A su favor el país tiene que es una potencia en lo que respecta a la fabricación de vacunas; en las últimas horas se confirmó que ya son más de 200.000 los muertos
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“Nunca había visto una situación tan aterradora. No puedo creer que estemos en la capital de India”, afirma Jayant Malhotra a la BBC. “Las personas no reciben oxígeno y mueren como animales”, añade.
Malhotra se encuentra ayudando en un crematorio en Nueva Delhi, la ciudad donde los hospitales están colapsados ante un aumento sin precedentes de infecciones por coronavirus. El país reportó un récord mundial de nuevos casos diarios confirmados por quinto día consecutivo el lunes.
Mientras India sufre por esta última ola, China, EE.UU., gran parte de Europa occidental y partes de África y del sudeste asiático registraron una disminución de las muertes durante las dos semanas anteriores al 25 de abril.
De hecho, algunos países están levantando las restricciones e incluso la Unión Europea llegó a insinuar una reapertura para los viajeros estadounidenses que ya fueron vacunados. Por eso surge la pregunta, ¿puede la terrible situación de India convertirse en un problema importante para el resto del mundo?
¿Qué tan grande es la crisis de India?
En febrero, cuando las muertes por Covid-19 diarias eran de unos cientos y los casos nuevos por día oscilaban alrededor de 12.000, muchos en India tenían razones para creer de que el país había logrado escapar de lo peor de la pandemia. Pero poco a poco comenzaron a ver cómo los contagios reportados aumentaban, llegando a superar los del punto más alto de la primera ola (93.000 por día).
Así se llegó a la crisis actual, tan fulminante que se pasó de 200.000 infecciones confirmadas a mediados de abril a más de 350.000 esta semana. Las muertes también se multiplicaron. Un promedio de 2.336 personas murieron diariamente en la semana que concluyó el 25 de abril, el doble de los fallecimientos en la peor parte de la primera ola.
“India claramente está luchando”, señala el corresponsal de Salud y Ciencia de la BBC, James Gallagher. “El miedo palpable me recuerda al comienzo de la pandemia, cuando el coronavirus aún era una enfermedad desconocida”. “El Covid-19 puede ser mortal incluso con una atención médica perfecta, pero cuando los hospitales se ven sobrepasados, se pierden vidas que podrían haberse salvado”, añade.
La situación es particularmente grave en Nueva Delhi, donde no quedan camas de unidad de cuidados intensivos (UCI). Muchos hospitales están rechazando a nuevos pacientes y al menos en dos de ellos fallecieron personas internadas después de que se agotaran los suministros de oxígeno.
Los familiares de gente que contrajo el virus piden en redes sociales ayuda para conseguir espacio en hospitales, suministros de oxígeno y ventiladores. El panorama se complica más debido a que los laboratorios también están saturados y los resultados de las pruebas demoran hasta tres días en entregarse. Mientras tanto, los crematorios tienen que funcionar las 24 horas del día.
Escenas similares se producen en otras ciudades importantes. En total, India confirmó casi 17 millones de infecciones y 192.000 muertes desde que empezó la pandemia. Pero es muy probable que estas cifras estén por debajo de la realidad. La enorme población del país y los problemas logísticos hacen que sea realmente difícil realizar pruebas de Covid-19 masivas o registrar muertes con precisión, lo que vuelve mucho más difícil conocer la magnitud exacta de la crisis en India en comparación con las que atravesó Europa o Estados Unidos, por ejemplo.
¿Qué tan difícil se puede poner la situación?
Para Gallagher, “lamentablemente en las próximas semanas la situación empeorará significativamente”. “Una lección, aprendida una y otra vez, es que un aumento en los casos conduce a un aumento en las muertes unas semanas después”, indica. “Incluso si India pudiera detener la propagación del virus de la noche a la mañana, las muertes seguirían aumentando exponencialmente, ya que muchas personas ya fueron infectadas. Y no hay señales de que los contagios se vayan a estabilizar”, afirma el periodista.
Gallagher señala que el aumento o no de los casos dependerá del éxito de los cierres y el ritmo de la inmunización.
India no tiene el mayor número de casos ni muertes registrados. Estados Unidos reportó hasta el 26 de abril alrededor de 32 millones de contagios y 572.000 muertes, según los datos compilados por la Universidad Johns Hopkins. Tampoco encabeza las listas de infecciones o muertes por cada millón de habitantes. Gran parte de Europa y América Latina reportaron márgenes superiores. Pero es el tamaño de la población en India y el dramático aumento de casos y muertes lo que causa tanta preocupación.
“Nunca habíamos visto una situación como esta, en la que el sistema de salud sea incapaz de hacer frente a la magnitud de las cifras en el contexto de un fuerte y continuo aumento de nuevos contagios”, señala a la BBC Gautam Menon, profesor de Física y Biología y experto en el modelos de medición de enfermedades infecciosas.
Cuando los servicios de salud colapsan, la gente muere por todas las causas en un número mucho mayor. Son muertes que no se reflejan en las estadísticas del coronavirus. Además, los proveedores de atención médica en India tienen el gran desafío de alcanzar a su vasta población y, por ello, muchos en ese país no tienen acceso a atención médica en absoluto.
¿Qué significa para el resto del mundo?
