Crisis en el Partido Popular: ¿Pablo Casado tiene las horas contadas?
Convocó una reunión de la Junta Directiva Nacional para el próximo lunes, mientras intenta ganar tiempo en la pulseada que lo enfrenta ya no solo a Isabel Díaz Ayuso, sino a otros “barones” regionales del partido conservador español
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BARCELONA.- Pablo Casado está dispuesto a luchar hasta el último aliento por mantener su liderazgo al frente del Partido Popular (PP), principal opositor al gobierno del socialista Pedro Sánchez en España. Tras una reunión el lunes con su círculo de máxima confianza que se alargó durante 13 horas, Casado convocó una reunión de la Junta Directiva Nacional para el próximo lunes 28 de febrero. El líder conservador optaba así por ganar tiempo en la pulseada que lo enfrenta ya no solo a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, sino a otros “barones” regionales del partido conservador.
Tras la demostración de fuerza de Díaz Ayuso convocando a varios miles de personas frente a la sede de la calle Génova en Madrid el domingo, el bando hostil a Casado ha visto cómo varios dirigentes del partido pasaban a engrosar sus filas, o al menos, se distanciaban del líder del partido. Entre ellos, la figura con mayor autoridad dentro del PP, Núñez Feijoo, presidente de Galicia desde 2009, al que muchos observadores señalan como el más probable sustituto de Casado si acaba siendo desalojado del poder.
En declaraciones públicas, Feijoo instó a Casado a “tomar decisiones” que pongan fin a la situación de “colapso” que vive el partido. Aunque no concretó el alcance de esas decisiones, el líder gallego admitió que “no serán fáciles” y que se deben tomar “de manera urgente”. Según informa El País, Feijoo habría ya urgido Casado a dimitir en una conversación entre ambos el pasado domingo. “Tienes que renunciar ya”, le habría espetado. Otros líderes regionales también le habrían transmitido el mismo mensaje.
Por su parte, Díaz Ayuso aumentó su presión al líder del PP al declarar que no podía “salir gratis” el perjuicio” que le han causado las acusaciones de corrupción vertidas por la dirección de Casado. “La situación es insostenible. Cada día que pasa, vamos a peor ... nos desangramos”, advirtió de manera dramática la presidenta madrileña.
Mañana miércoles, Casado ha convocado una reunión con los líderes regionales del PP con la excepción de Díaz Ayuso, a la que ha excluido del cónclave. Una posible salida de la crisis podría pasar por la defenestración de Teodoro García Egea, secretario general del PP, y a quien se atribuye haber urdido la estrategia contra Díaz Ayuso. Sin embargo, los detractores del líder del PP lo consideran una medida insuficiente y quieren la cabeza de Casado. El grupo parlamentario popular en el Congreso de los Diputados ha exigido la dimisión de Egea y la celebración de un Congreso extraordinario para que decidan los militantes.
La guerra fratricida en el seno del PP estalló el pasado jueves, cuando se filtró a la prensa que la dirección del partido habría contactado a una compañía de detectives para que espirara el entorno de Díaz Ayuso ante un presunto caso de corrupción. En concreto, se sospecha que su hermano habría cobrado una comisión ilegal de hasta 280.000 euros por la adjudicación de un contrato por la compra de barbijos al inicio de la pandemia. La presidenta madrileña, que mantenía un conflicto soterrado con Casado desde hace meses, niega la veracidad de estas alegaciones, y sostiene que su hermano no cometió ilegalidad alguna.
Cónclave
De momento, el futuro del Partido Popular parece que se decidirá la semana próxima en un cónclave de la Junta Directiva Nacional, máximo órgano del partido entre congresos, del que forman parte unos 550 miembros, incluida la dirección y cargos públicos como diputados, senadores y alcaldes. Casado afronta el inicio de la batalla por recabar apoyos internos en la Junta extremadamente debilitado, pues incluso algunos de sus más afines colaboradores han evitado salir en su defensa. Entre ellos, el alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, que el martes anunció su dimisión como portavoz nacional del partido.
Por su parte, la prensa capitalina conservadora, que se ha posicionado en contra de Casado, ya especula sobre quién será el nuevo líder del PP. Díaz Ayuso se descartó ayer para tal cometido. “Mi compromiso está y estará en Madrid ... Nunca he pretendido sustituirle [a Casado], ni quiero estar en su lugar”, aseveró.
Su posición allana el camino a Feijoo, máximo representante del ala moderada del partido. De hecho, muchos observadores consideran que Feijoo y Díaz Ayuso han pactado practicar “pinza” contra Casado. Ahora bien, si Casado persiste en resistir, el partido podría implosionar en el peor momento, cuando el crecimiento de la ultraderecha de Vox amenaza su hegemonía del bloque conservador en España.
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