Crece la violencia entre militares y rebeldes en Sudán y los muertos ascienden a más de 100
La ONU, Estados Unidos y el Reino Unido pidieron el lunes el “fin inmediato” de la violencia
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JARTUM.– El primero representa el poder militar en Sudán mientras que el segundo lidera un grupo de milicias que se formó en Darfur. Antes amigos, los generales Abdel Fatah al-Burhan y Mohamed Hamdan Daglo se enfrentan ahora por el control del país.
Un centenar de civiles ya murieron en Sudán por los intensos combates que desde hace tres días enfrentan al ejército y a un poderoso grupo paramilitar y que este lunes provocaron nuevas explosiones en Jartum, la capital.
Al menos dos hospitales de la capital fueron evacuados “mientras los cohetes y las balas acribillaban sus paredes”, dijeron los médicos, que afirmaron haberse quedado sin bolsas de sangre y sin material para atender a los heridos.
Tras los episodios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a todas las partes del conflicto armado que “respeten la neutralidad de la atención sanitaria y garanticen el acceso sin restricciones a los centros de salud de los heridos por las hostilidades”.
A través de un comunicado, la agencia de la ONU recordó a todas las partes “las obligaciones que les impone el Derecho Internacional Humanitario de proteger a los heridos y enfermos, los civiles, el personal sanitario, las ambulancias y los centros de salud”.
De socios a enemigos
Al-Burhan es el dirigente de facto de Sudán desde el golpe de Estado de octubre de 2021. Nacido en Gandatu, un pueblo situado en el norte de Jartum, el general de 62 años se alzó como una de las pocas figuras que generaba consenso para liderar el país.
Excomandante del ejército durante el mandato del derrocado dictador Omar al-Bashir, Al-Burhan pensaba contar con la lealtad de su segundo, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido también como “Hemedti”.
Ambos protagonizaron el golpe que puso fin a la transición de Sudán hacia un gobierno civil. Pero los dos bandos libran actualmente encarnizados combates.
Al-Burhan es acusado por sus adversarios de ser un caballo de troya de los islamistas y caciques de la época de al Bashir, que gobernó el país con mano de hierro durante 30 años.
Tras la caída de Bashir en 2019, Al-Burhan dirigió el Consejo Soberano junto a los partidos políticos civiles para encaminar el país hacia la democracia. Pero antes del golpe, el general, que pasó por las academias militares de Sudán, Egipto y Jordania, detuvo a casi todos los ministros y responsables civiles. El general, además, coordinó el envío de tropas sudaneses a Yemen, según los medios locales. También impulsó la normalización de las relaciones con Israel y mantiene buenos vínculos con el vecino Egipto.
En el Golfo sin embargo, muchos observadores apuntan a que Daglo, su ahora enemigo, logró imponerse mejor.
Nacido en 1975 en una tribu árabe en la frontera con Chad, Daglo logró crear aliados en Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita tras enviar sus hombres a combatir en Libia o en el seno de la coalición militar liderada por Riad en Yemen.
Actualmente cuenta con una ventaja de peso. Sus Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) creadas en 2013 e integradas al ejército regular, controlan numerosas minas de oro. Y Estados Unidos asegura que cuentan con el apoyo de los paramilitares rusos del grupo Wagner.
A lo largo de los años, Hemedti se ha impuesto como un actor clave en el país. A inicios de los 2000, era apenas el jefe de una pequeña milicia del Oeste.
Pero tras numerosas batallas, incursiones y otras atrocidades que le valieron al dictador Bashir acusaciones de crímenes de guerra, el general logró hacerse un hueco en la cima del poder. Daglo dirigió las milicias Janjawid a las que Bashir ordenó aplicar la política de tierra quemada contra las minorías étnicas no árabes en Darfur en 2003.
“La élite de Jartum lo veía como un delincuente analfabeto y advenedizo al que armaron sólo para que hiciera el trabajo sucio de la guerra de Darfur”, declaró Alan Bosweel, investigador del International Crisis Group.
Cientos de miles de muertos después, Hemedti logró ampliar su esfera de influencia desde esta región, donde aún tiene sus cuarteles, hasta Jartum. Sus hombres, integrados en las RSF, intentan ahora arrebatar el poder al ejército.
Pero durante el golpe de 2021, Daglo ofreció su ayuda a al-Burhan. El hombre asegura ahora que ha cambiado y se alinea con los civiles para denunciar al ejército. Desde hace meses, usa las redes sociales para dirigirse a los más jóvenes, en un país en el que dos tercios de la población tiene menos de 30 años.
