Bajo presión, Biden le dijo a Netanyahu que respalda un alto el fuego en Medio Oriente
Luego de pedidos internacionales y de legisladores demócratas para que la Casa Blanca que adopte una postura más dura, el presidente de Estados Unidos se comunicó con el primer Ministro israelí en busca de un cese de las hostilidades
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WASHINGTON.- Bajo presión internacional y de sus propios aliados en Washington, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dijo al primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que respalda un cese al fuego entre Israel y Hamas, en un intento por reforzar la ofensiva diplomática para frenar la escalada de violencia en Medio Oriente.
Ante el recrudecimiento del conflicto entre israelíes y palestinos, y las críticas a Israel por sus bombardeos a Gaza en respuesta a los ataques de Hamas, el gobierno de Biden comenzó a elevar de una forma muy calibrada la presión sobre Netanyahu para que frene ofensiva, en medio de crecientes reclamos internacionales y de los propios demócratas en Washington, donde ha crecido el respaldo político a los palestinos.
Biden habló por teléfono con Netanyahu y reiteró su firme respaldo al derecho de Israel de defenderse de los ataques con misiles de Hamas, una postura férrea e histórica de Estados Unidos, que tiene como principal aliado en la región a la nación judía. Pero, por primera vez, Biden le planteó a Netanyahu su “respaldo a un cese al fuego”, según indicó la Casa Blanca.
La conversación de Biden y Netanyahu, la segunda desde el fin de semana, fue la última movida de lo que la Casa Blanca calificó como una estrategia de “diplomacia silenciosa, intensa” para frenar la escalada de violencia entre israelíes y palestinos, cuya virulencia y vertiginosidad han sembrado horror y una fuerte preocupación global.
“Nuestro enfoque es la diplomacia silenciosa, intensa, y ahí es donde pensamos que podemos ser más efectivos”, justificó la vocera presidencial, Jen Psaki, al responder numerosas preguntas sobre la postura oficial ante el conflicto, horas antes de la llamada de Biden.
De hecho, Biden evitó llamar públicamente a un cese al fuego, como le reclaman algunos demócratas, y sólo se limitó a plantearlo en la llamada con Netanyahu.
La Casa Blanca había quedado en una posición incómoda ante las crecientes críticas hacia Israel por lo que muchos consideran un desproporcionado uso de la fuerza. Desde Dinamarca, el secretario de Estado, Antony Blinken, insistió en que es una “falsa equivalencia” equiparar los bombardeos israelíes con los ataques de Hamas, una organización terrorista, aunque evitó hablar de un cese al fuego. Blinken si remarcó que Israel, como democracia, tiene una “carga adicional” para evitar víctimas civiles, y asegurar la seguridad de periodistas y médicos.
Netanyahu había aparecido el fin de semana en la televisión estadounidense para decir que el fin de los ataques “tomará tiempo”.
Biden ya se había comunicado el fin de semana con Netanyahu y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. Ninguna de las síntesis de las conversaciones del fin de semana que difundió la Casa Blanca mencionó un cese al fuego, y Biden reiteró su “fuerte apoyo al derecho de Israel a defenderse”. Su gobierno no condenó el ataque de Israel a un edificio en Gaza donde estaban las oficinas de la agencia AP y Al Jazeera, un bombardeo que fue visto por muchos como una movida de Israel para silenciar la cobertura de la prensa en Gaza. Y bloqueó una resolución del Consejo de Seguridad sobre el conflicto.
Los últimos días habían dejado varios pedidos de alto nivel para un cese al fuego. El secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió por un fin inmediato de las hostilidades, un reclamo al que se sumó el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
“La lucha debe terminar. Debe detenerse de inmediato. Los cohetes y morteros de un lado y los bombardeos aéreos y de artillería del otro deben cesar”, dijo Guterres. “Hago un llamamiento a todas las partes para que presten atención a este llamado”, insistió.
Las gestiones diplomáticas del gobierno de Biden llegan en medio de un palpable malestar en el Partido Demócrata por la postura de la Casa Blanca en el conflicto, que las figuras más progresistas ven como demasiado tibia, y muy sesgada a favor de Israel. Una de las voces más insistentes ha sido la del senador Bernie Sanders, líder del ala progresista demócrata, quien llegó a sugerir incluso que Estados Unidos ponga bajo análisis el fuerte respaldo militar a Israel, el principal aliado de Washington en la región.
Today the President spoke with Israeli Prime Minister Netanyahu, reaffirmed his strong support for Israel’s right to defend itself against rocket attacks from Hamas and other terrorist groups in Gaza, and condemned these indiscriminate attacks against Israel. pic.twitter.com/baHWh1b6Q2
— The White House (@WhiteHouse) May 15, 2021
“La devastación en Gaza es inconcebible. Debemos instar a un alto el fuego inmediato”, dijo Sanders en Twitter. “La matanza de palestinos e israelíes debe terminar. También debemos analizar detenidamente los casi 4000 millones de dólares anuales en ayuda militar a Israel. Es ilegal que la ayuda de Estados Unidos apoye violaciones de derechos humanos”, afirmó.
Los llamados al gobierno de Biden para que ejerza una presión mayor sobre Netanyahu despuntaron incluso entre figuras demócratas más moderadas. El congresista Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. “Creo que la administración debe presionar más a Israel y la Autoridad Palestina para detener la violencia, lograr un alto el fuego, poner fin a estas hostilidades y volver al proceso de intentar resolver este conflicto de larga data”, dijo Schiff, ayer, en una entrevista televisiva.
Mucho más incisiva fue la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las voces más críticas de Israel en el Congreso de Estados Unidos. AOC, como se la conoce popularmente, dijo que era un “estado apartheid”, y no una democracia.
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