Crisis política en Italia: Conte superó la moción de confianza en Diputados
ROMA.- Tal como se esperaba, al cabo de una jornada de gran tensión y un debate parlamentario al rojo vivo, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte superó hoy en Diputados una primera votación de confianza, con 321 votos a favor, 259 en contra y 27 abstenciones. Pero la verdadera prueba de fuego será mañana, en el Senado, donde los números son más problemáticos.
En vista de este desafío, en un discurso de 55 minutos ante la cámara baja Conte lanzó un dramático llamado a las fuerzas "a las que les importa el destino del país" a sostener su gobierno, para terminar de superar una crisis política que hundió a Italia en la incertidumbre total. "A todos los que les importa el destino de Italia, hoy les pido: ¡ayúdennos!", clamó el premier, con tonos dramáticos.
Interrumpido 14 veces por aplausos, pero también por abucheos, gritos de "¡andate a a tu casa!" y carteles que llamaban su renuncia levantados desde la bancada de la oposición, Conte nunca mencionó a Matteo Renzi, el culpable de la crisis política. En desacuerdo con su plan para gastar el millonario fondo que la Unión Europea (UE) le prometió a Italia para la post-pandemia, pero también por rivalidad personal, Renzi la semana pasada retiró del gobierno a dos ministras de su pequeño partido, Italia Viva, abriendo una fase de ingobernabilidad.
Conte nunca pronunció su nombre pero aludió a Renzi al acusarlo de haber desencadenado una crisis política incomprensible para la gente en plena pandemia y al denunciar su "grave gesto de irresponsabilidad". Conte también dejó asentada su ruptura con el senador florentino al hablar de necesidad de "cambiar de página". Y con un enérgico llamado a sumarse a su proyecto de gobierno reformista –que explicitó enumerando logros pasados y propósitos futuros - a todas las fuerzas europeístas, socialistas, liberales y "no soberanistas" presentes en el Parlamento. Se trató de un mensaje indirecto a senadores de fuerzas centristas y de derecha moderada, así como de Italia Viva, el partido que Renzi creó separándose del Partido Democrático (PD), de centroizquierda, después de haber hecho nacer el gobierno de coalición actual, formado por dos partidos antes enemigos: el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y el PD.
Cuando defendió lo realizado hasta ahora pese al "huracán" que significó la pandemia de coronavirus –que en Italia causó más de 82.000 muertos y estragos en la economía-, Conte hizo autocrítica. "No hablo con la arrogancia de quien cree no haber cometido errores", dijo, desatando aplausos. Y reivindicó el hecho de que fue gracias a la insistencia de Italia que la UE, en un giro histórico, meses atrás aprobó un fondo de recuperación post-pandemia extraordinario, del que la península recibirá la mayor suma, nada menos que 209.000 millones de euros.
Conte, un abogado que salió del anonimato en junio de 2018 al pasar a liderar un primer gobierno de coalición "contranatura" entre el M5E y la derechista Liga de Matteo Salvini –que colapsó en agosto de 2019-, durante su discurso también tuvo guiños importantes. Agradeció el apoyo de las fuerzas de oposición a la hora de aprobar medidas urgentes durante la pandemia y, pensando en el momento clave de mañana en el Senado, anunció que trabajará para reformar la actual ley electoral en clave proporcional. Un viejo reclamo de los partidos más pequeños, que temen desaparecer con el drástico achicamiento del Parlamento, recientemente aprobado en forma definitiva. Por último, anunció que ya no retendrá en sus manos la facultad de manejar los servicios secretos, uno de los reclamos que le hacía Renzi.
En el debate posterior Ettore Rosato, de Italia Viva –partido equivalente a menos del 3%-, habló de una "ruptura responsable" de su partido, al confirmar su abstención en las votaciones de confianza, una posición clave para que mañana Conte supere la prueba de fuego del Senado, donde se apuesta a que logrará conseguir una mayoría relativa. Una victoria pírrica que le permitiría, de todos modos, seguir adelante con su gobierno, que sin Italia Viva aparece a todas luces "rengo".
En la maratón parlamentaria la oposición de derecha -que según sondeos arrasaría si hubiera elecciones-, no sólo anticipó su voto en contra, sino que denunció que el gobierno de Conte había "fracasado" y que no estaba a a la altura de la situación. En un discurso inflamado, de tonos demagógicos y al borde de los insultos, Giorgia Meloni, líder del derechista Hermanos de Italia, fue más allá: acusó al premier de "una vergonzosa compra de senadores" para poder sobrevivir "aferrado al poder" y aseguró que cuando "el pueblo soberano" podrá ir a las urnas, llegará la venganza.
Mañana será el día D. Pero como nadie quiere elecciones en este momento, sobre todo Renzi, la apuesta es por la continuidad de Conte, que como probablemente no logrará una mayoría absoluta en el Senado, sino relativa, saldrá de todos modos delibitado. Y todo el mundo coincide en que en este momento crucial de su historia reciente, Italia necesita de un gobierno fuerte y estable, una quimera para los italianos.
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