Covid en Italia: la mitad del país sube el nivel de alerta y debaten si hay que postergar el regreso a clases
Hubo un aumento del 163% de infecciones en una semana y hay más de un millón de positivos; preocupación en los hospitales por el aumento de contagios entre operadores sanitarios
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ROMA.- La variante ómicron sigue creciendo en forma vertiginosa en Italia, donde hoy hay más de un millón de positivos y justamente debido al empeoramiento de la situación, mitad del país pasó a ser hoy de color “amarillo”.
La incidencia de casos y la presión hospitalaria superó el umbral de alerta en un total de 11 regiones –Calabria, Friuli Venezia Giulia, Lazio, Liguria, Lombardía, Marcas, Piamonte, Sicilia, Véneto y las provincias autónomas de Bolzano y Trento-, y de ahí, el color amarillo, según el sistema tipo semáforo adoptado desde el inicio de la pandemia.
Pero, en verdad, poco cambiará para la gente en cuanto a las reglas. El uso del barbijo al aire libre y en espacios cerrados, en efecto, se ha vuelto obligatorio a nivel nacional desde antes de Navidad, independientemente del color que haya en determinada zona. Todo sigue abierto –salvo discotecas, salones de baile y espacios para fiestas- y es cada vez más necesario estar vacunado –y tener el llamado “súper green pass” o “green pass reforzado”- para salir a comer a un restaurante o incluso para tomar un café de parado en la barra de un bar.
Aunque las autoridades para tranquilizar a una población psicológicamente golpeada insisten en que la situación es totalmente distinta a la del año pasado gracias a una exitosa campaña de vacunación, el aumento de casos de la última semana, que fue totalmente récord, preocupa.
Entre el 20 y el 26 de diciembre hubo 680.000 nuevos contagios, un incremento del 163% con respecto de la anterior, algo nunca antes visto. Con una tasa de positividad superior al 20%, la curva parece destinada a seguir creciendo y, aunque los casos son menos graves gracias a la vacunación, inquieta el aumento de internaciones, que podría llevar a algunas regiones -como Liguria, Calabria y Marcas- a entrar en zona naranja la semana que viene.
Hay alerta en los hospitales, donde en siete días las internaciones crecieron en un 27% ( y 21% en terapia intensiva) y lo que hace más crítica la situación es el aumento del número de operadores sanitarios contagiados, que por lo tanto no pueden trabajar.
Trabajo remoto
Mientras el sistema de rastreo ya colapsó la semana pasada y siguen viéndose por toda Italia personas haciendo fila ante farmacias y demás centros para hacerse tests de hisopado, los sindicatos comenzaron a presionar para que los empleados públicos puedan volver al trabajo en forma remota, como fue posible hasta octubre pasado. “En una situación de continua multiplicación de contagios, hacen falta medidas urgentes, simplificadas”, clamaron diversos gremios.
Se calcula que el 22% del más de millón de italianos que se encuentra infectado –y aislado en su casa- tiene entre 30 y 59 años, una edad laboral y productiva y preocupa el impacto que su ausencia, así como el aislamiento de sus familiares, puede tener en los servicios públicos esenciales, como transportes y recolección de residuos.
Más restricciones
Hablando de trabajo, se espera que este miércoles el gobierno de Mario Draghi, en una ulterior vuelta de tuerca decida que a partir del 1° de febrero sea obligatorio estar vacunado para trabajar. Hasta ahora para eso podía usarse el “green pass básico”, conseguible con un test de hisopado, algo que ya no será suficiente, sino que servirá el “súper green pass”, que sólo se obtiene después de la inmunización.
Nino Cartabellotta, presidente de la Fundación Gimbe, que desde el inicio monitorea la pandemia, advirtió que con la tasa de crecimiento de las infecciones actual, Italia corre el riesgo de saturar los hospitales “porque podrían pronto alcanzarse los dos millones de positivos”. “Todas las medidas implementadas hasta ahora por el gobierno son una suma de paños calientes que no logran frenar la circulación del virus”, denunció Cartabellotta, que en declaraciones radiales consideró que hace falta más “smart working” para contribuir a ralentizar la circulación.
Con el pico que se espera para fines de enero, según algunos expertos, el gran debate ahora es si hay que postergar el regreso de cientos de miles de alumnos a clase después del receso invernal, previsto en principio para el 7 y el 10 de enero.
“En el marco actual de difusión del contagio entre los muy jóvenes, me parecería una medida equilibrada y de gran utilidad el simple aplazamiento del retorno a la escuela”, afirmó Vincenzo De Luca, gobernador de la región Campania (cuya ciudad principal es Nápoles), que consideró que “tomarse 20/30 días de respiro permitiría enfriar el pico de contagio y serviría para impulsar la mayor campaña de vacunación posible para la población estudiantil”.
Si bien el gobierno de Draghi hasta ahora se manifestó totalmente contrario a un aplazamiento de la vuelta a clases y determinado a que la escuela se mantenga, sí o sí, presencial, vuelve también a hablarse de la odiada “Dad”, la didáctica a distancia. Y se analiza la posibilidad de que deban hacerla solamente los chicos no vacunados en el caso que se registren dos casos positivos en un curso. Pero todo está por verse y, como sucede desde hace dos años, reina la incertidumbre por lo que vendrá.
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