Coronavirus: tests para todos en la residencia del Papa en el Vaticano
ROMA.- Pese a que ayer trascendió que una persona que vive en la residencia de Santa Marta resultó positiva y se encuentra internada en el hospital Gemelli, aunque no en terapia intensiva –como pudo confirmar LA NACION–, el Vaticano siguió hoy en silencio, sin confirmar ni negar algo más que importante, porque está directamente relacionado con el Papa.
Francisco, de 83 años, como es sabido, vive en la residencia de Santa Marta. Como no podía ser de otra manera, algunos medios italianos salieron hoy a decir que Jorge Bergoglio fue sometido a un test-diagnóstico de coronavirus al que resultó negativo. Aunque esto tampoco fue confirmado por el Vaticano, desde tiempos inmemoriales reacio a dar noticias sobre la salud de un papa, LA NACION pudo saber que es más que verosímil la versión.
De fuentes vaticanas bien informadas, en efecto, pudo saber que todos los que viven o trabajan en la "domus Santa Marta" fueron sometidos al test de hisopado de diagnóstico de Covid-19, aquí llamado "tampone".
Santa Marta es el hotel para eclesiásticos del Vaticano donde el exarzobispo de Buenos Aires decidió quedarse a vivir enseguida después de ser electo, el 13 de marzo de 2013, en lugar de hospedarse en el apartamento papal del Palacio Apostólico. Allí, como él mismo confesó, se hubiera sentido demasiado encerrado y hubiera tenido problemas "psiquiátricos".
Cuatro casos
Hasta ahora el Vaticano sólo consignó la existencia de cuatro casos positivos de Covid-19: un monseñor oriundo de Bérgamo, la ciudad de Lombardía más castigada por la pandemia; dos funcionarios de los Museos Vaticanos y un empleado del sector de mercadería. Estas personas fueron puestas en aislamiento preventivo antes de resultar positivas y se encuentran en hospitales italianos o en su casa, indicó el Vaticano, que jamás confirmó el quinto caso, relativo a la persona que vive en Santa Marta, ahora también internada, pero no grave, según pudo saber LA NACION.
Desde el estallido de la emergencia y de la implementación de las medidas restrictivas por parte de Italia, el Vaticano se amoldó a la situación. El Papa, que se cree que realizó un primer test-diagnóstico de coronavirus cuando tuvo un resfrío que le impidió participar a fines de febrero del retiro de Cuaresma –tampoco jamás confirmado por el Vaticano–, cambió su estilo de gobierno.
Aunque sigue teniendo audiencias todos los días, a una distancia interpersonal de seguridad, más allá de su característica cercanía con la gente, desde hace tres semanas se ve obligado a una comunicación virtual con los cientos de miles de fieles del mundo. Y preside tanto el tradicional Angelus dominical, como la audiencia general de los miércoles, a puertas cerradas desde la Biblioteca Apostólica, por streaming. Seguramente algo muy difícil para él.
Justamente para llegar a esos miles de fieles que no pueden ir a misa –que han sido suspendidas en toda Italia debido a las medidas de contención de la difusión del virus y aislamiento–, el Papa también está transmitiendo en directo sus misas matutinas, que celebra a diario desde la capilla de Santa Marta.
Gran audiencia
Medio millón de personas siguen esta celebración por televisión, según fuentes bien informadas del Vaticano. En estas ocasiones siempre reza por los enfermos de coronavirus, por sus familiares, por los médicos, por quienes se mueren solos en estos momentos atroces y por las autoridades que se ven obligadas a tomar medidas difíciles.
Así como ayer el Papa convocó a todos los cristianos a rezar un Padre Nuestro para "implorar misericordia para la humanidad duramente probada por la pandemia de coronavirus", mañana protagonizará otro momento de oración inédito a las 18 locales (las 14 de la Argentina) desde el sagrato de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía, tal como él mismo anunció en el último Angelus.
"El Pontífice invitó a todos a participar espiritualmente, a través de los medios de comunicación, para escuchar la Palabra de Dios, elevar una súplica en este tiempo de prueba y adorar al Santísimo", adelantó el Vaticano en un comunicado. "Al término de la celebración el Santo Padre impartirá una bendición ‘urbi et orbi’, a la que se anexará la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria", agregó el Vaticano, que detalló que este rezo en tiempo de pandemia durará aproximadamente una hora y que serán colocados en la entrada de la Basílica vaticana la imagen de la virgen Salus Populi Romani –ícono bizantino que Francisco normalmente venera en la Basílica de Santa María la Mayor– y el crucifijo de San Marcelo, considerado hace 500 años como milagroso en una peste negra que hubo en Roma.
Aunque el Vaticano no quiso confirmar ni negar si el Papa se hizo un nuevo diagnóstico de Covid-19, en un comunicado de la Limosnería Apostólica hizo saber que hizo comprar 30 respiradores que serán donados a hospitales de las zonas más golpeadas por el virus en los próximos días.
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