Crisis política en Italia: Conte sube la apuesta y el país se encamina a elecciones anticipadas
Aunque se multiplican las presiones internacionales y nacionales para que el primer ministro, Mario Draghi, se quede en el poder, no se vislumbra ningún arreglo y el miércoles podría volver a dimitir luego de pasar por el Parlamento
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ROMA.- En un fin de semana de fuego, no solo por las altas temperaturas, sino por las frenéticas negociaciones de los partidos, Italia parecía encaminarse inexorablemente a elecciones anticipadas. La crisis política que se abrió el jueves con la renuncia del primer ministro Mario Draghi -que no fue aceptada por el presidente, Sergio Mattarella, al pedirle que se presentara el miércoles ante el Parlamento- seguía cada vez más intrincada.
El Movimiento Cinco Estrellas (M5E), principal fuerza del gobierno de unidad nacional de Draghi, que abrió el conflicto después de haber negado su voto de confianza a una ley (que de todos modos fue aprobada), en vez de intentar una reconciliación subió la apuesta.
“Nuestro ‘no’ no era a la confianza, sino una reacción a las humillaciones sufridas, fuimos nosotros los que sufrimos un chantaje”, denunció el expremier Giuseppe Conte, líder del M5E, una agrupación cada vez más lacerada y en caída libre, considerada la gran culpable de una crisis inexplicable.
Conte fue más allá. Culpó a Draghi –que resultó su sucesor después de la caída de su gobierno, en febrero de 2021-, de no haber escuchado sus reclamos y de haber tenido “una actitud incomprensible, de cerrazón”. Y advirtió que el M5E estaba listo a salir de la mayoría de gobierno si no le llegaban respuestas “concretas” a un documento de 9 puntos que le presentó hace unas semanas. “Sin respuestas claras, es evidente que el M5E no podrá compartir una responsabilidad directa de gobierno”, indicó, en lo que fue interpretado como un enésimo ultimátum que recalentó aún más un ambiente ya al rojo vivo.
En este marco, aunque seguía muy fuerte la presión internacional –desde las capitales europeas, Washington y Bruselas- y nacional, para convencer a Draghi de quedarse en Palazzo Chigi, reinaba gran pesimismo en cuanto a un cambio de idea. De hecho, desde su entorno trascendía que, de no haber un “miracolo” en los pocos días que quedan hasta el miércoles, por el que deberían volver a darse las condiciones para un gobierno de unidad nacional, será irrevocable la renuncia.
Tanto es así que se espera que el miércoles, tildado por el Corriere della Sera “el día del Armageddon”, es probable que después de explicar el porqué de su paso al costado en el Parlamento, Draghi vuelva a presentar su dimisión. Entonces Mattarella –árbitro máximo de la crisis, que en verdad espera que todos recapaciten-, se vería obligado a disolver las dos cámaras del Parlamento y a convocar a elecciones anticipadas. Los comicios podrían darse a fines de septiembre o inicios de octubre y el propio Draghi podría quedar a cargo de los asuntos corrientes hasta el día del voto.
Los sondeos indican que, de haber elecciones anticipadas, la que cosecharía más votos (20%) es Giorgia Meloni, la “Le Pen” italiana, líder de Fratelli de Italia. Este partido de derecha post-fascista es el único de oposición: nunca quiso formar parte del gobierno de unidad nacional de Draghi. Como se encuentra en la cresta de la ola justamente por eso, los otros dos partidos de derecha que sí integran la mayoría de gobierno –Forza Italia de Silvio Berlusconi y la Liga de Matteo Salvini-, que conformarían con ella una coalición, en verdad prefieren no ir a las urnas ahora.
En un clima de cuenta regresiva cada vez más eléctrico, se multiplicaban los llamados a “Súper Mario” -personalidad de gran prestigio nacional e internacional y un “lujo” para todo el mundo-, a quedarse en el poder, al frente de un denominado “Draghi bis”, es decir, de otra mayoría de gobierno.
Un grupo “bipartisano” de once alcaldes de ciudades importantes de la península –entre ellas Roma, Milán, Venecia, Génova, Florencia y Turín-, en una carta abierta le pidieron al expresidente del Banco Central Europeo seguir adelante con su acción de gobierno “por el bien de Italia”.
“Al mismo tiempo, pedimos que las fuerzas políticas actúen por el interés del país, pensando en el bien común y en los problemas actuales”, reclamaron los alcaldes, que destacaron la urgencia de “estabilidad”.
Llamados parecidos, de tonos igualmente dramáticos, hicieron asociaciones médicas y titulares de farmacias, que recordaron la pandemia en curso y “la necesidad de hacer proseguir la plena operatividad del gobierno Draghi, cuya autoridad es reconocida en el país y en consenso internacional”.
Hablando de situación internacional el canciller, Luigi Di Maio, exlíder del M5E desde hace un mes al frente de un nuevo partido centrista que se llevó a varios diputados “grillini” disconformes, destacó que la caída de Draghi, firme europeísta y aliado de la OTAN, sería un regalo para el presidente ruso, Vladimir Putin. “Los rusos están festejando por haber hecho caer otro gobierno occidental, la actual crisis política pone en duda el envío de armas a Ucrania”, recordó, al advertir que se trata “sólo uno de los varios problemas serios que ha creado”.
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