Coronavirus: pronóstico reservado para los países más vulnerables ante el avance de la pandemia
JOHANNESBURGO.- El nuevo coronavirus va cobrando fuerza en los países más pobres del mundo, que se suman a esta batalla con menos armas que las naciones desarrolladas, algunas de las cuales lograron mitigar la pandemia en sus fases iniciales.
Desde Venezuela hasta Paquistán y la República Democrática del Congo, y casi todos los países en vías de desarrollo, en los últimos días confirmaron una escalada de casos de Covid-19, señal que los expertos sanitaristas atribuyen a un avance exponencial de los contagios.
"Si queremos evitar una catástrofe humana de enormes proporciones, debemos tomar medidas extraordinarias", dijo Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, una de las naciones más golpeadas por la epidemia de sida en la década de 1980. El lunes a la noche, en su mensaje al país, Ramaphosa anunció una cuarentena nacional de 21 días con despliegue de fuerzas militares para garantizar su cumplimiento.
Hasta el miércoles, Sudáfrica , con 56 millones de habitantes, tenía 709 casos confirmados de coronavirus, una cifra que según el gobierno se sextuplicó en una semana y que sin tomar decisiones drásticas podría dispararse a cientos de miles de infectados.
El martes, el primer ministro de laIndia, Narendra Modi , también ordenó un virtual cierre del país a través de un mensaje televisivo: "Se los ruego, no salgan de sus casas."
China , donde se desató el brote, contaba con su poderoso Estado para contrarrestar el embate del virus. Corea del Sur pudo reaccionar rápidamente gracias a que tiene una economía tecnológicamente muy sofisticada. Y Occidente, a pesar de sus problemas, cuenta con sólidos sistemas de salud e instituciones sanitarias muy consolidadas para combatir la propagación del contagio.
Pero las regiones más pobres del planeta -África, partes de América Latina , y el Sudeste y Sur de Asia- arrancan con pocas de esas ventajas. Sus sistemas de salud y redes de contención social para combatir el virus no solo corren riesgo de colapsar, sino que la pandemia ya los encuentra desbordados.
Como están fuera de las principales rutas del comercio internacional, esos países tuvieron inicialmente un bajo índice de infectados, pero ahora las cifras se dispararon.
En Paquistán, un país de 210 millones de habitantes con un ingreso diario per cápita de 3,5 dólares, los casos confirmados aumentaron súbita y exponencialmente, en parte debido a su proximidad con Irán , un país de ingresos medios, azotado por el virus. Hasta el miércoles a la mañana, los casos en ese país se habían duplicado en cuatro días, hasta llegar a los 991 infectados, según cifras oficiales, una tasa de crecimiento que según los expertos revela una espiral de propagación del virus.
Según una evaluación interna del gobierno paquistaní, si no se toman medias para frenar el contagio, podrían llegar a registrarse 20 millones de casos.
Según la Unión Africana, para este miércoles el número de casos en toda África había superado los 2400 en 43 países, el triple de casos -y en un 25% más de países- que el viernes pasado. El sábado, la Unión Africana difundió un relevamiento de los primeros 40 días de la pandemia que sugiere que África sigue la misma trayectoria que los países europeos, donde estalló el virus.
En una docena de países africanos ya se registran contagios intracomunitarios, la fase donde la enfermedad se propaga velozmente entre la población local si no se toman medidas masivas para frenarla, como la cuarentena o el distanciamiento social.
Los casos en la India casi se quintuplicaron, de los 114 del 16 de marzo a los 562 confirmados este miércoles. Las proyecciones dan que si no toma medidas para mitigarlo, antes de fines de julio la India tendría entre 300 y 400 millones de casos, según Ramanan Laxminarayan, director del Centro de Dinámica, Economía y Política Sanitaria, un grupo de expertos con sedes en Washington y Nueva Delhi. El experto dice que tras el anuncio del martes de una cuarentena de 21 días, esas cifras podrían reducirse en un 80 o 90%, dependiendo del nivel de acatamiento.
La India "recién está en la primera etapa de la avalancha", dice T. Jacob John, profesor jubilado de virología de la Escuela Cristiana de Medicina de Vellore, en la India.
Factores mitigantes
Sin embargo, no es inevitable que el coronavirus tenga un peor impacto en el mundo en desarrollo. En los países más pobres existen ciertos factores que incluso podrían mitigar sus efectos. África tiene la población más joven del planeta -según Naciones Unidas, la edad promedio es de 20 años-, y las poblaciones del Sur de Asia son casi igualmente jóvenes. Cabe recordar que la tasa de letalidad del Covid-19 aumenta exponencialmente en pacientes mayores de 65 años. También existe la esperanza, aunque no evidencia, de que los climas cálidos en general frenan el avance de los virus, como ocurre en los meses de verano con la gripe común.
