El relajamiento de la cuarentena profundiza las grietas en varios países
LONDRES.- A medida que el miedo a la devastación económica choca con los temores a una segunda oleada de contagios, en muchos países se van profundizando las divisiones políticas y regionales sobre la velocidad con que deberían relajarse las restricciones y cuarentenas impuestas por el coronavirus.
En Francia, los alcaldes se resisten a acatar el llamado del gobierno a reabrir las escuelas, mientras que los gobernadores italianos reclaman que sea Roma la que arranque con las medidas de apertura. Y ahora que el gobierno británico evalúa la reapertura de la economía, el líder escocés Nicola Sturgeon advierte que adelantarse demasiado puede volver a causar desastres ."En esta fase de la pandemia, cualquier flexibilización significativa de las restricciones sería muy, pero muy peligrosa", declaró.
Mientras tanto, el daño económico en todo el mundo sigue aumentando. El gobierno estadounidense de Donald Trump anunció que tan solo la semana pasada recibieron 3,2 millones de solicitudes de seguro de desempleo de trabajadores despedidos: el total de las últimas siete semanas alcanza a 33,5 millones de nuevos desempleados. Se espera que el índice de desocupación del mes de abril que se conocerá el viernes puede rozar el 16%, un número nunca visto desde la Gran Depresión de la década de 1930.
La empresa Neiman Marcus, nacida hace 112 años, acaba de presentar la quiebra y es la primera cadena de shoppings de lujo que cae víctima de la pandemia. Y el Banco de Inglaterra proyectó que la economía británica se contraerá un 14% durante este año, la mayor caída desde 1706, cuando Europa estaba entrampada en la Guerra de Sucesión Española.
En Gran Bretaña, donde el número oficial de fallecidos supera los 30.000, solo detrás de Estados Unidos, el primer ministro Boris Johnson extendió hoy las restricciones que ya llevan seis semanas, con una flexibilización social y económica "muy limitada" a partir de la semana que viene. Johnson anunció que su gobierno actuará "con máxima cautela" para impedir una segunda ola de contagios.
Mientras los gobiernos del mundo se desvelan para decidir cuándo volver a encender sus economías, el gobierno de Trump acaba de cajonear un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) con recomendaciones paso a paso para que las autoridades locales sepan cuándo y cómo reabrir los restaurantes y otros lugares públicos.
Ese informe de 17 páginas con instrucciones y precauciones iba a ser difundido el viernes pasado, pero los científicos de los CDC fueron advertidos que el documento "no verá jamás la luz del día", según funcionarios de ese organismo.
En Francia, más de 30 alcaldes de la región parisina le reclamaron al presidente Emmanuel Macron que postergue la reapertura de las escuelas, prevista para el lunes próximo. Son muchos los alcaldes que ya se negaron a reabrir las escuelas, y muchos padres aseguran que mantendrán a sus hijos en casa aunque las escuelas vuelvan a funcionar.
Los alcaldes franceses dicen que el momento "no es ni oportuno ni realista",y aseguran haber sido presionados para tener listas las escuelas, aunque no tengan ni el personal ni el equipamiento para hacerlo en las nuevas condiciones que impone la pandemia. Se quejan de que los lineamientos del gobierno son confusos y llegan tarde.
Pero los gobiernos centrales también enfrentan presiones para reabrir y reactivar la economía de sus países, que está en hibernación desde hace semanas. Los gobernadores de las regiones de Italia ya están presionando para que los dejen abrir los negocios y restaurantes, apenas días después de que el país empezara a flexibilizar su cuarentena de dos meses, permitiendo que unos 4,5 millones de personas vuelvan a sus fábricas y oficinas.
Los gobernadores quieren presentar a consideración sus propios planes de reapertura, pensados a medida de acuerdo a la tasa de contagios y a las necesidades económicas de cada región. Después del sonoro reclamo de los obispos de la Iglesia Católica, el premier Italiano Giuseppe Conte anunció que la celebración de misas se retomará a partir del 18 de mayo.
En España, el apoyo al gobierno central está cayendo en picada, después de siete semanas de cuarentena estricta, y algunas regiones y partidos opositores reclaman el levantamiento del estado de emergencia decretado el 14 de marzo. Desde Madrid, el gobierno central argumenta que es demasiado pronto.
Algunos de los 16 poderosos gobiernos regionales de Alemania están más impacientes que otros para que reabran ciertos rubros, como los restaurantes y los hoteles. Durante una reunión con la canciller Angela Merkel , acordaron que los gobernadores tendrán amplios márgenes de decisión sobre cuándo abrir otros sectores de la economía. También tendrán que reimponer restricciones si los contagios se disparan en sus jurisdicciones.
En Rusia, donde el número de nuevos contagios está creciendo aceleradamente, el presidente Vladimir Putin delegó el control de la cuarentena y otras restricciones en los gobiernos regionales, con lo cual rigen grandes diferencias en las distintas partes del país.
Mijail Vinogradov, director del centro de estudios St. Petersburg Politics, dice que el Kremlin está enviando un mensaje confuso que a los gobernadores regionales les cuesta descifrar: Moscú quiere derrotar al virus, pero también alienta una flexibilización de la cuarentena. Esa contradicción también es evidente en Estados Unidos, donde la mitad de los 50 estados están relajando las restricciones, para alarma de los funcionarios de salud.
"Si relajamos las restricciones sin haber instalado las salvaguardas sanitarias adecuadas, los casos lamentablemente se multiplicarán, y también las muertes", dice Josh Michaud, subdirector de política sanitaria global de la Fundación Familia Kaiser, de Washington.
Los investigadores acaban de duplicar sus proyecciones de muertos en Estados Unidos: ahora esperan 134.000 fallecidos para principios de agosto. Hasta el momento, en Estados Unidos se han registrado 70.000 decesos por Covid-19, con 1,2 millones de casos confirmados.
China, donde se manifestó el virus a fines del año pasado, reportó en la jornada de hoy solo dos casos nuevos y aseguró que actualmente el país entero tiene bajo riesgo de nuevos contagios. Hace más de tres semanas que China no reporta nuevas muertes por Covid-19.
El distanciamiento social estricto también parece haber derrotado el brote del virus en Nueva Zelanda, donde la primera ministra Jacinda Ardern ahora evalúa relajar el confinamiento para permitir reuniones de hasta 100 personas y eventos deportivos profesionales sin público.
Pero Ardern pidió no bajar la guardia. "Estábamos en la cima del Everest y ya logramos bajar hasta la mitad", dijo. "Me imagino que nadie quiere hacer dedo de vuelta hasta la cima".
Agencia AP
Traducción de Jaime Arrambide
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