Crece la incertidumbre sobre el destino del futbolista iraní que podría ser ejecutado por el régimen
El joven Amir Nasr- Azadani, que según Iran Human Rights “ha sido sometido a torturas y confesiones forzadas”, está a la espera de la sentencia; podría ser condenado a muerte
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El nombre del futbolista profesional iraní Amir Nasr- Azadani cobró relevancia internacional en tiempo récord desde que se dio a conocer en diciembre que corre el riesgo de ser ejecutado tras una condena en su país. Desde figuras públicas y ONG hasta usuarios en redes sociales, su caso despertó una oleada de pedidos desesperados para que las autoridades de la República Islámica de Irán revoquen su trágico destino. Pero tan pronto como se supo sobre este deportista de 26 años, las novedades sobre su futuro dejaron de hacerse oír y son hoy una incógnita que alarma a los defensores de derechos humanos.
“La última información que tenemos respecto al estado de situación del futbolista iraní es del 20 de diciembre, y aún estaba esperando a ser enjuiciado”, esclareció a LA NACION Amnistía Internacional. “Aún no tenemos confirmación de que hubiera una sentencia que lo condene a muerte, pero seguiremos monitoreando el desarrollo de este caso”.
“Se ha llevado a cabo su juicio, pero aún no se ha dictado sentencia. Puede ser condenado a muerte. Ha sido sometido a torturas y confesiones forzadas”, señaló a LA NACION Mahmood Amiry Moghaddam, director de Iran Human Rights.
Amir Nasr- Azadani, exjugador de los equipos de fútbol Rah-Ahan, Tractor Sports Club y Gol Reyhan Alborz, es acusado de un delito denominado “moharebeh” o delito de “odio contra Dios”, lo que implicaría una posible ejecución en la horca.
El Tribunal Superior iraní lo inculpa de ser miembro de un grupo armado responsable del asesinato de tres agentes de seguridad el 16 de noviembre en la ciudad de Isfahán, en el centro de Irán.
El 20 de noviembre la emisora estatal IRIB difundió un video con las confesiones de tres personas que afirmaban haber sido partícipes en el asesinato de la muerte del coronel Esmaeil Cheraghi durante las protestas que se desataron en todo el país a raíz de la muerte en detención de la joven de 22 años Mahsa Amini.
El nombre del futbolista fue identificado por las instituciones de seguridad iraníes como uno de los tres principales acusados, junto a Saleh Mirhashmi y Saeed Yaghoubi, según difundió entonces la agencia de noticias afiliada a las autoridades de Irán, Tasnim News Agency.
El Tribunal Supremo de Isfahán, donde se encuentra detenido, asegura que tiene “un video y suficiente documentación que prueba que él [Nasr-Azadani] es parte de un grupo armado” y que cuentan con la confesión del acusado, informó el medio estatal IRNA, citado por la CNN.
No obstante, fuentes consultadas por el medio independiente IranWire aseguraron que Nasr-Azadani estuvo presente durante las protestas masivas, pero no se encontraba en el área en el que fueron asesinados los tres agentes.
Además, reiterados grupos de derechos humanos han manifestado que las autoridades iraníes torturan a los acusados para que confiesen en delitos que no han cometido, por lo que se sospecha que Nasr-Azadani estaría siendo implicado injustamente por el simple hecho de manifestarse.
Desde que se dio a conocer su detención, poco se sabe sobre el estado del futbolista. El poder judicial de Irán ha negado que haya sido condenado a muerte y asegura que “se le acusa formalmente de actividades delictivas graves, incluido asesinato [lo que implicaría pena de muerte], pero subrayan que el juicio en sí aún no se celebró”, explicó el Servicio Persa de la BBC.
Amnistía Internacional expresó a LA NACION su preocupación por la rapidez con la que las autoridades iraníes cumplen con “sus amenazas públicas de acelerar las causas de pena de muerte” y “las ejecuciones”, por lo que temen que “otras personas manifestantes condenadas a muerte o acusadas de delitos punibles con esa pena corran el peligro inminente de ser ejecutadas”.
Nasr-Azadani es una de las 26 personas que Amnistía Internacional identifica que corren peligro de ser ejecutadas. Un total de 13 personas ya han sido condenadas a muerte en relación con las protestas: dos han sido ejecutadas, cuatro han sido confirmadas por el Tribunal Supremo y seis están a la espera de un nuevo juicio.
El Tribunal Supremo de Irán confirmó este martes las condenas a muerte de dos personas y ordenó repetir el juicio para otras tres en el caso del asesinato de un miliciano durante las protestas por la muerte de Amini, que comenzaron en septiembre y mantienen firmes en varias ciudades del país.
Las autoridades afirman que cientos de personas, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto en lo que consideran “disturbios”, y miles han sido detenidas. Hasta ahora casi 500 personas y más de 18.000 han sido retenidos.
El joven futbolista no es el único que está siendo amenazado por el régimen. Miembros del servicio de seguridad de Irán detuvieron el fin de semana a varios jugadores de fútbol que participaron a una fiesta mixta en el este de Teherán.
“Futbolistas, así como exjugadores de uno de los principales clubes de fútbol de Teherán, fueron detenidos anoche [sábado] en una fiesta mixta en la ciudad de Damavand”, indicó la agencia Tasnim sin ofrecer más detalles sobre la identidad de los jugadores o su club.
“Algunos de estos jugadores no estaban en un estado normal tras haber consumido alcohol”, añadió la misma fuente.
El consumo y la venta de alcohol están prohibidos por ley en el país.
Desde el inicio de las manifestaciones masivas, varios futbolistas iraníes han sido detenidos y amenazados por las autoridades por haber apoyado las manifestaciones.
El futbolista Ali Karimi se vio obligado a huir de su país tras expresar su apoyo a los manifestantes en las redes sociales, y todas sus propiedades y bienes en Irán fueron confiscados por orden del poder judicial, detalló IranWire. También se le negó la salida de Irán a la leyenda del fútbol Ali Daei, a quien se le confiscó el pasaporte tras aterrizar en el aeropuerto internacional de Teherán el 3 de octubre después de un viaje a Turquía.
El sindicato mundial de futbolistas profesionales FIFPRO se manifestó sobre el caso de Amir Nasr- Azadani en un primer momento y se mostró “conmocionado y asqueado por las noticias de que el futbolista profesional (...) se enfrenta a la ejecución en Irán”.
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