Coronavirus: por qué el largo del pelo de Trudeau se convirtió en un debate nacional
TORONTO - Es rebelde, es fascinante. La cabellera del primer ministro canadienseJustin Trudeau ha sido durante mucho tiempo un tema de conversación, diversión y motivo de adulación en Canadá . Pero tres meses después del inicio de la pandemia de coronavirus en los que ha aparecido día tras día en sesiones informativas televisadas para responder preguntas, y quitarse el flequillo de la cara, los comentarios sobre la melena de Trudeau se convirtieron en un deporte nacional.
Los canadienses escriben cartas al editor y hasta se hacen columnas periodísticas sobre el tema. Hay videos con variados estilos de música en YouTube de cuando Trudeau se acomoda el cabello, y también de su barba que comenzó a crecer antes de la pandemia. Uno de los videos ya acumula más de 265.000 visitas.
Trudeau podrá ser el primer ministro, pero está cumpliendo las mismas reglas que gran parte de su desaliñada nación, y no se está cortando el cabello en sintonía con los residentes de Ontario, la provincia más poblada, y los de Montreal, que desde que comenzó la pandemia tienen prohibido visitar peluquerías y barberías.
Aún así, Trudeau es un maestro del cuidado de la imagen, y la mayoría de la gente cree que hay una cuestión política detrás.
"Una cosa que entiende muy bien Trudeau es la importancia del simbolismo en un líder", dijo Peter Donolo, director de comunicaciones de un exprimer ministro liberal, Jean Chrétien, y ahora vicepresidente de una empresa de relaciones públicas y lobby.
A diferencia de los estadounidenses, los canadienses exigen que sus líderes sean gente común, sin ventajas ni tratos especiales o favores. Cuando se descubrió que otro primer ministro, Stephen Harper, le pagó a un estilista para que lo maquillara y lo peinara, el país rugió de burla e ira.
Trudeau, por ejemplo, da sus conferencias informativas en el frente de su casa de ladrillo rojo, relativamente modesta, que no es la residencia oficial del primer ministro. El frente de su casa luce cada semana más desprolijo porque no está dispuesto a gastar decenas de millones de dólares de los contribuyentes para arreglarlo.
"¿Se imagina la cobertura mediática negativa que tendría si tuviera acceso especial a alguien para que le cortara el pelo mientras nosotros no podemos?" preguntó Alex Marland, profesor de ciencias políticas en la Universidad Memorial en St. John's, Newfoundland.
Durante tres meses, Trudeau brindó sesiones informativas sobre el coronavirus hasta siete veces por semana, hablando de forma directa a una audiencia cautiva. Para muchos, en esas conferencias su cabellera es como un gráfico que documenta la cantidad de días que los canadienses llevan bajo encierro.
Katy Jean, una madre que cumple la cuarentena en su casa de Dartmouth, Nueva Escocia, vio todas menos dos de las sesiones informativas de Trudeau desde el 16 de marzo. Ella califica al premier de "hermoso" en sus tuits, y ya publicó varios gifs del momento en que Trudeau se acomoda el cabello.
You're welcome pic.twitter.com/iZWJcwnpMb&— Katy Jean (@katynotie) June 11, 2020
"No lo hace cuando habla, sino cuando piensa", dijo luego de varios días de intensa observación. "También noté que lo hace con la mano izquierda, aunque es diestro".
Jean dijo que no votó por Trudeau, quien fue reelegido con una minoría en el Parlamento por su partido el año pasado. Pero ella y muchos otros canadienses piensan que ha hecho un buen trabajo manejando la crisis de la pandemia, según las encuestas.
Este viernes, las peluquerías y los salones de belleza reabrirán en Ottawa, la capital del país. La pregunta es: ¿se cortará el pelo al primer ministro o seguirá sufriendo en solidaridad con los votantes en las zonas de Canadá donde las peluquerías permanecen cerradas?
The New York Times
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