Coronavirus. Se agudiza el conflicto por las vacunas: ira de la UE con AstraZeneca
PARÍS.– Furiosa, la Unión Europea (UE) exigió este miércoles a la empresa farmacéutica sueco-británica AstraZeneca cumplir con la cantidad de vacunas prometidas, aun si las mismas deben provenir de sus plantas instaladas en el Reino Unido. El nuevo traspié complica aun más la ya difícil campaña de vacunación de los 448 millones de europeos.
"Los 27 miembros de la UE exigen que AstraZeneca respete los compromisos que asumió en el acuerdo firmado", declaró ayer la comisaria europea para la Salud, Stella Kyriakides, visiblemente indignada.
Ese acuerdo, concluido en agosto por la UE con AstraZeneca, prevé la compra de 300 millones de dosis, con opción por 100 millones más. Pero la empresa anunció el 22 de enero una reducción del 60% en los cuatro primeros meses del año, debido a problemas de producción en sus plantas europeas de Holanda y Bélgica.
Varios países europeos hacen frente a un descontento popular creciente debido a sus estrategias de vacunación, juzgadas demasiado lentas. Por el momento, los gobiernos solo pueden proponer las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, las únicas autorizadas por las autoridades sanitarias europeas. La luz verde a la de AstraZeneca, esperada para este viernes, debía permitir aliviar esa tensión.
Bruselas consideraba a AstraZeneca como su socio más seguro en la lucha contra la pandemia. Por eso fue el primer laboratorio con el cual firmó un contrato de compra.
La UE juzgó que esa vacuna era más barata y más fácil de conservar que las de Pfizer-BioNTech y Moderna, que exigen temperaturas de entre -20°C y -70°C. AstraZeneca, veterano en la industria farmacéutica, tiene además mucha más experiencia en la producción masiva de vacunas o medicamentos que las otras dos empresas, nacidas después de 2000.
De allí la violenta reacción que llevó a los responsables del bloque a exigir una justificación al laboratorio. Según la Comisión Europea (CE), las explicaciones de AstraZeneca no habrían sido satisfactorias ni suficientemente claras. Los europeos sospechan que la empresa favorece a Gran Bretaña, que no tiene –es verdad– ningún problema de aprovisionamiento.
La CE amenazó incluso con practicar inspecciones en las dos plantas de AstraZeneca en Holanda y en Bélgica e imponer un sistema de control de las exportaciones.
Ante la escalada de tensión, el presidente de la empresa farmacéutica, Pascal Soriot, dio este miércoles una entrevista a la prensa europea en la que sugirió que la culpa la tuvo la UE, que hizo su contrato "tres meses después que Gran Bretaña".
"También hubo problemas con el Reino Unido, pero tuvimos más tiempo para resolverlos", aseguró.
Kyriakides calificó esa afirmación de "incorrecta e inaceptable".
"La lógica del primero que llega es el primero en ser atendido puede funcionar en una carnicería de barrio, pero no en un contrato, y mucho menos en acuerdos de compra", asestó, y agregó que las dos plantas que el grupo sueco-británico tiene en el Reino Unido –además de las dos que tiene en Europa– "forman parte del acuerdo" firmado con el bloque, de modo que la cantidad de dosis previstas deben ser entregadas a tiempo.
En respuesta a las amenazas de juicio lanzadas por Italia, Soriot sugirió que Bruselas interpretó mal el contrato firmado. "Nuestro compromiso es claro: afirmamos que haríamos ‘nuestro mayor esfuerzo’ para respetar los objetivos", dijo. En otras palabras, AstraZeneca no tendría ninguna obligación de entregar los 80 millones de dosis en el tiempo previsto.
Por su lado, al intervenir en el debate, un vocero del gobierno británico advirtió que su país "espera que los contratos sean respetados".
"AstraZeneca se comprometió a entregar dos millones de dosis por semana al Reino Unido y esperamos que eso no cambie", dijo.
Reducción
La UE, que debería aprobar la vacuna de AstraZeneca esta semana, esperaba distribuir hasta fin de marzo 80 millones de dosis en sus 27 países. Esa cantidad, según algunas fuentes, podría reducirse a solo 31 millones, es decir a 60% menos, en los primeros cuatro meses del año.
Pero ese no es el único tropiezo que obstaculiza el normal desarrollo de la campaña de vacunación en el bloque: Pfizer-BioNTech tampoco consiguió entregar la totalidad de los 12,5 millones de vacunas previstas para fines de 2020 debido a la necesidad de aumentar la capacidad de producción de su planta de la ciudad belga de Puurs.
Ante la situación de emergencia, Sanofi aceptó sin embargo colaborar con Pfizer, su principal competidor, al poner a disposición su planta de Fráncfort, en Alemania, donde espera poder acondicionar 100 millones de dosis de esa vacuna antes de fin de año.
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