Coronavirus. Donald Trump, infectado: ¿qué podría pasar si se agravara su estado de salud?
NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos Donald Trump tiene coronavirus y la noticia provocó convulsión global. Después de confirmarse que el mandatario y la primera dama, Melania tenían leves síntomas, el candidato republicano fue trasladado al hospital militar Walter Reed esta tarde por precaución.
Según el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, Trump "continuará con el cumplimiento de sus deberes sin interrupción mientras se recupera".
Más allá del primer parte médico, la infección de Trump, que por su edad (74 años) y sobrepeso se consideraría paciente de riesgo, incrementa la inquietud sobre cuáles serían los procedimientos si el presidente quedara incapacitado para ejercer el poder, justo en el tramo final de la campaña para las elecciones del 3 de noviembre próximo.
Si bien la Casa Blanca todavía no ha detallado un plan de acción en caso de que el presidente enfermara de gravedad, la pregunta sobrevuela el ambiente político y económico de Estados Unidos, y su respuesta está en las normas.
LA NACION consultó al especialista en derecho constitucional de la New York University (NYU) Samuel Issacharoff para aclarar las dudas que presentan este contexto. Desde 1981 -cuando el entonces presidente Ronald Reagan recibió un disparo en el pulmón- que no ha pasado que un presidente norteamericano enfrente una enfermedad de riesgo mientras está en el cargo.
La clave, en la Constitución
La línea de sucesión presidencial está detallada en la enmienda 25 de la Constitución. "Hay un proceso muy claro", señala Issacharoff. La norma surgió en la década del ‘60 -después del asesinato de John F. Kennedy- como parte de un esfuerzo por clarificar las ambigüedades sobre quién queda a cargo de un gobierno cuando el presidente ya no puede hacerlo.
El proceso de sucesión es claro y simple cuando un presidente muere, renuncia o es removido. Los poderes se transfieren al vicepresidente -históricamente ya ha sucedido una decena de veces- o, de estar imposibilitado este también, al titular de la Cámara de Representantes del Congreso.
Pero, ¿cuál es el curso a seguir si por alguna razón el presidente queda discapacitado a tal grado que no puede cumplir con sus responsabilidades? Según explicó Issacharoff, la Carta Magna estadounidense establece que el mandatario puede decidir transferir sus poderes a su compañero de fórmula y luego recuperarlos cuando se considere apto, o el mismo vicepresidente -en conjunto con la mayoría del gabinete- pueden decidir transferir temporalmente la autoridad presidencial al vicepresidente.
Si el presidente rechazara la solicitud del vicepresidente y el gabinete, correspondería al Congreso tomar una decisión al respecto. Entonces, para declararlo no apto es necesaria una mayoría de dos tercios en la Cámara Baja y en el Senado.
En Estados Unidos no existe un mecanismo legal que obligue a quienes ocupan el cargo de presidente a revelar su historial médico o enfermedades. "La Casa Blanca no está obligada a divulgar información sobre la salud del presidente", explicó el especialista en derecho constitucional.
¿Si el Congreso quisiera solicitar la remoción de los poderes? "El único mecanismo para echar a un presidente de su cargo [para la oposición] es el proceso de impeachment, que se puede hacer a través del Congreso", detalló Issacharoff.
El peor escenario
Donald Trump, de 74 años y obeso, es un hombre que, según los criterios del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), es de riesgo. En el peor de los casos, si el coronavirus provocara su muerte, éstos serían los escenarios:
- Si el mandatario llegara a ganar las elecciones y muriera después del 20 de enero de 2021 -día de la asunción presidencial-, el vicepresidente Mike Pence asumiría sus funciones de forma directa
- Si Trump muriera o quedara inhabilitado antes del 3 de noviembre, el día fijado para los comicios presidenciales, el proceso se volvería más complicado. Según las normas establecidas por el Partido Republicano, una vacante a ser reemplazada se da por "muerte, renuncia u otras formas" para que la Comisión resuelva elegir un nuevo candidato. En tal caso, los 168 miembros de la Comisión Nacional Republicana tendrían la obligación de elegir -con la mayoría de los votos- un nuevo candidato, pues esas atribuciones no pasan directamente al compañero de fórmula.
"A nivel aplicación, esto sería muy complicado; los ejemplares ya están impresos, ya empezó el proceso de voto anticipado y por correo, es decir, mucha gente ya emitió su voto", explicó Issacharoff. ¿Qué pasaría con todos los votos emitidos? No hay una respuesta simple. Algunos estados permiten una corrección, es decir, que el votante pueda ir a la urna a cambiar su voto; otros tienen mecanismos más engorrosos.
Según Richard Piles, colega de Issacharoff en NYU, nunca en la historia de Estados Unidos se ha dado un escenario similar. "Nunca hemos tenido un candidato presidencial de un partido importante incapacitado en el momento de la elección", señaló en diálogo con el Washington Post.
Antecedentes
La invocación de la enmienda 25 por parte de un presidente inhabilitado para gobernar ha sido utilizada tres veces en la historia. La primera vez, en julio de 1985, cuando el presidente republicano Ronald Reagan fue sometido a anestesia general durante una operación. El entonces vicepresidente, George H.W. Bush, estuvo como presidente interino durante ocho horas mientras se hizo el procedimiento.
En junio de 2002 y en julio de 2007, cuando George W. Bush era presidente, su segundo al mando, Dick Cheney, también tuvo el poder temporalmente mientras el mandatario era sometido a colonoscopías de rutina bajo anestesia.
En este contexto, ¿podrían postergarse las elecciones del 3 de noviembre? Según Issacharoff, no existe un escenario posible en el que los comicios se pudieran posponer. "La elección va a pasar el 3 de noviembre y el nuevo presidente asumirá su cargo el 20 de enero de 2021", subrayó.
A pesar de la expectativa creciente por conocer más detalles del estado de salud del presidente, la única información oficial que ha salido de la Casa Blanca es que Trump y Melania han dado positivos de Covid-19 y que tienen síntomas leves. Se espera que, según las recomendaciones del CDC, se mantengan aislados por lo menos 14 días.
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