La pandemia es una amenaza mundial, eso se sabe. Desde los primeros días, los científicos y los expertos en salud han rastreado cómo la infección se mueve de un país a otro, impulsada sobretodo por los viajes aéreos y una economía mundial altamente globalizada. Hasta ahora, las fronteras nacionales representaron una barrera muy limitada para la propagación y se vio que es casi imposible imponer prohibiciones de viaje y cerrar accesos de forma indefinida.
Entonces, lo que sucede en India muy probablemente se extenderá por todo el mundo, especialmente porque el país tiene la diáspora más grande del planeta. James Gallagher opina que “la pandemia nos enseñó que el problema de un país es el problema de todos”.
“El coronavirus se detectó por primera vez en una ciudad de China y ahora está en todas partes. El número récord de casos en India podría extenderse a otros países, por lo que muchos ya introdujeron restricciones de viaje. Y estos altos niveles de infección son un caldo de cultivo para nuevas variantes”, señala.
¿Una nueva amenaza nació en India?
Las condiciones en India pueden ser muy malas noticias para la lucha global contra el Covid-19. “La numerosa población y su densidad es una incubadora perfecta para que este virus experimente mutaciones”, sostiene Ravi Gupta, profesor de microbiología clínica en la Universidad de Cambridge. Si se deja tiempo para que el virus mute en tales condiciones “ideales”, podría alargar y aumentar considerablemente la gravedad de la pandemia en todo el mundo.
“Cuantas más oportunidades tenga el virus de mutar, más probable será que encuentre una forma de infectar incluso a las personas que han sido vacunadas”, añade James Gallagher. Las nuevas variantes de Reino Unido, Brasil y Sudáfrica ya causaron problemas durante esta pandemia, extendiéndose por todo el mundo.
El profesor Menon cree que ese peligro es latente con India y señala que “es realmente imposible poner un límite a la propagación de variantes”. “La variante B.1.617 (que se identificó por primera vez en India) se encontró ya en varios países y llegó muy probablemente como un virus importado”, explica. El experto advierte que las mutaciones y evoluciones continuarán y serán un obstáculo para la inmunidad que podría dar una infección anterior o la vacunación.
La pregunta ahora es qué tan rápido podría suceder eso. “Sabemos que el Covid-19 puede mutar para lograr una mayor transmisibilidad a partir de nuestra observación de las múltiples variantes en todo el mundo. Hasta ahora creemos que las vacunas deben seguir siendo eficaces contra estas nuevas variantes, pero esto puede cambiar en el futuro”, sostiene Menon
¿Cómo pueden India (y el resto del mundo) detener la propagación? Ya se realizan esfuerzos internacionales para ayudar a India a gestionar su crítica escasez de oxígeno y combatir el devastador aumento de casos. Reino Unido comenzó a enviar ventiladores y dispositivos concentradores de oxígeno, mientras Estados Unidos levantó la prohibición de enviar ciertas materias primas al extranjero, lo que permite a India producir más vacunas de AstraZeneca. Varios países también ofrecen enviar personal médico y equipamiento para ayudar.
El gobierno de India aprobó planes para instalar más de 500 plantas de generación de oxígeno en todo el país y contar con más suministros. Pero estas son medidas para tratar de prevenir muertes, no infecciones. Los expertos señalan que el mundo necesita un aumento espectacular de la capacidad de lndia para vacunar a su población y prevenir la propagación del virus.
A su favor el país tiene que es una potencia en lo que respecta a la fabricación de vacunas. Ejecuta un programa de inmunización masiva, produce el 60% de las vacunas del mundo y es el hogar de media docena de fabricantes importantes. “Un programa de vacunación de adultos a gran escala contra un patógeno virulento como el SARS-Cov2, el virus que causa el Covid-19, plantea desafíos sin precedentes”, según el corresponsal de la BBC en India, Soutik Biswas.
La campaña de vacunación de India, la más grande del mundo, comenzó el 16 de enero y tiene como objetivo alcanzar a 250 millones de personas hasta julio. Se estima que alrededor de 118 millones de personas recibieron una primera dosis hasta abril y esto representa menos del 9% de la población.
Inicialmente limitado a los trabajadores de la salud y al personal de primera línea, el plan masivo se fue ampliando en etapas hasta llegar a los mayores de 45 años. Pero la magnitud de la tarea de inmunizar a una población tan grande y los problemas logísticos y de infraestructura que plantea el país no dejan de complicar el despliegue. Por todo ello se señala que la campaña de vacunación debe acelerarse mucho más para alcanzar sus objetivos.
“No está claro si el país tiene suficientes vacunas y capacidad estatal para acelerar y ampliar la cobertura para incluir a los jóvenes”, indica Biswas.
Hasta que una población tan grande no se vacune con éxito, India representa un riesgo para todo el mundo. “El problema de las enfermedades infecciosas como el Covid-19 no es asunto de una sola nación o incluso de un pequeño grupo de naciones. Es verdaderamente global en sus implicaciones”, sostiene el profesor Menon. “Necesitamos más cooperación internacional en pruebas, vacunas e investigación para el bien del mundo”, concluye.
Como han dicho los funcionarios de salud pública y los políticos desde los primeros días de la pandemia: “Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo”.
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