Coronavirus: Sicilia se rebela contra la "invasión" de inmigrantes
ROMA.- Como si no alcanzara con los números de la pandemia que siguen creciendo, atribuidos en su mayoría a jóvenes que se infectaron durante las vacaciones de verano, el gobierno italiano se enfrenta ahora a otro dolor de cabeza: la rebelión de Sicilia a la "invasión" de inmigrantes, intolerable en tiempos de Covid-19.
Nello Musumeci, el gobernador de la isla del sur de Italia cuyas costas suelen ser el primer puerto de entrada de miles de desesperados provenientes del norte de África, en efecto, pateó el tablero y dijo "basta". Con una ordenanza, decretó el cierre, evacuación y expulsión de todos los inmigrantes que se encuentran en los diversos centros de acogida de la isla antes de "las 24 horas del 24 de agosto". Los migrantes deberán ser trasladados "a otras estructuras fuera del territorio de la región siciliana, no habiendo sido posible garantizar la estadía en la isla dentro del respeto de las normas sanitarias de prevención del contagio", decretó la medida, que también pasó a prohibir el ingreso, tránsito y estadía en la región de cualquier migrante que alcance las costas sicilianas.
"Sicilia no puede ser invadida mientras Europa mira para otro lado y el gobierno no pone en marcha ninguna repatriación", clamó Musumeci, de centroderecha. La ordenanza fue enseguida rechazada por el Ministerio del Interior, que aclaró que no tiene ninguna validez porque el tema de los flujos migratorios es de competencia estatal y no regional.
Pese a ello y entablando un verdadero duelo con el gobierno de Giuseppe Conte, que impugnará la ordenanza, Musumeci insistió con su idea de echar a todos los migrantes, alegando que como se trata de un tema sanitario relacionado con la pandemia, sí tiene competencia. "Yo sigo adelante. Respeto las instituciones, pero pretendo también respeto para la gente. Desde Roma no obtuvimos otra cosa que silencio sobre el estado de emergencia reclamado para la isla de Lampedusa hace dos meses, sobre los protocolos sanitarios para aplicar, sobre las repatriaciones que deberían haber comenzado el 10 de agosto, de las que no se habla más y sobre el puente aéreo para los negativos", protestó el gobernador. "La competencia sobre la inmigración es del Estado, pero las normas anti-Covid no son respetadas. La materia sanitaria es de la región y si a medianoche no será puesta en acto la ordenanza, nos apelaremos a la magistratura", advirtió.
Su rebelión fue por supuesto muy aplaudida por toda la oposición al gobierno de Conte, que se basa en una alianza entre el Partido Democrático (PD), de centroizquierda y el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E).
"Lo felicité a Musumeci porque es justo echar a los clandestinos", dijo el exministro del Interior y líder de la derechista y xenófoba Liga, Matteo Salvini. "Bien Musumeci, Sicilia no puede ser un campo de refugiados, hace falta un bloqueo naval", le hizo eco Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, agrupación de derecha en alza.
La presión migratoria sobre Sicilia es alta, empezando por la pequeña isla de Lampedusa — que queda más cerca de Túnez que de Italia-, símbolo del drama de los refugiados que mueren en el Mediterráneo. El centro de acogida de la isla — que fue visitada por el papa Francisco en julio de 2013, en su primer viaje del pontificado-, se encuentra colapsado, con 1200 personas hacinadas en un lugar que tiene capacidad para 192.
En julio pasado, en plena nueva oleada de desembarcos, fugas masivas de migrantes desde algunos centros crearon caos en la isla, por temor a contagios de Covid-19. Para calmar la situación, que enfureció a Musumeci, el gobierno decidió el envío de militares y de naves donde los inmigrantes, de ser positivos, pueden hacer cuarentena.
Aunque Musumeci hace un días aseguró que el 40% de los contagiados de la isla eran migrantes, según La Repubblica los brotes más recientes que hubo en Sicilia no fueron importados por ellos — solo hubo 33 casos en los 209 llegados en los últimos cinco días-, sino por sicilianos que regresaron de vacaciones. La Repubblica también destacó que la rebelión de Musumeci también tiene que ver con su campaña electoral en vista de las elecciones regionales de 2022, en las que busca la reelección.
Más allá de esto, el objetivo del gobierno es organizar traslados de migrantes que hay en Sicilia no solo a centros de acogida de otras regiones, sino también de otros países de Europa. Aunque el temor es que la situación se vuelva cada vez más difícil de manejar visto al creciente aumento de contagios en todo el país, que en los últimos dos días registró más de 1000 nuevos casos diarios, cifra que no se daba desde principios de mayo, que los expertos atribuyen en su mayoría a jóvenes que regresan de vacaciones descontroladas.
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