Crece el malestar contra Morsi en Egipto y se multiplican las protestas
Miles de opositores vuelven a colmar la emblemática plaza Tahrir; reclaman al presidente que de marcha atrás con el decreto que le otorga plenos poderes
EL CAIRO (EFE).- A unos veinte meses de la caída del dictador Hosni Mubarak, y apenas cinco meses después del final del gobierno militar de transición, Egipto volvió a salir a las calles para expresar su rechazo a la declaración constitucional del presidente islamista Mohammed Morsi que lo sitúa por encima de la ley.
En ese contexto, miles de manifestantes volvieron a enfrentarse hoy con la policía en la emblemática plaza Tahrir, símbolo de la revolución egipcia. La plaza, que estuvo cerrada durante seis días, fue abierta parcialmente al tráfico, al tiempo que algunas personas permanecieron acampadas en el lugar por quinto día consecutivo.
El mensaje de los manifestantes para Morsi es claro: debe retirar su controvertido decreto y renegociar las próximas etapas del proceso de transición, especialmente la redacción de la nueva Constitución. Para los partidos laicos, uno de los puntos más problemáticos del "decretazo" es el blindaje de la Asamblea Constituyente ante una posible disolución por parte del Tribunal Constitucional. En el comité, los islamistas aprovecharon su mayoría para imponer sus postura, lo que provocó la retirada de la mayoría de los representantes laicos.
A pesar del clamor en Tahrir, el líder islamista y su movimiento político no parecen dispuestos a escuchar. Desde su cuenta de Twitter, los Hermanos Musulmanes mostraron una actitud desafiante, relativizando el número de manifestantes, y acusándolos de ser fululs, partidarios de Mubarak.
Las movilizaciones llegan un día después de que Morsi se reuniera con los líderes del Consejo Judicial Supremo, máximo órgano de ese poder. Además de los partidos y movimientos de la oposición laica, los jueces son el estamento que expresó de manera más contundente su rechazo al decreto que situaría al presidente islamista por encima de la ley, impidiendo la revocación de cualquiera de sus actos por parte del Poder Judicial.
Tras la reunión con los magistrados, el vocero presidencial, Yasir Ali, anunció una pequeña concesión con el fin de desactivar la crisis, ya que reinterpretó el texto para "limitarlo" a "asuntos de soberanía nacional". Aunque no hubo una reacción oficial del Consejo Judicial Supremo, uno de sus miembros declaró que la concesión de Morsi era insuficiente para poner fin a la crisis.
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