Algunos de esos países cuentan además con fuerzas militares numerosas que pueden ayudar a controlar el cumplimiento de las medidas de mitigación. Los militares de Sudán y Sudáfrica, por ejemplo, estarán en las calles durante la cuarentena. El lunes, Paquistán convocó a sus fuerzas militares, la institución más poderosa del país, para lidiar con la crisis.
La vulnerabilidad que comparte la mayoría de esos países son las gigantescas barriadas y villas urbanas, donde viven millones de personas con pésimas condiciones sanitarias y sin agua corriente ni cloacas. Las prácticas más efectivas y extendidas para combatir el virus, como lavarse las manos con frecuencia, pueden resultar inalcanzables, debido a la escasez de agua potable. Los vecinos de esas barriadas suelen hacinarse en los transportes para llegar a un trabajo que apenas les alcanza para alimentarse y tener un techo. Según datos de Naciones Unidas, unos 587 millones de africanos, casi el 60% de los habitantes urbanos del continente, viven en barriadas o villas miseria.
"Acá el distanciamiento social es impracticable", dice Peter Ndlovu, de camino a la parada de taxis de Diepsloot, un asentamiento informal al norte de Johannesburgo donde viven unas 400.000 personas y casi nadie habla de lo que podría pasar si el virus se instala en el lugar. "Se supone que debemos mantenernos a dos metros de distancia, pero acá vivimos uno encima del otro."
Por otro lado, para muchos de los 70 millones de refugiados estimados que hay en el mundo, las condiciones son aún peores. En más de una docena de países africanos hay inmensos campamentos donde viven hasta 250.000 personas, expuestas permanentemente a las enfermedades y la violencia. Y algunos de esos campos no serían capaces de garantizar la seguridad de los refugiados si el brote del virus intensifica los conflictos internos y los violentos aprovechan la debilidad de la autoridad estatal.
En el Congo, "Hay mucha desinformación sobre el coronavirus en el país, lo mismo que pasó con el virus del ébola", dice Kate Moger, vicepresidenta regional del Comité Internacional de Rescate para el Congo. "Acá muchos siguen creyendo que el coronavirus es un engaño, y eso termina complicando los esfuerzos de ayuda."
Y hay otros países africanos incluso menos preparados para un desafío como el actual: el continente cuenta con un promedio de 2 médicos cada 10.000 habitantes urbanos, según la Organización Mundial de la Salud. En comparación, Italia tiene 41 médicos cada 10.000 habitantes, y así y todo no da abasto.
En Sudán del Sur, devastado por cinco años de guerra civil, el ministro de salud informó que el país cuenta con apenas 24 camas de aislamiento para sus 13 millones de habitantes, y el ministro de salud de Malawi dice tener 25 camas de aislamiento en los hospitales públicos para atender a 17 millones de personas. Según la Asociación de Médicos por los Derechos Humanos de Zimbabwe, el principal hospital de enfermedades infectocontagiosas de Harare, capital del país, directamente no tiene una sola cama de aislamiento.
Burkina Fasso, país asediado por grupos jihadistas, dice no contar con recursos para atender el brote, por más que se haya confirmado la muerte por coronavirus del vicepresidente del Parlamento y el contagio de cuatro miembros del gabinete de ministros.
En muchos países pobres, además, la amenaza de la hambruna se impone sobre el espectro del coronavirus, conspirando contra el distanciamiento social y otras medias de alivio que pueden permitirse las naciones más ricas.
"Si fuese un dirigente de Italia o de Francia, no tendría problema en decretar el toque de queda", dijo Imran Khan, primer ministro de Paquistán, cuando varios gobernadores de su país impusieron cuarentenas en sus provincias, que tiene amplia autonomía. "Pero si no podemos distribuir comida puerta a puerta a los que viven en villas, el toque de queda no sirve."
Shakila Asghar vive en el asentamiento de Gadap, en Karachi, principal ciudad de Paquistán, y trabaja en una fábrica de toallas, donde le pagan por día trabajado. Los que viven como ella pueden permitirse dos o tres días sin ir a trabajar, pero después tienen que volver a su puesto, porque de lo contrario no comen.
"No sé si nos contagiaremos el virus", dice Shakila. "Lo que sí sé es que todos tenemos que comer dos o tres veces al día para no pasar hambre."
The Wall Street Journal
Traducción de Jaime Arrambide
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