Maduro controla la energía para combatir el apagón: raciona el uso y acorta la jornada laboral
CARACAS.- En Venezuela la energía eléctrica va y viene. Por horas, por días. Complica el normal funcionamiento de las ciudades, el abastecimiento de agua, la refrigeración de la comida, la salud de los habitantes. Desde el apagón del 7 marzo, que dejó prácticamente a todo el país a oscuras, el gobierno de Nicolás Maduro intenta desprenderse del problema y acusar a Estados Unidos de liderar un sabotaje al sistema para derrocarlo. Ayer, para hacer frente a la situación que no mejora, anunció un plan de 30 días para racionar la electricidad.
En cadena de radio y televisión, el bolivariano informó sobre la implementación del proyecto como parte de los intentos de "reponer y reconstruir" el sistema eléctrico nacional. "He aprobado un plan de 30 días para ir a un régimen de administración de carga, de equilibrio, entre todo el proceso de generación", los procesos de transmisión y de "consumo a lo largo y ancho del país", explicó Maduro pero no ofreció más detalles.
Sí aseguró que decidió reducir el horario laboral en el sector público y privado y pidió a sus colaboradores, alcaldes y gobernadores asegurar el traslado vehicular del pueblo mientras se estabiliza el suministro.
"El gobierno bolivariano ha decidido mantener suspendidas las actividades escolares y se establece una jornada laboral diaria hasta las dos de la tarde en instituciones públicas y privadas", informó más temprano el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aunque no dio plazos.
El plan de "administración de carga", como el chavismo suele llamar a los racionamientos de energía eléctrica que aplicó repetidamente en años recientes, estará vigente mientras se repara el "daño brutal" causado por Estados Unidos y sus adversarios locales.
El anuncio se produjo casi 12 horas después que los venezolanos se vieran afectados con una nueva falla en la capital y al menos dos decenas de estados como parte de una serie de apagones nacionales que se registran a diario en el país sudamericano. Ocurrió además al cierre de una serie de protestas espontáneas, varias de ellas reprimidas por los colectivos, como se conoce en Venezuela a los grupos de civiles armados afines al gobierno chavista, según denunciaron manifestantes.
Falta el agua
Millones de venezolanos se quedaron sin "una gota de agua" por la serie de apagones masivos desde inicios de marzo. "Tenemos niños pequeños y no tenemos con qué darles una gota de agua para tomar", reclamó María Rodríguez, en Caracas.
El mandatario socialista, que suele achacar los apagones a sabotajes, dio luz verde a los colectivos civiles que lo respaldan para contener las protestas que tilda de "guarimbas violentas" para derrocarlo.
"No tenemos agua, no tenemos luz, no tenemos Internet, no tenemos teléfonos, estamos incomunicados, hemos llegado a lo peor que hemos podido imaginar", se quejó Joaquín Rodríguez como parte de una escena que se repite en muchos barrios de Caracas: familias enteras haciendo colas y cargando varios bidones y baldes para recoger agua de manantiales, roturas de tuberías, cunetas, de los camiones cisterna proporcionados por el gobierno o de lo poco que fluye por el río Guiare.
"Esto se veía venir" producto de la corrupción, impericia y falta de mantenimiento al sistema eléctrico, señaló Miguel Ara, gerente de operaciones del sistema eléctrico venezolano hasta 2004.
En medio de la emergencia, la Cruz Roja anunció que distribuirá ayuda humanitaria de forma inminente en Venezuela. Según la ONU, casi un cuarto de los 30 millones de venezolanos necesita ayuda "urgente".
Agencias AP y AFP
Otras noticias de Crisis en Venezuela
- 1
Qué se sabe del avión que se estrelló en Gramado y la preocupante estadística de tragedias aéreas que alarma a Brasil
- 2
La quema intencional de un árbol de Navidad desata protestas callejeras en Siria
- 3
El canciller chileno confirmó que un helicóptero militar cruzó al espacio aéreo argentino y busca bajar la tensión
- 4
Horror en Nueva York: un hombre prendió fuego a una mujer en el subte y se sentó a ver cómo se quemaba