Coronavirus: sin tapaboca ni distancia, las calles de Milán fueron un descontrol
ROMA.- Quizás es el buen tiempo, las ganas de salir después de dos meses de encierro, la euforia por datos del contagio de coronavirus más alentadores. Pero la "fase 2" de fin de la cuarentena e inicio de desconfinamiento, que empezó el lunes pasado en medio de gran expectativa, con cautela y orden, parece a punto de desbarrancarse en Italia.
Fiel reflejo de esto, ayer en Milán, epicentro de una epidemia que causó hasta ahora más de 30.000 muertos en el país, hubo escenas de descontrol y relajamiento: decenas de jóvenes salieron a tomar el legendario aperitivo, muchos sin barbijo y sin mantener el metro de distancia social, en locales de los Navigli, zona de la movida a la vera de antiguos canales de irrigación. Después de dos meses de encierro y muerte estas escenas pusieron los pelos de punto a epidemiólogos del comité técnico científico que asesora al gobierno y al alcalde de Milán, Beppe Sala.
Milano, folla ai Navigli all'ora dell'aperitivo. E poche mascherine.A soli quattro giorni dall'inizio della fase 2 i Navigli tornano a riempirsi.Oggi 134 morti.A questo punto,sta diventando la @Lombardia il vero problema della crisi economica Italiana,non più il #covid19pic.twitter.com/TYP2siZ6K0&— ????????????[R][R] #orasiateresponsabili (@Area51cinqueuno) May 7, 2020
Normalmente una persona muy controlada y educada, Sala en un videomensaje a los milaneses mostró toda su ira. Y no dudó en salir a manifestarse no enfurecido, sino "incazzato" (mala palabra traducible como ‘recaliente’) por esas "vergonzosas imágenes" que se vieron ayer. Y, como era de esperar, lanzó un ultimátum: "o las cosas cambian hoy, es un ultimátum, o mañana tomaré medidas y cerraré los negocios. No dejaré que por culpa de un 1% se arruine el trabajo del 99%", advirtió. "No permitiré que cuatro exaltados sin barbijo, sentados uno al lado del otro, pongan todo en discusión. Estoy listo para bloquear todo y a bloquear el take-away", adelantó, ofuscado como nunca.
Desde el lunes pasado, día del comienzo de la tan esperada "fase 2" de conviviencia con el virus, hubo una flexibilización de las restricciones. Los bares y restaurantes pudieron volver a abrir, pero sólo para vender alimentos para llevar, que según el correspondiente decreto, no pueden ser consumidos frente a los locales. Además, sigue siendo permitido salir sólo para hacer actividad deportiva y caminar, por necesidad (compras de alimentos o medicinas), salud o para visitar familiares o allegados. Y están totalmente prohibidas las aglomeraciones, reuniones o fiestas privadas y públicas.
Del Partido Democrático, de centroizquierda, en su videomensaje a los milaneses Sala recordó que la ciudad, considerada la capital financiera de Italia, no sólo sigue enfrentando una terrible crisis sanitaria, sino una "profundísima" crisis económico-social. "Milán necesita volver a trabajar, no por capricho, por necesidad", dijo, alterado. "Y yo siempre estaré del lado de esas familias a las que les cuesta llegar a fin de mes, estoy del lado de quien sale a trabajar, no a divertirse", agregó.
Impresionante enfado del Alcalde de Milano, @Beppesala después del caos vivido zona de Navigli, zona de bares y ocio. "O las cosas cambian hoy, es un ultimátum, o mañana tomaré medidas y cerraré https://t.co/bp6VonmFyk dejaré que por culpa de un 1% se arruine el trabajo del 99%" pic.twitter.com/aObfpzZcfU&— Euprepio Padula (@EuprepioPadula) May 8, 2020
La comuna potenciará hoy los controles de la policía en los Navigli. "Pero repito: no estamos jugando a poliladron, no es un juego, no podemos permitirnos esto en una ciudad con un 1 millón 400.000 habitantes y 1700 kilómetros de caminos. Usemos la cabeza todos, porque sin cabeza sólo hay un 1% de los milaneses", concluyó.
"Milán es una bomba"
Su reacción, indignada, fue lógica. Sobre todo porque la lucha contra el Covid-19 continúa –aunque se ha frenado, el contagio sigue- y sobre todo en Lombardía que hoy, por segundo día consecutivo, según los datos de Protección Civil, con 634 nuevos casos positivos detectados en 24 horas superó lo que se considera el umbral de seguridad diario, de 500 casos.
No por nada Massimo Galli, jefe de enfermedades infeccionas del hospital Sacco de esta ciudad, en una entrevista con el diario La Repubblica advirtió que "Milán es una bomba de tiempo porque muchos estuvieron encerrados en casa con la enfermedad". "Tenemos un número altísimo de infectados, que ahora vuelve a circular. Es evidente que son necesarios mayores controles", indicó Galli, que lamentó que algunos interpretaron la "fase 2" como un "piedra libre".
#Navigli- Milano - Lombardia. pic.twitter.com/96f6GUKr95&— Franco Gaddoni (@gaddons) May 8, 2020
"Es una señal de gran peligrosidad porque, en cambio, debería prevalecer la cultura de la responsabilidad para limitar al máximo los daños", indicó este experto, que adelantó que de volver a dispararse el contagio con las reaperturas, no sólo zonas de Lombardía podrían volver a cerrarse, sino también de los vecinas Piamonte y Emilia Romagna.
Más allá de los llamados de atención de los epidemiólogos por la posibilidad de nuevos brotes, muchas regiones de Italia, aplastadas por la crisis económica provocada por dos meses de parálisis, insisten en volver a reabrir todo ya. Así, el Trentino Alto Adige y el Friuli Venezia Giulia, que tienen cierta autonomía, anunciaron que a partir de mañana abrirán negocios al por menor y este lunes peluquerías, bares, restaurantes y museos, asegurando los protocolos de seguridad correspondientes.
En Roma, donde los negocios de ropa sólo podrán reabrir el 18 de mayo, ya podían verse algunos –pocos– transgresores abiertos.
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