Coronavirus. Stefania Giannini: “Por favor, reabran las escuelas en cuanto tengan controlado el virus”
Las noticias detallan el costo diario en vidas y contagios del coronavirus . Precisan su impacto económico, laboral y hasta psicológico. Pero poco se informa sobre sus consecuencias en las aulas, con secuelas que podrían extenderse durante décadas, alerta la máxima responsable de las Naciones Unidas (ONU) para la educación, Stefania Giannini, a LA NACION.
Nadie estaba preparado para semejante desafío, plantea. Pero la pandemia también nos abre una oportunidad para llevar la educación al siglo XXI. "Tenemos que repensar la forma en que aprendemos y enseñamos en estos tiempos", invita. Pero sin dejar a ningún chico atrás. "El desafío es cómo llegar a los niños más marginados", remarca. Por eso, Giannini tiene un mensaje para padres y maestros, pero en especial para las autoridades educativas: "Por favor, reabran las escuelas en cuanto tengan controlada la transmisión local del Covid-19. Concéntrense en los últimos, en aquellos que ya se estaban quedando atrás, porque corremos el riesgo de que se queden aún más atrás".
–El secretario general de laONU, António Guterres planteó en agosto que afrontamos el riesgo de una "catástrofe generacional" en materia de educación. ¿Por qué?
–Porque afrontamos una situación sin precedentes que tendrá un enorme impacto en la educación. Ni los gobiernos, ni los sistemas educativos estaban preparados para pasar de la forma tradicional de enseñar y aprender en las aulas al mundo virtual de la noche a la mañana. Tampoco los maestros estaban preparados para enseñar en el mundo virtual y asumir otro rol en la transmisión de conocimientos. Y debemos ser conscientes de que la educación a distancia aún no llega a todos debido a la falta de conectividad en muchos países o la falta de acceso a internet en muchos hogares. Esta brecha digital es uno de los principales retos que debemos enfrentar durante la pandemia. Calculamos que al menos 24 millones de estudiantes podrían abandonar la escuela durante los próximos meses. ¿Y sabe cuáles son los dos segmentos más afectados de la población estudiantil? Los dos extremos del proceso educativo, el preescolar y el universitario. En el caso de la primera infancia por el impacto financiero que esta crisis provoca en el presupuesto público y por las pérdidas de empleos en las familias, impidiéndoles solventar esa educación preescolar. Las madres, especialmente las que integran los grupos más vulnerables, serán menos capaces de brindar esa educación a sus hijos si no existe un sistema de apoyo público más sólido.
–¿Y los universitarios? ¿Por qué?
–Porque muchos de ellos corren el riesgo de no volver a las aulas. Dado el impacto de esta crisis global, las universidades están migrando sus cursos al mundo virtual y eso resulta más desafiante para muchos estudiantes. Algunos carecen de la conectividad requerida. Otros, porque deberán trabajar más.
–¿Cuál es la verdadera extensión del problema de conectividad entre los estudiantes?
–Estimamos que el 49% de la población estudiantil no tendría acceso a internet. Son millones de estudiantes. En África Subsahariana, llega al 89%, mientras que en Europa es el 14%. Una muestra más de cómo esta crisis y sus consecuencias incrementarán las desigualdades. Por eso es importante que protejamos la educación. Cuanto menor sea la inversión pública en educación durante los próximos meses, mayor será el riesgo de una catástrofe generacional en todo el mundo.
–¿Ve algo que le genere optimismo?
–Por supuesto. Incluso en una crisis como esta podemos ver efectos positivos. Todos los países están buscando la manera de mantener abiertas sus escuelas y que los niños sigan dentro del sistema educativo. Esto es muy positivo cuando las aulas debieron cerrarse de un día para el otro. Ahora tenemos una enorme responsabilidad colectiva que incluye a los gobiernos, a las organizaciones internacionales y a cada persona que está involucrada en la educación, incluyendo a los padres de un niño que debería estar en la escuela. La educación debe volver a ser uno de los pilares más importantes de la sociedad.
–¿Cómo lograrlo?
–Tenemos que acaparar la atención pública sobre la importancia de la educación y movilizar al liderazgo político para que invierta la misma cantidad de fondos públicos en la educación que destinaba antes de esta crisis y, en lo posible, más. Tenemos que movilizar la inversión financiera e intelectual para repensar la forma en que aprendemos y enseñamos en estos tiempos. Debemos replantear la forma en que funcionan los sistemas educativos para que sean más resilientes, más flexibles y más personalizados. Debemos preparar los sistemas educativos para que estén bien equipados para afrontar esta crisis y para aprovechar la oportunidad para avanzar hacia el futuro.
–¿Cuál es su mensaje para los padres que han tenido que enseñarles a sus hijos en sus casas?
–De repente, los padres se convirtieron en actores principales del proceso de enseñanza… mientras intentan sobrevivir [risas]. A veces había barreras entre maestros, padres y autoridades. Pero ahora las escuelas se han organizado como sistemas abiertos. No siempre, ni en todas partes, claro, pero ahora los padres se han involucrado de otro modo en el proceso educativo. Son más conscientes de los desafíos que conlleva educar, pero también de la enorme oportunidad que puede representar la educación hogareña. Los padres tienen la oportunidad de convertirse en una parte constructiva del proceso de aprendizaje de sus hijos. Así que mi mensaje para ellos es: "Por favor, no vuelvan al pasado". Permanezcamos juntos, repensando el sistema, innovándolo y confiando en los docentes.
