a la policía en una "operativo martirio". Según Brisard, cuando el combatiente sobrevive, la misión queda incompleta. Esa teoría cobró peso tras varios de los atentados más recientes, incluidos el del Puente de Londres y el de Barcelona, donde los atacantes tenían puestos falsos cinturones suicidas. Los tutoriales online de EI enseñan a fabricar esos chalecos explosivos falsos, que deben usarse para incitar a la policía a abrir fuego.
"De acuerdo con su lógica, con su ideología, se supone que deben morir en acción", dice Brisard.
Traducción de Jaime Arrambide
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