Crisis en el Partido Popular: Pablo Casado tira la toalla, pero todavía busca una salida digna
El presidente de la agrupación conservadora dio en el Congreso un discurso de despedida; aún no renunció en forma oficial
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BARCELONA.- El presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado, no pudo resistir ni una semana la pulseada que le planteó la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apoyada por varios líderes regionales de la formación conservadora. Casado escenificó su retirada con un discurso de despedida en la sesión de control al gobierno de cada miércoles en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, todavía no dimitió de manera oficial, pues esta es una carta que quería utilizar para negociar una salida digna en una reunión con todos los “barones” regionales del PP con la excepción de Díaz Ayuso.
Según publicaron diversos medios, Casado pretende pactar con los líderes regionales permanecer en el cargo de presidente del PP hasta la celebración del congreso extraordinario que elegirá su sustituto, dejando claro que no presentará candidatura. No obstante, antes del cónclave, no parecía haber un consenso entre los “barones” respecto a su oferta. Mientras algunos exigen su dimisión inmediata y sugieren que una gestora pilote la celebración del Congreso, otros discrepan de esta fórmula y prefieren que Casado siga de forma interina en el cargo. A la hora de cerrar esta edición, la reunión todavía no había terminado.
Por la mañana, antes de tomar la palabra en el hemiciclo, Casado se había quedado prácticamente solo. Incluso diversos dirigentes que le eran afines cambiaron de bando, o no salieron públicamente en su defensa. Por ello, era ya evidente que su estrategia de intentar recabar una mayoría en la Junta Directiva Nacional de la próxima semana, era una quimera. Ni tan siquiera la dimisión el martes de su mano derecha, Teodoro García Egea, a quien se atribuye haber urdido el plan contra Díaz Ayuso, aplacó a sus detractores.
En lugar de fustigar al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez, Casado defendió su gestión al frente del principal partido de la oposición y apeló a los valores de la “concordia” y la “reconciliación”. “Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros. Todo para servir a España y a la causa de la libertad”, dijo leyendo su discurso. Al terminar, sus correligionarios, los mismos que lo dejaron caer horas antes, le dedicaron un sobrio aplauso.
Sánchez respondió de forma magnánima, sin hacer leña del árbol caído. Le deseó “lo mejor en lo personal” de cara al futuro, si bien le recriminó su habitual tono crispado y el hecho de que pusiera en duda la legitimidad del gobierno. Sánchez aprovechó para desmentir algunos rumores de una posible convocatoria anticipada de elecciones aprovechando la debilidad de su principal adversario. Tan pronto como el presidente terminó su discurso, Casado se levantó y salió del hemiciclo acompañado de, prácticamente, los tres únicos diputados que le han sido fieles hasta el final. Se hizo entonces un espeso silencio, que contrastaba con la algarabía habitual.
Un ascenso inesperado
Casado ascendió de forma inesperada a la cima del PP en 2018 con tan solo 37 años. Su victoria en las primarias fue fruto de la voluntad de las dos grandes favoritas, Soraya Sáenz de Santamaría y Marías Dolores de Cospedal, de evitar que se impusiera su acérrima enemiga. Para fortalecerse, Casado trató de ir colocando sus peones en las estructuras territoriales, lo que generó tensiones con los barones regionales y acabaría propiciando su caída. Además, sus detractores en el partido le achacaban un liderazgo errático. Recientemente, el expresidente José María Aznar, llegó a insinuar que no tenía proyecto.
Ahora mismo, el gran favorito en todas las apuestas para liderar el partido es el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Díaz Ayuso se ha descartado públicamente para esta tarea, y además, la Fiscalía ya ha abierto diligencias sobre el presunto contrato fraudulento para la compra de barbijos en el que participó su hermano. El hecho de que la dirección de Casado quisiera utilizar este asunto contra la presidenta de Madrid fue el detonante la semana pasada de la guerra fratricida en el seno del PP entre Díaz Ayuso y Casado.
Núñez Feijoo, que gobierna con amplias mayorías en Galicia desde 2009, representa el ala más moderada del partido. Quizás por esta razón, y ante los vientos de radicalismo que soplaban en 2018, renunció a presentarse a las primarias del PP. Ahora, no es precisamente más templado el ambiente de la política española. Por esta razón, algunos observadores consideran que, incluso si Núñez Feijoo se convierte en el presidente del partido, no está claro que sea el candidato que se enfrente a Sánchez en las elecciones generales previstas para finales de 2023.
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