Coronavirus: los resultados decepcionantes de una vacuna china, un revés para los países en desarrollo
NUEVA YORK.- Los científicos de Brasil han degradado la eficacia de una vacuna china contra el coronavirus que aclamaban como un gran triunfo la semana pasada, disminuyendo las esperanzas de una inyección que podría producirse rápidamente y distribuirse fácilmente para ayudar al mundo en desarrollo.
Funcionarios del Instituto Butantan en San Pablo dijeron el martes que un ensayo realizado en Brasil mostró que la vacuna CoronaVac, fabricada por la empresa con sede en Pekín Sinovac, tenía una tasa de eficacia de poco más del 50%. Esa tasa, ligeramente por encima del punto de referencia que la Organización Mundial de la Salud ha dicho que haría que una vacuna sea efectiva para uso general, estuvo muy por debajo del nivel del 78% anunciado la semana pasada.
Las implicaciones podrían ser significativas para una vacuna que es crucial para la diplomacia sanitaria global de China. Al menos 10 países han ordenado más de 380 millones de dosis de la inoculación de Sinovac, CoronaVac, aunque las agencias reguladoras aún no la han aprobado por completo.
Un alto funcionario de Hong Kong, una región administrativa especial de China que ya había ordenado CoronaVac, dijo el miércoles que un panel asesor revisaría estrictamente la vacuna en función de los datos de los ensayos clínicos antes de que se lanzara allí.
"Los países que han pedido las vacunas fabricadas en China probablemente cuestionarán la utilidad de estas vacunas", dijo Yanzhong Huang, investigador principal de salud global en el Consejo de Relaciones Exteriores y experto en atención médica en China.
"Los países con partidos de oposición podrían usar esto para desafiar la decisión tomada por el gobierno en funciones, y eso probablemente tendrá implicaciones políticas internas en estos países", dijo Huang.
Sinovac no respondió a múltiples solicitudes de comentarios.
Durante meses, los funcionarios chinos habían dicho que las vacunas fabricadas por Sinovac y Sinopharm, un fabricante de vacunas de propiedad estatal, serían herramientas importantes para combatir la pandemia en los países más pobres que no cuentan con amplias infraestructuras de atención médica. A diferencia de las vacunas fabricadas por las farmacéuticas estadounidenses Pfizer y Moderna, no es necesario congelarlas.
Las vacunas Oxford-AstraZeneca y Johnson & Johnson, que se pueden refrigerar y son más efectivas que sus contrapartes chinas, podrían proporcionar una alternativa. Pero ahora no está claro si los gobiernos que compraron CoronaVac pueden desechar sus acuerdos y recurrir a otros.
CoronaVac, a diferencia de algunas de las otras vacunas, se basa en una tecnología más antigua que utiliza productos químicos para debilitar o matar el virus, que luego se coloca en una vacuna para provocar anticuerpos en el receptor. Pero el proceso de matar el virus puede debilitar la potencia de una vacuna, lo que resulta en una respuesta inmune que podría ser más corta o menos efectiva.
La menor eficacia anunciada el martes significaría que los países que usan la vacuna de CoronaVac tardarían más en alcanzar la "inmunidad colectiva", el punto en el que suficientes personas son resistentes al virus (aproximadamente el 70%, según han dicho muchos científicos) que ha sido vencido en una población. Por el contrario, se ha demostrado que las vacunas fabricadas por Moderna y Pfizer-BioNTech tienen una tasa de eficacia de alrededor del 95%.
"Esta fue una de las razones por las que los estadounidenses y los europeos no optaron por esta tecnología más antigua", dijo John Moore, experto en vacunas de la Universidad de Cornell. "Un Ford Modelo T bien mantenido probablemente te llevaría de Wuhan a Beijing, pero personalmente preferiría un Tesla".
La agencia reguladora de la salud de Brasil, Anvisa, está revisando los datos del ensayo, que se basó en voluntarios que son profesionales de la salud. Si Anvisa aprueba el uso de emergencia de CoronaVac, los funcionarios esperan comenzar a administrar vacunas en Brasil a fines de este mes. Tiene aproximadamente 10,8 millones de dosis de CoronaVac disponibles. La semana pasada, el ministro de salud de Brasil, Eduardo Pazuello, dijo que el gobierno tenía la intención de comprar 100 millones de dosis de CoronaVac.
Natalia Pasternak, microbióloga y presidenta del Instituto Questão de Ciência, una organización no gubernamental brasileña, dijo a los periodistas el martes que los resultados del ensayo significaban que no sería una panacea.
"No es la mejor vacuna del mundo", dijo en la conferencia de prensa durante la cual se dio a conocer la tasa de eficacia. Pero ella la llamó una "vacuna perfectamente aceptable" que conduciría a que menos pacientes desarrollen casos graves o mueran a causa del virus.
Dimas Covas, director del Instituto Butantan, calificó la vacuna como una herramienta "excelente" que "espera ser utilizada en un país donde actualmente mueren 1000 personas por día".
Muchos de los países que han pedido CoronaVac son relativamente pobres, desesperados por detener la pandemia y proteger a sus poblaciones.
Indonesia, por ejemplo, ha pedido 125,5 millones de dosis de CoronaVac. El país ha reportado casi 850.000 casos de coronavirus y casi 25.000 muertes, las cifras más altas en el sudeste asiático.
El miércoles por la mañana, a su presidente, Joko Widodo, le inyectaron CoronaVac en la televisión en vivo, dando inicio a un programa nacional de vacunación. "La vacunación contra la Covid-19 es importante para que podamos romper la cadena de transmisión de este coronavirus y brindar protección a la salud de todos nosotros", dijo Joko después de recibir su vacuna.
Sulfikar Amir, profesor asociado indonesio de sociología de desastres en la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, dijo que los últimos resultados de Brasil son motivo de preocupación.
"¿Por qué Indonesia no espera una vacuna mejor?" preguntó. "Mi impresión es que esto es apresurado y forzado".
A corto plazo, algunos países podrían tener pocas opciones viables. Los gobiernos, muchos de ellos en países más ricos, ya han acaparado más de la mitad de las dosis que podrían llegar al mercado a fines del próximo año.
Para su ventaja comparativa, Sinovac tiene una inmensa capacidad de fabricación. La compañía ha dicho que puede producir 600 millones de dosis este año.
En China, los datos de eficacia más débiles de Brasil podrían ser un revés para las ambiciones biotecnológicas del país. Había puesto sus esperanzas en hacer una vacuna Covid-19 que puliría sus credenciales como potencia científica mundial.
The New York Times
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