Crisis en Venezuela: Henrique Capriles reclama a EE.UU. que acabe con la presidencia de Juan Guaidó
CARACAS.- "El año que viene tiene que venir una reconstrucción de la oposición". Henrique Capriles ha abierto la caja de los truenos de la oposición transcurridos tres días del fraude electoral de Nicolás Maduro. "La oposición en Venezuela hoy no tiene un líder, no hay un liderazgo, nadie que sea un jefe", disparó el excandidato presidencial, quien durante meses negoció sin éxito con el "hijo de Chávez" para presentar una lista propia en los comicios parlamentarios.
Capriles no considera una opción la continuidad administrativa por la que apuesta la presidencia encargada a partir del 5 de enero, el día que termina el actual periodo de la Asamblea Nacional (AN). Y así se lo reclama a la nueva administración de Joe Biden: "Este plan se agotó y no puede dar continuidad al interinato", subrayó el exgobernador.
Como ya hiciera en septiembre, Capriles ha criticado con dureza la presidencia encargada. "No tengo nada personal contra Guaidó, pero esto se acabó, está acabado, fundido, cerrado, listo", añadió el dirigente opositor.
Capriles, quien se atribuye un intenso activismo social, acusó a sus rivales dentro de la oposición de estar más preocupados de hablar en el Parlamento español que en el barrio caraqueño de Petare, una de las mayores favelas de América Latina, en una entrevista concedida a la BBC.
Hoy, por estas calles en nuestra Cúa acompañando una iniciativa de alimentación con los más afectados por la crisis ¡nuestros niños! Siempre he trabajado por ellos.Seguimos recolectando alimentos para las comunidades. Los que puedan tener esta iniciativa los invito a hacerlo. pic.twitter.com/0diPqLj7G5&— Henrique Capriles R. (@hcapriles) December 8, 2020
En su debate en el seno de la oposición, Capriles cuenta con el respaldo de un grupo de diputados y de dirigentes regionales de su partido, Primero Justicia (PJ), el principal de la Unidad Democrática junto a la intervenida Acción Democrática. PJ es partido clave junto a Voluntad Popular (VP), la formación de Leopoldo López y Guaidó, dentro del gabinete de la presidencia encargada, pero también con el que mayores fricciones se producen.
En el seno de PJ conviven tres bloques: el de Capriles; el de su coordinador nacional, Julio Borges, quien funge como canciller de Guaidó; y el liderado por Juan Pablo Guanipa, vicepresidente de la AN que apuesta por mantener el actual statu quo.
Entre Capriles y Borges se mantiene cierta unidad de acción, pese a que sus principales dirigentes forman parte del gobierno desde el exilio. En ambos bloques se apuesta por una postura crítica contra Guaidó y, sobre todo, contra el exprisionero político Leopoldo López, quien hoy inicia en Colombia su primera gira internacional, que incluye la frontera entre ambos países.
Los próximos días son trascendentales para la oposición, no sólo por el resultado de la consulta popular planteada esta semana, sino también por cómo se sitúen los diputados tras las críticas de Capriles y las fuertes amenazas del chavismo, que quería llegar a la juramentación del 5-E sin enemigos a la vista. Según Capriles, el peor escenario posible para la oposición es mantenerse en la misma situación que en 2019 y 2020, "que algunos lo quieren mantener, Maduro con su Asamblea y nosotros hablando de prorrogar la actual".
Durante sus negociaciones con el "presidente pueblo", Capriles contó con el respaldo de Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea (UE), a quien se sumó el gobierno español. Bruselas se mantiene a la expectativa y, al margen de rechazar el fraude del domingo pasado, no ha adelantado cuál será la postura a partir del 5 de enero.
"El concepto de la unidad misma está en entredicho, un rompecabezas de organizaciones cooptadas por Maduro, sin posibilidades de articulación porque carecen de una estrategia política clara. Capriles está solo, porque su partido está secuestrado, y hay otros líderes más locales que posiblemente tengan otra visión del juego político", analiza la politóloga María Puerta Riera.
Capriles, a quien sólo las argucias del chavismo le apartaron de la victoria electoral de 2013, ha perdido parte de su tirón. Según la última encuesta de Datanálisis, es el único líder opositor por debajo de Maduro, con un 14% de aceptación. A la cabeza del pelotón antichavista se mantiene Juan Guaidó, con un 27% de los apoyos, por encima de la radical María Corina Machado (21%) y de López (16,2%).
Puerta, quien es profesora de política internacional y de gobierno americano en Florida, pone en solfa la estrategia de Maduro hacia Biden: "Los asesores del jefe bolivariano están convencidos de que el sucesor de Trump apostará por continuar la agenda de Obama, pero es muy probable que se encuentre con otra realidad. Los abusos y violaciones a los derechos humanos obligarán a Biden a tomarse la crisis venezolana muy en serio. Por otra parte, Maduro cree que con una oposición debilitada le será más fácil usar una negociación para deshacerse definitivamente de esa oposición y quedarse con la que satisface sus intereses".
El "conductor de victorias", como denomina a su jefe la propaganda chavista, aseguró en su intervención ante la prensa internacional que está decidido a reabrir negociaciones con la oposición, una vez más con Noruega como facilitador. Un nuevo ardid revolucionario: Maduro rompió las negociaciones en Oslo y Barbados con los mismos protagonistas para inventar la llamada Mesa del Diálogo Nacional con grupúsculos colaboracionistas.
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