Coronavirus: la vacuna china avanza con sus ensayos en miles de voluntarios de América Latina
HONG KONG.- "Sin efectos secundarios, con inmunidad de hasta tres años y disponible a finales de este 2020", así definió un responsable de una firma de biotecnología china a las dos vacunas experimentales contra el coronavirus que ya se ensayaron en "cientos de miles" de chinos y en voluntarios de varios países latinoamericanos, entre otros la Argentina .
En agosto pasado la Argentina autorizó a realizar en el país estudios de la fase 3 de la vacuna del Sinopharm Group, que desarrolla el Laboratorio Elea Phoenix, tras su aprobación por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
A través de la Fundación Huésped en la Argentina ya se anotaron 4000 voluntarios para el estudio.
En Brasil , el gobernador del estado de San Pablo , João Doria, dijo hoy que los ensayos de fase 3 del laboratorio Sinopharm son "extremadamente positivos", y agregó que, hasta el momento, no han mostrado ninguna reacción adversa en los voluntarios que fueron inoculados.
Doria explicó que el ensayo clínico de la vacuna china, que se realiza en Brasil con 9000 voluntarios y está liderado por el Instituto Butantan, vinculado al gobierno de San Pablo, mostró una respuesta inmune del 98% en los ancianos. Según Doria, la perspectiva es que la vacuna esté disponible para la población brasileña en diciembre.
En Perú , Sinopharm inició hoy los ensayos con unos 6000 voluntarios.
Germán Málaga, profesor de medicina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, dijo a la prensa que esperan vacunar a 3000 personas, y otros 3000 participantes serán vacunados por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, probablemente desde la próxima semana.
El Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG), una filial de Sinopharm, desarrolla dos de las cuatro vacunas chinas que actualmente están en la fase 3 de pruebas clínicas.
De acuerdo con uno de sus directivos, Zhou Song, sus inyecciones son las más empleadas por un programa autorizado por Pekín para grupos de alto riesgo, tales como sanitarios, agentes fronterizos, tripulantes de vuelo o empleados que desarrollen su labor en el extranjero.
"Se ha vacunado a cientos de miles [de personas] y ninguno mostró ningún efecto adverso evidente ni se ha contagiado", aseguró Zhou a la prensa. En su intervención, añadió que con los resultados obtenidos hasta la fecha "no hay duda de que la inmunidad puede durar entre uno y tres años". Esto, aclaró, haría innecesario organizar campañas de vacunación anuales contra el SARS-CoV-2 similares a las que hay con la gripe, ya que el virus no está mutando tanto como para que su vacuna tuviera problemas para hacerle frente.
La compañía, que está experimentando las pruebas de la fase 3 en países como la Argentina, Brasil, Perú, Marruecos , Jordania o Bahrein, parece tener grandes expectativas de futuro. Así lo demuestra la construcción de dos nuevos centros en Pekín y Wuhan –donde el virus apareció por primera vez–, con los que pretende ampliar su capacidad de producción anual del posible antídoto de los 220 millones de dosis actuales hasta los entre 800 y 1000 millones.
Por su parte, las otras dos posibles vacunas chinas también parecen avanzar a buen ritmo, y esperan que la aprobación para su comercialización llegue pronto. Una de ellas, Sinovac, sigue desarrollando las pruebas de la fase tres en Brasil e Indonesia , y ha terminado la construcción de una fábrica capaz de producir 300 millones de dosis al año. La cuarta vacuna, de la firma CanSino y la Academia Militar de Medicina, asegura que su remedio protege contra todas las mutaciones del coronavirus. En julio recibió autorización para participar en un plan de vacunación con personal del ejército.
Con el ojo puesto en las ventas, tanto Sinovac como Sinopharm participan estos días en una feria comercial en Pekín, exhiben sus vacunas y compiten por atraer la atención de los posibles compradores. "Contamos con la propiedad intelectual de todos los elementos, por lo que desarrollamos la vacuna por nuestra cuenta. No dependemos de otros, y podemos ofrecer precios más bajos", aseguró Chen Wei, especialista de la Academia China de Ingeniería.
Agencia Reuters
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