–¿Por qué lo dice?
–Porque dudábamos que los maestros pudieran asumir este desafío. Una encuesta de la Unesco les preguntó a los maestros en 60 países si se sentían preparados para esta gran revolución. La mayoría respondió que no. No tenían los conocimientos adecuados para pasar del aula tradicional al e-learning [por educación virtual]. Hoy, los maestros deben ser un apoyo diferente para los estudiantes, y esa es otra lección de esta crisis. Como ministra de Educación en mi país, implementé una reforma del sistema escolar y recuerdo algunas discusiones que mantuve con los docentes. Ahora, sin embargo, no se trata simplemente de formar profesores en un nuevo sistema de enseñanza. Se trata de involucrar a los profesores y hacerlos parte de la innovación. Ahora los maestros deben reinventar sus aulas. Porque tienen que cuidar del chico que por lo general se sentaba en la última fila y verificar si, en el aula virtual, está participando en el proceso educativo o está haciendo otra cosa porque no se siente cómodo. Las facetas sociales y emocionales de la enseñanza y del aprendizaje se convirtieron en las líneas rojas de las escuelas en el mundo Covid-19. Por todo esto, y más, creo que los maestros se convertirán en los héroes de esta nueva era escolar. Ese es otro lado positivo.
–Esta crisis global forzó un inmenso proceso de transformación educativa.
–Sí, puede que sea el más grande proceso de destrucción creativa que jamás haya ocurrido, y de la noche a la mañana. El gran desafío es cómo podemos llegar a los niños más marginados. Ese es el verdadero problema. Se trata de fijar la inclusión como nuestra máxima prioridad. Si me preguntas cuál es el mensaje que quieres dar a los gobiernos que están lidiando con todo esto sería: "Por favor, reabran las escuelas en cuanto tengan controlada la transmisión del virus. Concéntrense en los últimos, en aquellos que ya se estaban quedando atrás".
–Otra vez, ¿cómo?
–Veamos un caso específico: el de los niños con discapacidades. Realmente estuvieron en riesgo de quedarse atrás durante estos seis meses porque cuando tienes una pantalla como filtro entre ese estudiante con una discapacidad grave, sea intelectual, cognitiva o física y un maestro, es muy difícil llegar a ese estudiante. Pero, aun así, podemos aprovechar la tecnología más y mejor que antes. ¿Por qué no personalizamos mejor las tecnologías con que contamos para que esos niños mejoren su proceso de aprendizaje? Algo similar pasa con los refugiados. Esos niños ya estaban en riesgo de abandonar la escuela y no tenían acceso a un proceso educativo de calidad. Ahora podemos centrarnos más en su educación a través de la tecnología.
–¿Hay alguna pregunta que no le planteé y quisiera abordar?
–[Calla por unos segundos] Desde la Unesco estamos poniendo todas nuestras energías en sacudir al mundo para no dejar a ningún niño atrás. Por eso convocamos a un cónclave virtual para el 22 de octubre, llamado "Global Education Meeting", con jefes de Estado, pidiéndoles que se comprometan con la educación. Es el primer pilar para la recuperación y la construcción de un mundo mejor.
Biografía
-Nacida en Lucca, en 1960, estudió su carrera de grado en la Universidad de Pisa y luego se doctoró en Lingüística por la Universidad de Pavia.
-Profesora universitaria de Lingüística, Fonética y Fonología desde 1991, en 2004 asumió como la rectora más joven de Italia, al frente de la Universidad para Extranjeros de Perugia.
-En 2013 fue electa senadora de la República y un año después juró como ministra de Educación, Universidades e Investigación, e impulsó una reforma estructural del sistema educativo italiano basada en la inclusión social y la sensibilización cultural.
-En 2018 asumió subdirectora general de la Unesco, convirtiéndose así en la máxima responsable de las Naciones Unidas para la Educación.
Recomendación para aprovechar el tiempo
-Dado que millones de argentinos deben permanecer en sus casas desde hace meses, ¿qué libros, películas, música u otra actividad les recomienda para distraerse o "aprovechar" el tiempo? ¿Qué hace usted en su tiempo libre?
-Los libros deben convertirse en nuestros mejores amigos. En mi caso, estoy confinada en París , viviendo sola en un pequeño departamento porque mi familia sigue en Italia . Así que para mí fue realmente muy importante apoyarme en la lectura, un muy buen hábito que tuve desde mi infancia. Leer es una muy buena forma de liberar nuestra imaginación y reinventar el futuro. Releí "El Principito", por ejemplo, de [Antoine] de Saint-Exupéry. Me encanta, con esa mezcla de imaginación y poesía. Y otro activo fundamental es la música. Deja volar nuestra imaginación. Vengo de un país que le dio una las contribuciones más importantes a la música clásica: la ópera. Así que fue un placer dedicarle algo de tiempo a mi querido Giacomo Puccini. "Madame Butterfly" es mi favorita.
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