Coronavirus: el Reino Unido aprobó el uso de la vacuna de Pfizer y BioNTech
PARIS – En medio de la implacable guerra de la comunicación por llegar primero, las grandes potencias entraron esta semana en la recta final para empezar la vacunación contra el Covid-19. Gran Bretaña comenzará la semana próxima. Temiendo quedar rezagada, Rusia pretende hacer lo mismo.
El Reino Unido fue el primer país del mundo que autorizó la vacuna anti-Covid 19 de la empresa alemana BioNTech y la estadounidense Pfizer: "Las primeras dosis estarán disponibles a partir de la semana próxima", anunció hoy el gobierno británico.
"Es una noticia fantástica", se congratuló el primer ministro británico Boris Johnson. "La protección de la vacuna nos permitirá recomenzar nuestras vidas y relanzar la economía", agregó.
El Reino Unido compró 40 millones de dosis de esa vacuna para aplicarlas entre 2020 y 2021. Esa cantidad permitirá vacunar a unos 20 millones de personas, poco menos de un tercio de la población, ya que son necesarias dos dosis.
Entre las personas que tienen prioridad para recibir la vacuna se encuentran los residentes de hogares para ancianos, el personal médico, los adultos mayores y la gente más vulnerable. Los resultados de los análisis a gran escala de esa vacuna revolucionaria, que utiliza una nueva tecnología llamada "ARN mensajero", demostraron una eficacia de 95%, según sus responsables.
La noticia significa un enorme alivio para la población británica, cuyo país ha sido el más afectado de Europa por la pandemia, con más de 59.000 muertos y 1,6 millones de casos.
Inglaterra salió hoy de un confinamiento de cuatro semanas para volver a un sistema de restricciones regionales, que el primer ministro espera poder aligerar en la primavera boreal gracias a la acción conjunta de la vacuna y un masivo operativo de testeo.
Ese confinamiento ha sido remplazado, hasta el mes de febrero, por un sistema de alerta de tres niveles, que impone medidas estrictas a 55 millones de personas. Es decir, a casi totalidad de la población.
Para Johnson, enfrentado a la viva resistencia de los parlamentarios de su partido a ese sistema de niveles, comenzar la vacunación lo antes posible no solo significa un avance sanitario, también aparece como el mejor argumento político para aplacar la agitación.
Para Vladimir Putin parece inimaginable llegar en segundo lugar. Es una cuestión de orgullo nacional. Como ya lo había hecho cuando se trató de anunciar los niveles de eficacia de su vacuna, el presidente ruso estimó hoy que "la industria y las infraestructuras de su país están listas" y solicitó a las autoridades sanitarias que comiencen a vacunar "desde la semana próxima en gran escala" contra el Covid-19.
"Sé que más de dos millones de dosis ya fueron producidas o lo serán en los próximos días", agregó Putin, precisando que "los grupos de riesgo, los médicos y educadores" serán los primeros en recibirlas. A fines de noviembre, las autoridades anunciaron haber comenzado a vacunar a los militares rusos: más de 400.000 de ellos deben recibir el compuesto, 80.000 antes de fin de año.
La campaña de vacunación rusa, gratuita y no obligatoria, estaba aparentemente lista para ser lanzada desde que el centro de investigación Gamaleya de Moscú había anunciado con bombos y platillos que su vacuna, Sputnik V, registraba una tasa de eficacia de 95%.
Esa información, confirmada por el mismo Putin un día después de conocerse los resultados de las vacunas de Pfizer-Astrazeneca y de la norteamericana Moderna, se produjo cuando la tercera y última fase de los ensayos clínicos en 40.000 voluntarios aún no estaban terminados.
Ante el escepticismo internacional, los creadores de Sputnik V prometen que la investigación será publicada dentro de poco "en una de las principales revistas médicas del mundo y evaluada por sus pares".
En total, Rusia registró 2,3 millones de casos de coronavirus desde que comenzó la epidemia, con un total de 41.053 muertos. Aun reconociendo que la situación es "preocupante", el Kremlin excluyó hasta ahora todo nuevo confinamiento nacional.
Debido a las dudas suscitadas por la vacuna rusa, entre los países de la Unión Europea (UE) solo Hungría decidió abrirle las puertas. El primer ministro Viktor Orban, gran amigo de Putin, recibió la semana pasada una muestra de Sputnik V y prevé distribuirla en su país e, incluso, iniciar una producción nacional a través de un fabricante húngaro el año próximo.
La decisión fue mal recibida por la Comisión Europea (CE), responsable de hacer una compra agrupada para los 27 países del bloque, fijando además una fecha de recepción y de vacunación similar para todos, a fin de evitar el caos. La Unión comenzará ese proceso entre mediados de diciembre y principios de enero, una vez que la Agencia Europea del Medicamento apruebe las distintas vacunas-candidatas.
"Lo importante no es llegar primero, sino obtener una vacuna segura y eficaz", declaró hoy el ministro alemán de Salud Pública, Jens Spahn, reaccionando a un comentario sobre el eventual atraso de la UE con respecto a sus vecinos continentales.
La Agencia Europea del Medicamento se ha dado hasta fin de año o comienzos de 2021 para lanzar las primeras aprobaciones. Un calendario ya aceptado tanto por Francia, Alemania, España o Italia, que aceleran la puesta a punto de sus infraestructuras.
Aprovechando la reglamentación de la UE, que permite a uno de sus miembros hacer uso de poderes de emergencia en caso de pandemia, Gran Bretaña -que hasta el 31 de diciembre sigue perteneciendo a la Unión-, tomó la decisión de someter la autorización de la vacuna de BioNtech-Pfizer a sus propias autoridades sanitarias.
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