Para sus creyentes, la Iglesia de Jesús Shincheonji, Templo del Tabernáculo del Testimonio, era el centro de la salvación del mundo, el lugar elegido para el regreso del Mesías, el pasaporte directo de Corea del Sur al paraíso.
Pero ahora, la controversial secta que cree que Cristo ya está de vuelta y que es nada menos que el pastor de su congregación (Lee Man-hee) vive unos momentos de crisis que van más allá de la fe.
Desde la semana pasada es el epicentro de la epidemia surcoreana de coronavirus, la segunda más grande en todo el mundo después de China.
Datos oficiales indican que alrededor de 9.300 miembros de Shincheonji fueron aislados y serán sometidos a pruebas para detectar la potencial presencia del coronavirus.
Según las autoridades del país asiático, en los servicios religiosos en la ciudad de Daegu, en el sudeste, los feligreses probablemente se infectaron unos a otros y luego se desplegaron por todo el país, aparentemente sin ser detectados.
Este lunes, Lee Man-hee, se disculpó: "Aunque no fue intencionado, mucha gente se infectó. Hicimos todo lo que pudimos pero no pudimos prevenirlo".
Se estima que el 60% de los 4.000 casos de coronavirus en el país son miembros de la secta.
Comunidades eclesiales en otros lugares en Asia también han sido señaladas de convertirse en núcleos de propagación del virus, aunque en cantidades mucho menores que en Corea del Sur.
¿Qué se sabe de esta secta que genera polémica desde hace tiempo en el país asiático?
Una secta controversial
Oficialmente llamada la Iglesia Shincheonji de Jesús, el Templo del Tabernáculo del Testimonio, el grupo fue fundado en la década de 1980 y afirma tener cerca de 250.000 seguidores.
El culto se centra en la personalidad de su fundador y presidente, Lee Man-hee (1931), quien asegura que Jesucristo se apareció ante él como una "brillante figura celestial".
En la página oficial del grupo, se presenta a Lee como el "Pastor Prometido" mencionado en la Biblia como la segunda venida del Mesías.
Las creencias del grupo se basan en la idea de que la Biblia está escrita en metáforas y que solo Lee puede interpretarlas correctamente.
Según la corresponsal de la BBC en Corea del Sur, Laura Bicker, es común entre los miembros de Shincheonji ocultar su pertenencia a la secta, dado que no es popular en el país.
Sus formas de asociación, los rituales que practican y el culto a la personalidad de Lee la han ubicado a través de los años en el centro de varias controversias, según medios surcoreanos.
Iglesias cristianas de otros países, como India o Reino Unido, han cuestionado en numerosas ocasiones al grupo y han alertado que aleja a sus miembros de sus familias y hasta trabajos para que se enfoquen en el estudio de las enseñanzas de Lee.
Epicentro de la epidemia
Los funcionarios de salud creen que una creyente de la secta, de 61 años y que dio positivo al virus la semana pasada, fue una de las primeras personas en infectarse en Corea del Sur.
La paciente inicialmente se negó a ser trasladada a un hospital para hacerse la prueba y se sabe que asistió a varias reuniones de la iglesia antes de ser detectada.
De acuerdo con los médicos, cualquier reunión grande en un espacio confinado al que hubiera asistido, como un servicio religioso, probablemente habría provocado más infecciones.
"El virus se aprovecha de nuestros hábitos e interacciones sociales", aseguró a la BBC el doctor Leong Hoe Nam, especialista en enfermedades infecciosas.
El director del Centro de Control de Enfermedades de Corea del Sur, Jung Eun-kyeong, sugirió en una conferencia de prensa "la posibilidad de que muchas personas sentadas juntas en un espacio muy reducido durante un servicio por más de una hora" habría llevado a "unos pocos que estuvieron expuestos a infectar a muchos otros".
"Puede haber prácticas dentro de una iglesia, como llorar o cantar, que fomentan la transmisión a través de la saliva o las lágrimas", agregó.
Además, según Bicker, los feligreses del culto suelen ver la enfermedad como una debilidad, de ahí que muchos de sus miembros hayan podido ocultar los síntomas en un inicio.
El líder del grupo, por su parte, aseguró en un comunicado que la enfermedad era una "prueba de Satanás" y que solo demostraba que eran los verdaderamente elegidos por dios para vencer el mal.
La iglesia indicó que estaba cooperando "plenamente" con las autoridades y que entregaron una lista completa de sus miembros.
Sin embargo, el martes, la policía allanó una de las oficinas del templo tras descubrir que algunos nombres habían quedado fuera del listado.
La controversia
El hecho de que gran parte de los casos se hayan registrado en la congregación ha llevado a muchos en Corea del Sur a pedir la disolución de la iglesia Shincheonji.
Más de 552.000 personas han firmado una petición en línea al respecto desde el sábado, luego de que se presentara una solicitud en el sitio web de la oficina presidencial.
"Shincheonji contribuyó significativamente al fuerte aumento en el número de pacientes en Corea", afirmó a la BBC Won Suk-choi, de la división de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Corea.
El experto, sin embargo, considera que "la situación actual" del país "puede suceder en cualquier parte del mundo".
El grupo, por su parte, cuestionó lo que considera "información falsa" sobre ellos, especialmente los reportes que los señalan de ser "el principal culpable de la propagación del virus en referencia a nuestro estilo de servicio inusual".
Medios y expertos surcoreanos han señalado que el hecho de que durante los servicios se le pida a los miembros que se sienten y se arrodillen muy cerca unos de otros puede haber facilitado la propagación del virus.
En criterio del grupo, el hecho de realizar sus ritos así responde a intentos de "maximizar el número de ocupantes en nuestro pequeño espacio".
Cómo es la situación en Corea del Sur
Según la corresponsal de la BBC, el país vive la epidemia con gran temor, especialmente entre familiares de personas en edad avanzada que se encuentra en la ciudad más afectada, Daegu.
Sin embargo, Bicker señala que también existe una "aceptación resignada" y muchos surcoreanos creen que el país estaba bien preparado para este brote.
Los médicos y los hospitales han estado en espera durante semanas y las autoridades dan reportes dos veces por día con mapas detallados sobre los lugares donde se reportan nuevos casos.
Ya se registraron 28 muertos.
También envían mensajes de texto que alertan a los residentes sobre casos confirmados en su área que explican dónde han estado y cuándo los nuevos infectados.
A diferencia de otros lugares, como Hong Kong o Singapur, en Corea del Sur no se habían reportado compras masivas motivadas por el temor a la enfermedad.
Sin embargo, cuando las tiendas en Daegu anunciaron que llegaban máscaras, miles de personas hicieron cola durante horas con la esperanza de obtener una.
BBC MundoTemas
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