Coronavirus: Donald Trump propone mandar dinero "de inmediato" a la gente
WASHINGTON.- El gobierno de Donald Trump propuso implementar un monumental paquete con medidas de estímulo fiscal de US$ 1 billón para impedir el colapso de la economía por el impacto de la pandemia del coronavirus, incluidos cheques de 1000 dólares o más para trabajadores, que la Casa Blanca quiere comenzar a distribuir "inmediatamente".
La brutal ofensiva de la Casa Blanca, que debe atravesar el Congreso, apunta a frenar la debacle de la economía y evitar que la primera potencia global caiga en una recesión profunda. De prosperar, el plan de Trump superará al paquete que implementó el gobierno de Barack Obama, en 2009, que logró sacar al país de la Gran Recesión, al inyectar más de 750.000 millones de dólares en la economía.
"Vamos a ir a lo grande", prometió Trump, al hablar en una conferencia de prensa en la Casa Blanca y presentar las últimas novedades de la lucha contra la pandemia.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que el gobierno federal negocia con el Congreso varias medidas, y que la intención es enviar dinero a la gente "inmediatamente", en las próximas dos semanas. Las propuestas del plan y la urgencia que mostró la Casa Blanca por implementarlas revelaron la renovada urgencia del gobierno de Trump por salvar a la economía. Hasta hace unos días, la Casa Blanca solo contemplaba un recorte de impuestos para ayudar a trabajadores, además de algunos rescates puntuales a algunos sectores golpeados por la pandemia. Pero ese recorte, indicó Mnuchin, demoraría varios meses en surtir efecto.
"Los estadounidenses quieren efectivo ahora, y el presidente quiere entregar efectivo ahora. Y cuando me refiero ahora, en las próximas dos semanas", dijo Mnuchin.
"Queremos enviar el dinero, y enviarlo rápido", insistió Trump.
Unas horas después, en el Congreso, Mnuchin dijo que el paquete presentado por la Casa Blanca inyectaría un billón de dólares en la economía, a lo que se sumaría un diferimiento del pago de impuestos por otros US$ 300.000 millones.
"Esta es una situación en la cual el gobierno le ha pedido a mucha gente que se quede en la casa para que no se propague la enfermedad. No es una situación económica normal. El gobierno ha pedido que parte de la economía se apague. El presidente está decidido. Pueden pensarlo como plata por interrupción de negocios", dijo Mnuchin a los periodistas en el Capitolio, al justificar los cheques a trabajadores.
El gobierno había dejado trascender en la prensa un paquete menor, por US$ 850.000 millones. Pero con el correr de las horas, el rescate creció hasta el billón de dólares. Además de los pagos a trabajadores, que podrían superar los 1000 dólares, el plan incluirá préstamos a las pequeñas y medianas empresas, y unos US$ 50.000 millones para las aerolíneas, que han reducido de manera drástica sus vuelos domésticos e internacionales ante el cierre de fronteras y las vedas que impusieron varios gobiernos en Europa, Estados Unidos y algunos países de América latina para frenar la propagación del virus.
Trump dijo que el gobierno federal también asistirá a Boeing, cuyo negocio está atado al de las aerolíneas, y que ya atravesaba una crisis por los dos accidentes aéreos debido a las fallas en el software de navegación del Boeing 737-Max.
Urgencia
El gobierno de Trump estaba urgido por presentar un plan de estímulo fiscal para enviar una señal a los mercados y contener una crisis económica inédita, que, para algunos, ya colocó a los Estados Unidos en una nueva recesión. La pregunta, ahora, es cuánto tiempo durará, y cuán profunda será. La urgencia había nacido del dramático derrumbe que mostraron los mercados financieros en el último mes, desde que la pandemia comenzó a propagarse en Europa y el país: nunca antes en la historia los índices bursátiles habían trazado un derrape tan pronunciado ni tan veloz como en las últimas semanas.
Los principales indicadores de Wall Street borraron en poco menos de un mes casi todas las ganancias que habían logrado durante la presidencia de Trump, y la caída fue mucho más inclinada que en la crisis financiera global, o en la crisis de 1929.
Tras el anuncio de la Casa Blanca, Wall Street, que ya operaba en alza tras el derrumbe del día anterior, el peor desde el "lunes negro" de 1987, aceleró su rebote y cerró con una fuerte ganancia. El índice Dow Jones trepó un 5,2%, el S&P 500 repuntó un 6%, y el tecnológico Nasdaq avanzó un 6,2 por ciento.
Además de las medidas fiscales, la Reserva Federal de Nueva York, encargada de vigilar que los mercados dispongan de liquidez suficiente para funcionar de manera adecuada, anunció una nueva inyección masiva de 500.000 millones de dólares. Y la Reserva Federal anunció que resucitará una línea de préstamos comerciales que había implementado por primera vez en 2008, durante la crisis financiera global.
Los anuncios del banco central de Estado Unidos terminaron por configurar una ofensiva monetaria plena y sin resguardos para contener a la economía. En apenas un puñado de días, la Fed activó todos los mecanismos en su poder para blindar a la actividad. Esa rápida reacción también había elevado la presión sobre la Casa Blanca, ya que los inversores, lejos de mostrar una renovada calma, habían continuado vendiendo acciones masivamente para huir del riesgo.
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