Cruceros y castillos, nuevos caprichos de los chinos más ricos
Los flamantes millonarios se interesan por experiencias únicas, muy caras, como viajes a lugares exóticos
PEKÍN.- El Atmosphere es un barco desmesurado, de 20 millones de dólares, construido para que sólo algunos elegidos -un máximo de 28 pasajeros- recorran partes salvajes de la Patagonia con el mismo lujo que ofrece el mejor hotel europeo.
El último viaje que realizaron, en 2012, llevó a un grupo completo de pasajeros chinos. Sólo los tripulantes y los empleados del servicio no lo eran. Esta escena podría repetirse en cada lugar del mundo que tenga una propuesta de lujo exclusivo para ofrecer, que sea lo suficientemente novedosa como para atraer al nuevo grupo de turistas ricos del mundo.
Los viajeros chinos gastaron un récord de 102.000 millones de dólares en turismo internacional en 2012, 40% más que en 2011, según la Organización Mundial de Turismo (OMT). Y se convirtió además en el primer país emisor de turistas del mundo con siete millones de turistas al año. De este caudal de turistas, el 13% pertenece al turismo de alta gama.
El turista de lujo chino busca experiencias nuevas, más allá de las visitas tradicionales de cada país, que contengan una dosis de exotismo, de diversión y de riesgo, fue una de las conclusiones de la conferencia " Meet the Experience Hunters " ("Conozca a los cazadores de experiencias"), una reunión que contó con un grupo de panelistas expertos en el tema y pensada para analizar las tendencias de este sector.
Estos viajeros suelen ser personas que estudiaron en el extranjero, hablan varios idiomas y viajan al exterior regularmente, en un rango de edad que va desde los 35 hasta los 65 años.
"Los jóvenes solteros son los que más experimentan con viajes diferentes. Y son las mujeres las que piden más originalidad y se animan a viajar solas. En cambio, la gente de más de cincuenta años sigue haciendo viajes más tradicionales", dice Simone Sturla, director de la compañía de viajes Italy Bao, especializada en viajes de alta gama en China.
Alquiler de castillos medievales, exploraciones a lugares salvajes, champagne en el desierto, cursos privados de danzas tradicionales o experiencias extremas con aroma de peligro son el menú exclusivo para estos paladares cansados de los viajes tradicionales.
El destino preferido de los millonarios chinos es Francia, seguida por Nueva York.
Sin embargo, nuevos destinos se están reafirmando como las islas Maldivas, Seychelles, o más exóticos y privados como Tahití.
Para 2015, 10 millones de chinos viajarán al extranjero, un hito originalmente proyectado para 2020.
Para poder atraer este enorme caudal de turistas, se debe ser creativo. "Los viajeros de alta gama chinos son cada vez más sofisticados", afirma Sturla.
El turismo masivo comenzó hace algo más de diez años. Tradicionalmente viajaban en grupos, a destinos prefijados y con agendas muy apretadas, que siempre incluían varias horas de compras en lugares exclusivos. "Ahora son menos populares los viajes colectivos y cada uno busca diferenciarse haciendo un viaje especial", dice Sturla.
Sin embargo, la industria de turismo de lujo en China es aún muy inmadura. "Todavía es un concepto nuevo. La industria empezó en los últimos años, y si bien hay muchas empresas que ofrecen viajes privados, todavía no hay una oferta más especializada", dice Wang Ting, directora del blog de viaje Huazi.
Sturla insiste en que es importante proponer "un plus" a los chinos, para satisfacer los deseos individuales: "Si se propone un viaje de compras en París, se puede agregar una visita a los talleres de los modistas de lujo. Si es a ver la Fórmula 1, llevarlos a las fábricas a conocer a los pilotos y hasta conducir uno de los autos originales".
En este tipo de viajes, cada detalle suma. "Un viaje como el de Fórmula 1 puede llegar a costar 70.000 dólares por 20 días", cuenta Sturla. El precio elevado, lejos de ser un impedimento para el producto, es una de las exigencias del cliente: ellos prefieren que el viaje sea lo más caro posible.
Un concepto que está entrando fuertemente entre los viajeros chinos es el glamping (glamour + camping), que mezcla un entorno agreste con el más alto refinamiento de servicio. "A los chinos les gustan los paisajes naturales y consideran a América latina como uno de los destinos más exóticos", cuenta Sturla.
En la región, la Patagonia argentina es una de las zonas preferidas de los chinos para el glamping , con sus grandes llanuras vacías y áridas.
Xu Ying fue una de las que cambiaron Europa por América latina. "Empecé a viajar a Europa cuando era niña, con mis padres. Los viajes tradicionales ya no me interesan, por eso busqué algo diferente", dice esta periodista pequinesa, hija de una familia acomodada. La monotonía la llevó el año pasado a buscar un viaje inusual. Encontró una oferta para cruzar la cordillera de los Andes a caballo. "Cuando vi las fotos de la excursión, me enamoré, y de paso podía conocer Buenos Aires y Santiago", explica.
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