Combates
Desde el sábado, la ciudad, de la que se elevan columnas de espeso humo negro, está inmersa en el olor de la pólvora. Sus habitantes están atrincherados en sus casas, la mayoría sin agua corriente ni electricidad, temblando con cada nuevo ataque aéreo o fuego de artillería.
Al menos 97 civiles han muerto, cerca de la mitad de ellos en Jartum, y “decenas” de combatientes han fallecido, según el sindicato oficial de médicos, que contabilizó 942 heridos. Las dos partes en conflicto no han comunicado sus pérdidas.
En Jartum, donde solo circulan hombres en uniforme y vehículos militares, las pocas tiendas de comestibles abiertas advirtieron que si no llegan camiones se quedarán pronto sin existencias.
Estados Unidos y Reino Unido piden un alto al fuego inmediato en Sudán
— DW Español (@dw_espanol) April 17, 2023
Desde una reunión bilateral mentenida en el G7, los titulares de Exteriores de ambos países pidieron también garantías para proteger a los civiles y retomar las conversaciones. - lis pic.twitter.com/WQCtjl8VPI
La ONU, Estados Unidos y el Reino Unido pidieron el lunes el “fin inmediato” de la violencia, como ya hicieron la Liga Árabe y la Unión Africana.
”Condeno fuertemente los enfrentamientos (...) e insto a los líderes de las Fuerzas armadas sudanesas y a las Fuerzas de apoyo rápido el cese inmediato de las hostilidades, se restaure la calma y el inicio de un diálogo para resolver la crisis”, declaró el secretario general de la ONU, António Guterres.
Por su parte, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó su inquietud tras reunirse en Japón con su homólogo británico, James Cleverly: “Hay una gran preocupación por los combates (...) por la amenaza que suponen para la población civil, para la nación sudanesa e incluso potencialmente para la región”.
Problemas de comunicación
El lunes seguía siendo imposible saber quién controla qué. Las RSF dijeron haber tomado el aeropuerto y entrado en el palacio presidencial, lo que el ejército negó.
Por su parte el ejército dice tener en sus manos el cuartel general de su Estado Mayor, uno de los principales complejos de poder de Jartum.
En cuanto a la televisión estatal, después dos días de combates en sus inmediaciones, ahora emite imágenes y declaraciones del ejército, que afirma haber recuperado terreno en muchos lugares.
Médicos y organizaciones humanitarias advirtieron que en algunas zonas de Jartum la electricidad y el agua están cortadas y que hay cortes de electricidad en los quirófanos.
Los pacientes, algunos de ellos niños, y sus familias “no tienen comida ni agua”, declaró una red de médicos prodemocrática.
Dos griegos resultaron heridos en Jartum y unas 15 personas están encerradas en la iglesia ortodoxa de la ciudad, sin poder salir a causa de los combates, dijo el arzobispo metropolitano de Nubia y todo Sudán, monseñor Savvas, que está dentro la iglesia.
La ONU, que había propuesto el domingo una tregua humanitaria de unas horas, se declaró “extremadamente decepcionada” por el hecho de que los beligerantes no la hubieran respetado, y denunció el lunes la “intensificación de los combates”.
Combates en toda la ciudad
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) suspendió el domingo la ayuda tras la muerte de tres miembros de su personal en los combates de la provincia de Darfur, oeste, a pesar de que más de un tercio de los 45 millones de sudaneses necesitan ayuda humanitaria.
“Es la primera vez en la historia de Sudán desde su independencia [en 1956] que hay tal nivel de violencia en el centro, en Jartum”, dijo a la AFP Kholood Khair, fundador del centro de investigación Confluence Advisory en Jartum.
La capital “siempre ha sido el lugar más seguro de Sudán” pero ahora “hay combates por todas partes, incluso en zonas densamente pobladas, porque los beligerantes creen que un elevado número de muertos civiles disuadirá al otro bando”, añadió.
Appalling.
— António Guterres (@antonioguterres) April 16, 2023
The ongoing clashes in Sudan have resulted in the deaths & injuries of civilians, including 3 of our @WFP colleagues killed while carrying out their work.
Those responsible should be brought to justice without delay.
Humanitarian workers are #NotATarget.
Guterres también condenó el ataque. “Espantoso... Los responsables deben ser llevados ante la justicia sin demora”, escribió en Twitter.
Agencias AFP y DPA
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