Crecen las dudas sobre la capacidad militar de Rusia tras una fallida batalla
El desastroso asalto ruso a Vugledar, considerado el primer movimiento de ofensiva que se espera en los próximos meses, profundiza las dudas sobre la capacidad de Moscú para sostener un asalto terrestre a gran escala
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KIEV.- Mientras Moscú redobla su ofensiva en el este de Ucrania, las semanas de ataques fallidos contra un bastión ucraniano han diezmado dos brigadas de tropas rusas, lo que profundizó las dudas sobre las tácticas militares de Rusia y su capacidad para sostener ataques terrestres a gran escala.
La batalla por la ciudad de Vugledar, vista como la movida inicial de la ofensiva de Rusia que se espera para los próximos meses, se libra desde la última semana de enero, pero recién ahora se está conociendo la magnitud de las pérdidas rusas en esa línea de frente.
Según el relato de funcionarios de Ucrania y Occidente, de soldados ucranianos, de soldados rusos capturados y de los blogueros militares rusos, y tal como también se desprende de las imágenes satelitales y de video, la campaña rusa está flaqueando y sigue siendo víctimas de su disfuncionalidad en el campo de batalla.
En las últimas semanas, Moscú ha apurado el envío de miles de soldados de refuerzo, muchos de ellos reclutas nuevos e inexpertos, en un intento de las fuerzas de Vladimir Putin por demostrar avances antes del primer aniversario de la invasión, el 24 de febrero. Pero las dudas sobre la capacidad ofensiva de Rusia son cada vez más fuertes, sobre todo porque los funcionarios occidentales estiman que Rusia ya tiene a la mayor parte de su ejército combatiendo en Ucrania.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, le dijo el viernes a la cadena BBC que “el 97% del ejército ruso está en Ucrania”, aunque no se explayó ni mostró evidencia de sus dichos. Desde el Pentágono, por su parte, estiman que el alrededor del 80% de las fuerzas terrestres de Rusia ya están destinadas a la aventura bélica de Putin.
A Ucrania, de todos modos, la batalla por Vugledar también le está costando cara, tanto en términos de bajas como por la ingente cantidad de municiones que está gastando para repeler el incesante aluvión de soldados de infantería rusos. Esta semana, los aliados de Ucrania manifestaron preocupación por su propia capacidad de abastecer esa demanda de armas, dejando abierta la posibilidad de que los comandantes ucranianos deban empezar a acotar sus descargas de artillería a los blancos más importantes.
Vugledar, situada en la intersección del frente oriental de la región del Donetsk y el frente sur, en la región de Zaporiyia, está en la mira del Kremlin desde hace tiempo. La ciudad es usada por los ucranianos como base para atacar una importante línea ferroviaria de suministros para las tropas rusas.
Pero tal como ocurrió en las anteriores ofensivas rusas, incluida la de noviembre, “el enemigo sufre pérdidas críticas”, dice el coronel Oleksii Dmytrashkivskyi, vocero del ejército ucraniano.
El coronel dice que el ataque a Vugledar no fue una sorpresa: de hecho, los rusos incluso advirtieron a los ucranianos del inminente asalto a través de las redes sociales, en un aparente intento por amedrentarlos. “Fue anunciado y difundido”, señala el vocero militar. “Y se hizo para minar la moral de nuestras tropas.”
Como a lo largo de toda la guerra, los comandantes rusos cometieron varios errores básicos, en este caso, no haber tomado en cuenta las características del terreno —campos abiertos plagados de minas antitanques— y la fortaleza de las fuerzas ucranianas, apunta Dmytrashkivskyi, y agrega que en Vugledar quedaron diezmadas dos brigadas de élite de la infantería naval rusa, la 40° y la 155°.
La plana mayor del ejército ucraniano estima que en apenas una semana de combates en Vugledar, los rusos perdieron al menos 130 blindados, incluidos 36 tanques, un cálculo corroborado por las imágenes tomadas por drones y analizadas por analistas militares independientes, y también confirmado por los relatos de los blogueros militares rusos, fervientes partidarios de la guerra pero también furibundos críticos del desempeño de los comandantes rusos.
Wallace, el secretario de Defensa británico, citó informes de que en Vugledar “efectivamente había sido eliminada toda una brigada rusa”, y que Moscú había perdido “1000 hombres en dos días”. La semana pasada, la Agencia de Inteligencia de Defensa británica había informado que las unidades rusas “muy probablemente sufrieron bajas particularmente altas en Vugledar”.
El miércoles, Wallace le dijo al medio de noticias LBC News que las pérdidas rusas en Vugledar son resultado “de un presidente y una plana mayor de Rusia que niega o ignora la realidad, o no les importa cuántos de sus compatriotas caigan muertos, y menos aún cuántos de los pueblos que intentan avasallar.”
Muchos de los soldados rusos capturados fueron movilizados recientemente por la leva de 300.000 reclutas anunciada por Putin en septiembre, mientras que otros son mercenarios del Grupo Wagner, muchos de ellos convictos reclutados en las prisiones rusas.
Para colmo, en las últimas semanas se ha desatado una feroz rivalidad entre las fuerzas de Wagner y el ejército regular ruso, y el grupo mercenario afirma que sus combatientes son más capaces y aguerridos.
Los soldados de Wagner lideran desde hace meses la sangrienta campaña rusa para tomar la ciudad de Bakhmut, 100 kilómetros al norte de Vugledar, mientras que las fuerzas en Vugledar estaban básicamente compuestas de unidades regulares del ejército ruso, aunque con presencia de algunos combatientes de Wagner, según funcionarios ucranianos
Después de meses de implacables ataques sobre Bakhmut, las fuerzas ucranianas se encuentran en una situación cada vez más precaria, aunque Moscú ha tenido que pagar muy caro por cada metro ocupado y ha dejado a Bakhmut en ruinas.
The Gray Zone, un canal de Telegram vinculado al Grupo Wagner, ha sido muy cáustico sobre el desempeño del ejército ruso en Vugledar, y pidió que los comandantes rusos responsables de las pérdidas rindan cuentas en un juicio público. “La impunidad siempre genera permisividad”, apuntaba uno de los recientes posteos.
A pesar de esos reveses, Moscú insiste en que todo está saliendo según lo planeado. El domingo, Putin aseguró que “la infantería de marina está trabajando como debe, en este mismo momento, luchando heroicamente.”
Por el momento, dice Dmytrashkivskyi, los ataques a gran escala han disminuido, aunque los rusos siguen haciendo incursiones de pequeños grupos de 10 a 15 soldados, probablemente para espiar los puntos débiles de las defensas ucranianas.
Si los rusos insisten con esa táctica, señala el vocero de Kiev, serán superados en número por los pelotones ucranianos compuestos de 30 soldados.
“Van a la muerte, así de sencillo”, apunta el vocero militar ucraniano.
Por Marc Santora
Traducción de Jaime Arrambide
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